The news is by your side.

Veredicto del cuerpo electoral en las urnas el 28 de abril.

Aciertos y graves errores en las estrategias políticas

Introducción

Por Joan Corominas Masip e Ignacio Trillo Huertas

 

Los resultados electorales que se han dado el pasado 28-A y que ha pulverizado al sistema de partidos políticos en España en tan corto periodo de tiempo, no responden al azar ni son productos de un capricho del cuerpo electoral en un momentáneo determinado y atendiendo a un estado de ánimo emocional,  sino un rotundo veredicto justificado por un cúmulo de causalidades producidas en tiempo que generan tan unánime y colectiva decisión, independientemente de la dispersión geográfica de las mesas electorales puesto que se presenta con cierta homogeneidad en todos los territorios atendiendo a su estratificación en la escala social o a problemáticas específicas que que se extienden transversalmente.

De ahí que los seismo políticos acontecidos en las urnas desde el 2015 frente a otros periodos de enorme estabilidad o de clara alternancia en el poder, necesiten para su análisis en esta ocasión no solo contemplar en datos los cambios cuantitativos y trasvases producidos entre formaciones políticas, sino asimismo de forma previa señalar las motivaciones que expliquen esas variaciones.

De ahí que para dar sentido a lo sucedido el 28-A se necesite el complemento del relato acerca de los acontecimientos más importantes transcurridos para comprender la etapa convulsa que hemos vivido y que aún no se halla finalizada, que han llevado a superar a los actores políticos que la han protagonizados, aunque ya con visos de hallarnos en puertas de un posible ciclo de estabilidad.

Por tanto, antes de entrar en las tripas de las cifras proporcionadas por el 28-A, permítesenos transitar con breves pinceladas de dónde venimos; o sea: de una profunda crisis económica que ha transformado a la sociedad española, de la corrupción estructural acontecida en el PP, del conflicto catalán abierto o de los vientos involucionistas de repliegue en fronteras que recorren el mundo en una fase de reacción frente a la globalización, a la integración o a los movimientos migratorios. 

 

1.1.- FIN DE LA ETAPA DE ZAPATERO

La gestión que el Gobierno socialista realizó de la crisis económica internacional que se inició en nuestro país en el 2008. La obstinación de Zapatero de no reconocerla y afrontarla inicialmente, hasta acabar tomando medidas de contención del gasto público que afectó a los bolsillos de su propio electorado progresista. La toma de otras decisiones como la primera reforma laboral y otra exprés de la Carta Magna presionado por las políticas austericidas que imperaban en la Unión Europea y que originó aún mayor malestar en el votante de izquierda, llevó a que la convocatoria adelantada en meses de comicios generales desembocase el 20 de noviembre del 2011 en una rotunda victoria del PP por mayoría absoluta, gracias a la abstención de una parte del voto socialista en ausencia de otras alternativas.

El mapa electoral por provincias que se originó el 20 de noviembre del 2011 a consecuencia de un rotundo triunfo del PP  con un mediocre nivel de participación, el 68,94%, que denotaba la abstención de una parte del electorado socialista enojado ante el modo de afrontar la crisis económica por los gobiernos de Zapatero.

Casi ocho años después. Vuelco total del Mapa electoral sucedido en los pasados comicios del 28-A, ahora con un mayor nivel de participación, el 75,75%, y con un sistema de partidos políticos que se han venido configurando totalmente distinto al del 2011 y auspiciado también porque en esta cita con las urnas se deslizaba el temor para una importante porción del cuerpo electoral de que saliera victoriosa una coalición, PP-C´s-Vox.

 

1.2.- LA GESTIÓN DEL GOBIERNO RAJOY

Pues bien, llegado el flamante gobierno de Mariano Rajoy a la Moncloa, aplicó drásticos recortes presupuestarios, que afectaron fundamentalmente a la sanidad, a la enseñanza y a la dependencia, y fuertes subidas de impuestos, la mayor de la democracia, agudizándose la crisis en el primer periodo de su mandato con el estallido de gran parte del sistema financiero y continuando con la destrucción de empleo. La segunda reforma laboral del 2012, pulverizó el poder de negociación de los sindicatos, provocó el descuelgue de las empresas de los convenios laborales de su sector, permitió a la patronal modificar sustancialmente las condiciones laborales y los salarios, y con ello se dio un gran golpe a la cohesión social. A partir de entonces, la desigualdad social con la bajada de sueldos, la precariedad, la temporalidad y la nueva figura del trabajador pobre se instaló para quedarse durante un tiempo en nuestra sociedad.

