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Susana y Verónica

Necesitamos un último esfuerzo de generosidad de ambas, no por cuestiones personales, sino porque el propio Partido así lo requiere y lo necesita.

 

Susana Díaz y Verónica Pérez han sido, y todavía son, Secretaria general del PSOE de Andalucía y del PSOE de Sevilla respectivamente. Ambas han ejercido sus cargos con luces y sombras; en mi opinión, con más sombras que luces, pero, en todo caso, no cabe duda de que sus tiempos ya han pasado. Hay numerosos indicadores y razones para estar convencidos de eso, incluso ellas lo están aunque se resisten a aceptarlo.

 

Y yo me pregunto: ¿Por qué se resisten?. La respuesta creo que está meridianamente clara, aunque sea triste decirlo: porque no tienen otro sitio donde ir. Ambas se han criado en la política desde muy jóvenes y no han tenido, que se les conozca, ninguna otra actividad retribuida. Y ahora tienen, como sea, que agarrarse a cualquier posibilidad, para no soltar el poder que les da de comer mensualmente. Da igual que gobiernen o no, lo importante es tener un sueldo fijo aunque sea en el Parlamento. Y para ello, les da igual que el PSOE mejore o no sus posibilidades de alcanzar una nueva mayoría que permita llevar a cabo el proyecto socialista. Lo que buscan una y otra es su victoria personal y, si puede ser, la de los colegas más próximos. Y esto es “su principio”, que está por encima de cualquier otro. Por eso, ahora salen con que no toca celebrar primarias y hay que esperar al calendario fijado por la Ejecutiva Federal. ¡Menuda engañifa!

 

Ellas, mejor que nadie, saben que una cosa es el calendario de los procesos orgánicos (para renovar los puestos orgánicos, que en efecto, van en cascada desde el nivel federal a los autonómicos, provinciales y locales), que está regulado en el Título I, Capítulo II de nuestros Estatutos Federales, y otra muy distinta (regulada en el Título VII de nuestros Estatutos Federales), la oportunidad de poder elegir, por supuesto en primarias, a quien sea nuestro/a candidato o candidata para las Elecciones Autonómicas andaluzas, que parece (¡se empiezan a detectar síntomas!) que serán pronto. Y lo que es peor, serán cuando el Presidente Moreno Bonilla lo decida, porque así son las reglas de juego. Y ante esto, no caben argumentos falsos para un retraso que lo único que hace es debilitar nuestras opciones, pues todos sabemos que un/a nuevo/a candidato/a necesita un tiempo de asentamiento y de consolidación, no solo entre los militantes, que para eso están las primarias, sino entre la ciudadanía, que tendrá que votar en las urnas.

 

Por ello, es necesario, ¡es imperativo!, ¡¡es imprescindible!!, hoy mejor que mañana, celebrar las primarias, de cuyo resultado podrá salir como candidato/a Juan Espadas, María Jesús Montero, Gómez de Célis, Susana Díaz, o el sursum corda, ¡quien decida la militancia! (y, opcionalmente, la ciudadanía, Art. 219.2 del Reglamento Federal). Pero en todo caso, desde el día siguiente, estará en condiciones para desarrollar todas las demás labores imprescindibles: programa, equipo, visualización en toda Andalucía, … Es algo elemental, algo que ellas mejor que nadie saben perfectamente, pero el problema de Susana y Verónica, de Verónica y Susana, que van unidas en su suerte (porque saben que cuando “caiga” una, “cae” la otra), porque repito, no es que no sepan que se tienen que ir, que sí que lo saben; el problema es que no saben dónde ir. Una vez más se cumple lo que vengo defendiendo desde hace años: A la política no se viene a comer; a la política hay que venir ya comidos y, a ser posible, con la digestión hecha. Necesitamos un último esfuerzo de generosidad de ambas, no por cuestiones personales, sino porque el propio Partido así lo requiere y lo necesita.

 

A la larga, serán los votantes los que nos digan si fue la mejor opción la que elija la militancia en las primarias, como ocurrió, en su momento, a nivel estatal con Pedro Sánchez…