The news is by your side.

Solo

Como mueren los hombres grandes que han ocupado espacio entre los otros y les han abierto las mentes a la soledad y al silencio.

Un hombre recio, racional, sin miedo, sabiendo dónde acudir cuando la necesidad obliga. A lo largo del día se siente extraño, mal, un mal difuso que analizado le decide a ir al médico. Lo que era  un aviso se convierte en unas horas en batalla en la que la sangre avisa de que el caballero, sin escudero, ha de cabalgar quiera o no al encuentro de los sanadores. Lanza y adarga.
Un taxi en la puerta. Urgencias hospitalarias. Trial. Espere un momento, le dicen. Lo ven los de la guardia y un mir. A planta tras análisis informes, historia clínica. Peor, se siente peor, pero monitorizado está controlado. Calmado. Llama a un amigo del alma y le recita en  conversación un poema italiano. Es la despedida.
El silencio de los pasillos en la madrugada. El silencio de Madrid desde el silencio del hospital. El silencio del planeta desde el silencio del hosital. El silencio del universo para él.  El silencio de los espacio de Pascal.  El silencio suyo, solo de él.
El silencio de Rafael Sánchez Ferlosio que acaba de no pronunciar la última palabra. Esa que se ha guardado en la orilla verde de esta primavera en su Jarama. Ha entrado en el silencio que buscó años para saborear y decir palabras nuevas.
Solo. Como mueren los hombres grandes que han ocupado espacio entre los otros y les han abierto las mentes a la soledad y al silencio. A la verdad.
Ayer, solo, en la madrugada, la verdad de Rafael Sánchez Ferlosio.