La deuda pública externa del Reino de España pasó en poco tiempo del 70 al 100% del PIB, la mayor desde el año 1911, representando para los presupuestos públicos unos gastos anuales de 50.000 millones de euros solo para el pago de intereses (las prestaciones de cobertura para atender el fuerte desempleo eran entonces la mitad) En la misma dirección, la necesidad de hacer frente al agujero de la Seguridad Social, por la merma de los ingresos de las cotizaciones a la Seguridad Social ante el paro acumulado y la caída de los salarios, llevó a que el Gobierno de Rajoy acudiera a la hucha de las pensiones para hacer frente al pago de las jubilaciones hasta hacer desaparecer prácticamente sus reservas que cuando la llegada de Rajoy estuvieron cifradas en 66.800 millones de euros.

Primer Gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy

 

Sin embargo, el notable aumento de las exportaciones de las empresas que sobrevivieron a la crisis, obligadas ante la depresión en que cayó el mercado interior, la llegada de inversiones extranjeras atraídas por los bajos costes salariales, el aumento de los ingresos por el incremento de turistas ante la inestabilidad política y de terror bélico existente en nuestros países competidores, la bajada de los tipos de interés que empezó a practicar el Banco Central Europeo junto a una política monetaria expansiva para la reactivación de las economías del euro y que enmendaba la restrictiva anterior, así como la bajada de los precios de las materias primas internacionales, entre ellos el petróleo, contribuyó decisivamente como factores exógenos predominantes a que nuestra economía mostrara síntomas de recuperación y emprendiera nuevamente la senda del crecimiento.

Pero estas políticas de reformas laborales, fiscales y de recortes sociales aplicadas por el PP que condujeron a la devaluación salarial, a la precariedad contractual, a un brutal trasvase de rentas del trabajo al capital y con ello a un aumento muy importante de la desigualdad, junto a la diáspora con destino al extranjero de una gran parte del capital humano mejor formado de nuestra sociedad, entre ellos parte de la juventud e investigadores, en tanto los más adinerados subían en la estadística cada año, acabó trasladándose al plano político provocando un primer terremoto en el sistema de partidos que llega hasta nuestros días.

 

1.3.- LA APARICIÓN DE PODEMOS Y DE CIUDADANOS

 

Pablo Iglesias y Albert Rivera 

 

Esta agria percepción ciudadana del reparto injusto de la crisis, confrontada a los continuos escándalos de corrupción que se han venido destapando en las esferas del poder del PP y que abarcaban todos los ámbitos territoriales, estatal, autonómico y local, junto a un PSOE que no levantaba cabeza ni se renovaba, contribuyeron al acicate de cambios políticos deseados por la mayoría del cuerpo electoral, ansiosos de una nueva forma de hacer política que revirtiera las pérdidas de bienestar y equidad social, así como para que regresase la ética, con la regeneración, la decencia  y el saneamiento a la cosa pública. De ahí, el surgimiento, en los años 2014 y 2015, por la izquierda de la nueva formación, `Podemos´, que conectaba con el movimiento de indignación del 15M, así como por parte del espectro político del centro reformista y regeneracionista, de ‘Ciudadanos´, y que salieron a la arena política nacional en las elecciones generales de diciembre del 2015.

