Estábase encantado el senador sonado convencido de que las reformas legales de los delitos de agresión sexual, sedición y malversaciones varias llevarían a despeñar al actual presidente del gobierno arrastrado por resbaladero de la ira popular, cuando héteme aquí que un zagalón, de Valladolid y pintor, desata las iras de feministas pacíficas, de feministas airadas, de activistas feministas, de sufragistas inglesas del XIX y de mujeres con sentido de su libertad y sus derechos. Al zagalón de quien el señor Abascal, meses ha, advirtió su cara de vicepresidente en el gobierno castellano leonés presidido por el triunfador Fernández Mañueco, le patinaba el seso y continuó aseverando lo que su presidente contradecía y el senador sonado callaba pues no hay mejor sordo que el que no quiere oír.
A Cuca Gamarra se le aparecieron los desafueros de su particular Saturno, apodado en España “Sánchez”, y arrancóse en los pasillos del Congreso con una media granaína en la que los cuatro muleros le permitieron confundir a un cuñado, de VOX, con un marido, del PP. Y el sustituto de Ortega en VOX rodilla en tierra capote enarenado recibió al morlaco castellano creyendo que era Sánchez intentando presentar a Junqueras como senador de Junts.
El senador sonado y sus alfiles de capa y espada harían bien en saber el dicho de las sabias abuelas de La Unión, lugar de mis raíces, “el que con críos se acuesta, meao se levanta”.