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¿Puede la ‘Púnica’ sacar a Rajoy de la Moncloa?

Pablo Gea
Pablo Gea*

Las Primarias en el PSOE acaparan todos los focos. La atención creciente que generan empaña lo que ha salido por lo bajini: que la investigación de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) en el caso Púnica alcanza al actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Pero ahora lo importante son las primarias. La cosa es que la -todo esto presunto, claro- financiación ilegal del PP de Madrid puede que se trague a peces más grandes que la “dama de hierro” Aguirre. Las campañas para las elecciones autonómicas de 2007, las generales de 2008 y de nuevo las autonómicas de 2011 fueron financiadas ilegalmente. Quién sabe cuántas más. Como señala El Mundo: “Contratos públicos amañados, pagos opacos de empresarios, subvenciones de la Comunidad de Madrid mal utilizadas, fundaciones afines, facturas falsas y vulneración de la Ley Electoral fueron los métodos que la UCO señala que fueron utilizados para cometer el fraude.”

Nada más que decir señoría.

 

Si llegara a probarse definitivamente en un juicio que la campaña a las generales de 2008 fue financiada ilegalmente, la figura de Mariano Rajoy, la del PP y la de la Presidencia del Gobierno quedarían heridas de muerte.

 

O quizá sí. Porque Aguirre ya no puede seguir jugando con la inteligencia de los ciudadanos, no digamos ya con la de sus electores, puesto que la Fiscalía Anticorrupción señala que “se instrumentó un sistema de recompensas a los donantes con contratos públicos de la Comunidad de Madrid” por medio de una estructura vertebrada sobre altos cargos del Partido Popular, existiendo equivalencias entre los cargos del mismo partido y de otras entidades metidas en el ajo, como son la Comunidad de Madrid y la Fundación Fundescam (Fundación para el Desarrollo Económico y Social de la Comunidad Autónoma de Madrid, creada por el PP) en las cuentas. En todas estas “coincidencias” aparece Esperanza Aguirre. Todo con un objetivo claro: burlar los límites de financiación que establece la ley para las campañas electorales. Ya sabemos que el que tiene el dedo sobre el botón del dinero es el que se lleva -hasta que lo cambiemos- el gato al agua. Aguirre lo sabe bien, al igual que los altos cargos del Partido Popular. No se trata de que roben o no, sino simple y llanamente de PODER. Así, con mayúsculas. Fuera de la libre competencia de partidos que el pluralismo político en una democracia exige. Ahora más cuando le ven las orejas al lobo y saben que quizá su fin sea más pronto que tarde. El asunto, la “trama” si quieren, es de una simplicidad aplastante. Aunque el galimatías que han creado deliberadamente para cubrir sus huellas sea considerablemente más difícil de investigar por las autoridades. El juicio ya será otra cuestión. No hablo ya de las condenas. El ejemplo de la Infanta Cristina está demasiado reciente.

 

Rajoy no podría ya seguir afirmando que ignoraba todo el entramado criminal. ¿Era sordo, ciego o incompetente?

 

Aquí llegamos ahora a Mariano Rajoy, acorralado por aunque aparentemente impasible a la corrupción. No debería. Si llegara a probarse definitivamente en un juicio que la campaña a las generales de 2008 fue financiada ilegalmente, la figura de Mariano Rajoy, la del PP y la de la Presidencia del Gobierno quedarían heridas de muerte. No soy amigo de reclamar dimisiones del gobierno gratuitas. Como tampoco lo soy de mociones de censura ridículas como la que tiene entre manos Pablo Iglesias y que sólo sirve para hacernos perder el tiempo a todos y suplicar atención a los medios de comunicación porque el niño no soporta que le presten atención a otro. Pero en este caso es diferente. Rajoy no podría ya seguir afirmando que ignoraba todo el entramado criminal. ¿Era sordo, ciego o incompetente? Porque un líder de partido al que se les escapa todo esto no puede ser calificado de otra forma. O lo era deliberadamente. O estaba en el ajo y trincó. Las autoridades competentes en la materia tendrán que probarlo y enjuiciarlo.

 

Lo que tengo muy claro es que, si así sucede, si -me guste o no- mi Presidente acaba enfangado en un caso de corrupción hasta el cuello, no le quedaría más remedio que convocar elecciones anticipadas y dimitir ipso facto. Por respeto a sus conciudadanos honrados como mínimo. Y como estos exigirán sin duda.

 

*Pablo Gea Congosto es estudiante de Derecho y activista político.