 

2.- LA CRISIS DE CATALUNYA. SEGUNDO TERREMOTO EN EL MAPA POLÍTICO ESPAÑOL

 

El conflicto territorial catalán partió a su clase política y a su sociedad. En tres años se sucedieron tres president de la Generalitat

 

De otro lado, a partir de 2012 el gobierno autonómico catalán, que había optado por políticas de recortes similares a las del PP para hacer frente a la crisis económica, intentó, ante el gran rechazo social que obtuvo, desviar el descontento social de gran parte de su población, buscando un enemigo exterior, la España que nos roba, para impulsar el `procés´independentista que contó con inadecuado tratamiento, cuando no de la inacción, del gobierno central y acabó, tras una ruptura con el orden constitucional y estatutario consumados en el Parlament, en un chapucero referéndum del 1 de octubre torpemente reprimido por el Gobierno de Rajoy, para culminar en una declaración unilateral de independencia, que conllevó la inmediata aplicación del artículo 155 de la Constitución y la intervención estatal de la autonomía con órdenes judiciales de detención y procesamiento de sus irresponsables aventureros, así como a la convocatoria de nuevas elecciones autonómicas logrando las fuerzas independentistas la mayoría absoluta en diputados aunque no en votos.

 

El caldo de cultivo que el independentismo catalán generó, dio sus frutos en dirección a exacerbar sentimientos primitivistas entre muchos españoles a la vez que haciendo resucitar añejos planteamientos simplistas que se creían superados, con el resultado político finalmente conocido.

 

Ese turbulento período vivido en Cataluña continuó produciendo convulsiones muy fuertes y contrapuestas dentro de su sociedad y en sus relaciones con el resto de España, dividiendo profundamente a la ciudadanía en torno al nacionalismo catalán y español, significando, asimismo, caldo de cultivo idóneo, junto a los vientos de involución procedentes del exterior, para el afloramiento sin disimulo de la extrema derecha en el panorama político.

 

3.- EL NUEVO TIEMPO QUE SE ABRIÓ A PARTIR DE LA MOCIÓN DE CENSURA A RAJOY

La comparecencia como testigo ante la justicia por el caso Gürtel de Mariano Rajoy, el mismo personaje que había cobrado y reformado su despacho de Génova con dinero en negro de la caja que llevaba el tesorero Bárcenas, y sin embargo negó que dicha trama fuera del PP sino contra el PP, significaba que sus días de permanencia en la Moncloa estaban más que contados. Bastó una resolución judicial de condena a su partido para que prosperara la primera moción de censura interpuesta desde que entró en vigor la actual Carta Magna.

 

La Sentencia de la Audiencia Nacional sobre la Gürtel, de mayo de 2018, en la que se condenó al PP por corrupción, fue la espoleta que, no habiendo sido posible en las sucesivas elecciones generales de diciembre del 2015 y en las repetidas de junio del 2016, sirvió para unir a todo el arco parlamentario español de cara a desbancar al gobierno de Mariano Rajoy del poder, con excepción de `Ciudadanos´ que no se unió a la moción de censura que presentó el PSOE lo que no impidió la investidura de Pedro Sánchez.

De esta forma, el gobierno del PSOE, con el apoyo de su socio principal, `Unidos Podemos´, logró infundir ánimos a la población más afectada por los impactos de la crisis económica, y con políticas efectistas mostrar otra manera de gobernar y corregir algunos de los retrocesos socioeconómicos que se habían producido en los gobiernos del PP. Además perfiló las líneas de una transición ecológica y energética para afrontar el cambio climático.

 

4.- LAS ELECCIONES AUTONÓMICAS ANDALUZAS

La política de pacto para que las tres derechas llegaran a un acuerdo, rompiendo la regla europea de aislar a la extrema derecha, auspiciada por José María Aznar, el otro gran derrotado en estas elecciones del 28ª, y su fundación FAES, tuvo meses atrás en Andalucía su experiencia piloto. Ello ha servido también para movilizar en las elecciones generales al electorado progresista, frenando el avance de Vox y mandando al PP a sufrir una hecatombe histórica.

 

Por otra parte, las elecciones andaluzas de diciembre de 2018 fueron la oportunidad para la aparición del fenómeno VOX. Sucedió con un mensaje nítido de rancio nacionalismo español, antifeminismo y de rechazo de los inmigrantes, discurso al que no le hicieron ascos ni el PP ni `Ciudadanos´. Junto a la desafección de muchos ciudadanos de izquierdas ante las repetidas legislaturas socialistas andaluzas, cada vez menos transformadoras de la sociedad, con una líder cuestionada y desgastada y unas campañas electorales mal diseñadas, tanto por el PSOE como por `Adelante Andalucía (Podemos + IU), condujeron a una limitada victoria del PSOE y a la configuración de un nuevo gobierno del PP y `Ciudadanos´, con el apoyo de VOX.

