Vacunados

 

_Aquí estoy, María del Carmen.

_¿Dónde, niña?

_Sentadita ante el televisor.

_¿Y eso?

_Esto es como el Nodo.

_¿Lo que veíamos entonces?

_Eso mismo.

_Mujer, tampoco te pongas nostálgica.

_Mira, han salido los primeros vacunados y todos hablando maravillas.

_A ver, no van a decir que son negacionistas. Si los sacan en el televisor…

_Estoy a ver si se hace carne lo del rebaño.

_¿Qué rebaño?

_Que nos convertimos en rebaño si nos ponen la vacuna y algo de verdad hay.

_¿Por qué?

_Todos dicen lo mismo. Que es un bien para la humanidad.

_Eso es por la inmunidad, niña.

_Por lo que sea, pero qué casualidad que todos los elegidos para el bautizo de fuego de la vacuna están como locos.

_Mujer, los habrán escogido los expertos.

_Claro que lo que de verdad espero no llega.

_¿Qué esperas tú, niña?

_¿No se puso Fraga unas calzonas, que estaba el hombre de lo menos erótico que se despachaba, para decir que lo de la bomba de Palomares era leche migá?

_Y tanto. Eso entraba en el sueldo de entonces.

_Pues yo estoy esperando que salga Sánchez.

_¿En calzonas?

_Este lo tiene más fácil. Sólo tiene que arremangarse.

_¿Y trabajar?

_Tampoco es necesario.

_Y luego están los efectos adversos.

_Por lo visto se te tuerce la boca, pero como vamos a seguir con la mascarilla…

_Una cosa te voy a decir, que yo con las pastillas del colesterol me pongo a morir y llevan toda la vida. Esto que se acaba de estrenar…

_No empieces con el melodrama.

_Si las mayoras somos conejillos de indias.

_Míralo como mártires de la causa.

_Están deseando que hagamos pum. ¡Qué ganas tienen de acabar con los pensionistas!

_Sí, pero moriremos en olor de multitudes.

_Niña, si el Covid quita el olfato. Encima sin honores.

_¿Y la satisfacción del deber cumplido?

_Deber, deber…

_Llámalo misión.

_Imposible.