Este cambio fue posible por una amplia abstención de votantes del PSOE y sobre todo de `Adelante Andalucía´, la marca de Podemos e Izquierda Unida coaligadas.

 

5.- LAS ELECCIONES GENERALES DEL 28-A COMO DILEMA DE DOS MODELOS DE SOCIEDAD

Esta derrota en Andalucía de la izquierda produjo el efecto vacuna frente a la unión de los tres partidos de derecha en torno al discurso radical y frentista que lideraba VOX y reproducían con matices, pero no sin falta de agresividad, principalmente el PP pero también `Ciudadanos´, con un cariz nacionalista de corte españolista, frente a Pedro Sánchez al que en esa radicalidad llamaban traidor a España y vendido: “a los independentistas catalanes, a los vascos etarras y a los comunistas y venezolanos de `Podemos´”.

 

El experimento realizado en Andalucía por las derechas y una campaña para las elecciones generales estridente, de confrontación sin ofrecer soluciones a los problemas existentes, apareciendo en exceso con un discurso bronco, faltón, negativo y de clara división de la sociedad en ver de unirla, ha tenido sonada respuesta en las urnas. El PP y Cs han hipotecado sus proyectos y discursos al partido de Abascal haciendo un mal cálculo matemático como si la extrema derecha en España pudiera ser una fuerza mayoritaria, ignorando la memoria histórica de un pueblo o que hubiera sido objeto de una amnesia colectiva, de ahí los escasos y fracasados frutos recolectados.

 

Bajo este ambiente de crispación y sobreactuación protagonizadas por las derechas se llegó a la cita electoral con las urnas el 28 de abril.

Desde el mediodía ante las mesas electorales, se fue confirmando, también a lo largo de la jornada de la tarde y la noche electoral, una amplia participación, finalmente del 75,75% del electorado (5,91 puntos electorales superior a la de 2016). Asimismo, ya en el recuento de votos, se comprobó, el fuerte incremento del voto PSOE, el castañazo del PP y parcialmente de `Unidas Podemos´, así como un aumento importante pero insuficiente de `Ciudadanos´ y la irrupción de VOX, aunque muy inferior a las expectativas creadas por interesados sondeos electorales que resultaron ser fakes news y sobre todo por el ambiente eufórico mostrado en la última semana.

Asimismo, en el campo de los nacionalistas periféricos se produjeron aumentos muy importantes de las respectivas formaciones del País Vasco y Catalunya.

En otras palabras: el miedo a las tres derechas movilizó a las izquierdas y a los nacionalistas e independentistas, vasco y catalán, para evitar un gobierno reaccionario, de confrontación y disgregador.

 

5.1.- RESULTADOS ELECCIONES POR FORMACIONES POLÍTICAS Y VARIACIÓN DE VOTOS CON RESPECTO A LAS DEL 2016

Fuente: elaboración propia con datos del Ministerio del Interior

 

El PSOE, con sus 123 escaños logrados, y con mayoría absoluta en el Senado, obtiene una posición cómoda para formar el nuevo gobierno con apoyos de `Unidas Podemos´ y el PNV así como la abstención de ERC o BILDU (ya adelantada como mecanismo para impedir el gobierno de las derechas) ya que es de prever que ni el PP ni Cs (que abandona definitivamente su posición centrista), enzarzados ya en una batalla cainita para liderar la derecha, estén por la labor responsable de abstenerse para que Pedro Sánchez no necesite de otros votos.

Por tanto, la posibilidad de alcanzar la mayoría absoluta con el apoyo de Ciudadanos, negado por un desconcertante Albert Rivera y tampoco deseado por una parte de votantes del PSOE, se hace imposible.

 

5.2.- CAMBIOS POR BLOQUES POLÍTICOS 

En otro orden de cosas y entrando en las tripas que nos proporcionan las cifras, las elecciones han producido un cierto reequilibrio con cuasi empate entre los bloques de las formaciones de derechas e izquierdas de ámbito estatal (aumentos respectivos de 273 mil votos y 1.097 miles de votos en relación a las elecciones de 2016), aunque les han reportado 151 y 167 escaños respectivamente. A la división de las derechas en tres partidos les ha penalizado la ley electoral.

Igualmente, los partidos nacionalistas catalán y vasco han aumentado una cuota electoral en 910 mil votos (un 55% de incremento con respecto a 2016) y han conseguido 32 escaños, frente a los 24 logrados hace tres años.

 

Fuente: elaboración propia con datos del Ministerio del Interior

 

5.3.- ESTIMACIÓN DE LOS FLUJOS POLÍTICOS ACONTECIDOS

El nuevo mapa electoral se ha producido después de un fuerte trasvase de votos desde el PP hacia `Ciudadanos´ y a Vox, y desde `Unidas Podemos´ al PSOE.

El aumento de la participación ha beneficiado especialmente al PSOE y a los partidos nacionalistas catalán y vasco, y en menor medida a `Ciudadanos´ y a VOX.

Una estimación propia de esos flujos electorales se representa en el siguiente cuadro:

En este otro cuadro se han incluido también en el bloque de los nacionalistas los que no han obtenido representación parlamentario, tales como BNG, Front República y GBAI, Fuente: estimación propia con datos del Ministerio del Interior

 

5.4.- ANDALUCÍA 

Es reveladora la dinámica electoral que se ha producido en Andalucía en las tres últimas elecciones generales y en las autonómicas de diciembre de 2018.

Votos entre las izquierdas (Unidas Podemos y PSOE) habidos desde 2015 en Andalucía en los últimos comicios autonómicos (2018) y generales (2015, 2016 y 2019)Votos entre las derechas (PP, Cs y Vox) habidos desde 2015 en Andalucía en los últimos comicios autonómicos (2018) y generales (2015, 2016 y 2019)

 

Así, en esta geografía andaluza, en las elecciones generales de diciembre del 2015, las izquierdas (PSOE y `Podemos´) superaron ampliamente (en +492.162 votos y 11,09 puntos electorales) a las derechas (PP y C’s), con una fuerte división del reparto de los votos entre los nuevos partidos (P´s y C´s) que irrumpieron, llevándose el 30,63% de los votos.

En tanto, los partidos tradicionales (PSOE, PP e IU), conservaron el 56,40% restante de votos. En mayor medida el voto fue a las izquierdas -PSOE (31,53% de los votos), IU (5,77%) y P´s (16,86%)- y en menor medida a las derechas -PP (29,10% de los votos) y C´s (13,77%)-.

Sin embargo, en las elecciones de junio del 2016 se acercaron los resultados de las derechas (47,34% de los votos) y las izquierdas (49,80%) debido sobre todo a un fuerte descenso sufrido por la candidatura conjunta de Podemos e IU, `Unidos Podemos´ (cayó en -4,07 puntos).

Y en las autonómicas de diciembre de 2018, las tres derechas (con el 49,99% de los votos) superan por primera vez a las izquierdas (44,13%), por un fuerte descenso del PSOE (27,95% de los votos) y `Adelante Andalucía´ (Podemos+IU) (16,18%) a consecuencia de la baja participación habida, 58,65%.

Ahora, las recientes elecciones generales del 28-A, aparte de volver a reaparecer fuertemente la hegemonía del PSOE en la izquierda, 34,23% de los votos, frente a 14,25% de UP, indican por primera vez una ligera ventaja de Ciudadanos (+23.666 votos y +0,51 puntos) sobre el PP.

También, el voto conjunto de derechas (48,27% de los votos) e izquierdas (48,48%) ha retornado a decantarse, esta vez, ligeramente por estas últimas, en tanto la diferencia se agrandaba si nos referimos a diputados, 28 por las derechas y 33 por las izquierdas

De igual forma destaca que Vox en Andalucía ha continuado en este 28-A un fuerte ascenso con 315.242 votos más (un 77% más de votos e incremento de +3,29 puntos electorales) sobre las inmediatamente anteriores autonómicas del pasado mes de diciembre, mientras el PP retrocede en -3,56 puntos y C´s en -0,57 punto.

 

Las siglas, PP y PSOE, que predominaron durante la etapa democrática (1993-2011) que se denominó bipartidismo imperfecto. El nuevo sistema de partido de implantación estatal surgido tras la crisis económica y crisis territorial sufrida por España. Tres partidos de derechas y dos de izquierda

 

Este comportamiento sucedido entre las fuerzas políticas en Andalucía señala, con matizaciones particulares, el proceso de cambio operado sobre el bipartidismo que reinó en España desde el inicio de la Transición hasta las elecciones generales del 2011, con la aparición posterior de dos nuevos partidos en la derecha, C´s y Vox, y uno en la izquierda, P´s, así como por la reestructuración del voto de los electores entre las antiguas y nuevas formaciones políticas.

 

5.5.- CATALUNYA Y EL PAÍS VASCO

Este mismo fenómeno que se ha dado en Andalucía, puede extrapolarse, con matices, al conjunto de las Comunidades Autónomas, salvo en Catalunya y País Vasco en los que se ha producido, además, un aumento de los votos nacionalistas e independentistas y a una disminución porcentual de los destinados a partidos de ámbito estatal.

En el caso catalán, ha tenido lugar el 28-A, en relación al 26J-2016, un aumento de votos a los partidos independentistas (han pasado del 32,09 al 39,38% de los votos) y una disminución de los destinados a partidos de representación parlamentaria de ámbito estatal (del 66,65 al 54,52%)

En Euskadi, el voto del PNV sumado al de Bildu ha pasado, del 38,21% de los votos en junio del 2016, a un 47,75% en este abril del 2019.

 

6.- VEREDICTO DEL CUERPO ELECTORAL

El cuerpo electoral ante las tensiones y crispaciones en el que en aguas revueltas se viene moviendo la política en España, como era de prever que afinara, ha dictaminado no querer ganancias de pescadores aventureros ni extremistas, sean de retornos al pasado o sin salidas, optando por las fuerzas más moderadas y dialogantes del actual panorama partidista.

 

La conclusión que se extrae del resultado electoral es que han triunfado las posiciones más centradas de cada lado del espectro electoral, y también del ámbito nacionalista e independentista, con un fuerte correctivo a las posiciones más radicales y crispadas: vale para el PP imitando a Vox al que le ha cedido una buena parte de sus votos anteriores y para JxCat con un estancamiento frente a ERC, que ha crecido un 61%.

Igualmente es aplicable al País Vasco, situando en un mismo bloque a Bildu y Podemos, donde se han producido trasvases manifiestos de votos en comicios anteriores, en 2016 obtuvo un 42,36% de electores, ahora en cambio un 34,26%, retrocediendo -8,08 puntos.

Sin embargo el Bloque, PNV-PSE/PSOE, ha aumentado en +11,79 puntos, por lo que es de suponer que el hundimiento de Unidas Podemos, en esta Comunidad baja -11,48 puntos, ya que Bildu ha subido moderadamente, ha sido transfiriéndole votos también al PSE-PSOE, Bildu y PNV, por este orden.

Los españoles parece que muestran en estos comicios deseos por revertir los efectos socioeconómicos de la crisis, tomar medidas de adaptación al cambio climático y buscar un nuevo encaje del poder territorial que nos permita convivir en la diversidad, sin estridencias.

De igual manera, castiga la sobreactuación, los excesos verbales, el negativismo, los pronósticos apocalípticos, y el retorno a un pasado que nunca fue mejor. Debería ser pues una lección aprendida por todos los partidos políticos para que no nos llevaran a una nueva situación de estremecimiento y tensión como la soportada, y que las diferencias se puedan debatir sosegadamente, confrontando los programas electorales de cada cual, porque si no, queda claro que una fuerte ola de participación del electorado como correctivo volverá a poner a cada cual en su sitio.