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Almuerzo navideño (y socialista) en Sevilla

Aprovechando las tradicionales celebraciones navideñas una veintena de destacados socialistas se han reunido a almorzar en Sevilla. Con un pretexto lúdico y para nada sospechoso, lo que llama la atención es el perfil político de los reunidos y, sobre todo, la ausencia de cuadros de la nueva casta susanista. Tampoco puede ser considerada la comida como un cónclave pedrista, aclara uno de los asistentes. Sin embargo, a muchos les unía no solo el haber sido piezas claves del socialismo en las últimas décadas, también la preocupación real por la deriva que lleva actualmente el partido, particularmente en Andalucía de la mano de Susana Díaz.

A cuatro de los presentes les unía, además, el haber aparecido juntos ya en la foto histórica que disparó Manolo del Valle con la cámara de Pablo Juliá en los Pinares de Puebla en la primavera del 74, con Franco aún en El Pardo y la dictadura intacta. Chaves, Yáñez, Hermosín y Amores volvieron, una vez más, a compartir viandas como hace 43 años y lucían melenas. 

No fue un almuerzo político, pero se habló de política y bastante. Cada uno de los presentes mostraba su opinión con absoluta libertad y sobre la mesa iban quedando numerosos análisis de situación que la mayoría compartía.

 

Según las fuentes consultadas, junto a Manolo Chaves, también se sentaron entre otros Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, miembro de la ejecutiva federal y el hombre más notorio del sanchismo en Andalucía

 

Una de las ideas que se comentaron es que el gobierno andaluz actual ha perdido fuerza, empuje, en definitiva iniciativa política para gobernar como siempre hizo el PSOE. Se contó, por ejemplo, que altos funcionarios en las consejerías no reciben instrucciones regladas, planificaciones para la acción impulsada por el gobierno como siempre se hizo, que la administración socialista de Andalucía está absolutamente burocratizada, a medio gas y que, por tanto, que navega por la inercia y así no se ganan elecciones. Y alguno hasta recordó cuando los consejeros trabajaban en fin de semana.

Entre los reunidos coincidieron personas de la vieja y joven guardia del PSOE, siendo la figura más relevante de todas la de Manuel Chaves, ex presidente de la Junta y del PSOE. Según las fuentes consultadas, junto a Manolo Chaves, también se sentaron entre otros Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, miembro de la ejecutiva federal y el hombre más notorio del sanchismo en Andalucía, Luis Navarrete ex presidente de la Diputación de Sevilla, Josele Amores,  ex consejero de la caja San Fernando y hombre de aparato, Evangelina Naranjo ex consejera de Gobernación, Luis Yáñez, ex Secretario de Estado de Cooperación, Carmeli Hermosín ex consejera de Gobernación y Justicia, Manolo Fernández ex presidente del Parlamento de Andalucía y así hasta una veintena, la mayoría militantes de la agrupación sevillana del PSOE.

 

El vacío consciente a Pedro Sánchez

 

Se habló especialmente de un tema que se asegura levanta bastante preocupación y no solo entre los comensales de ese día: “el vacío que Susana le está haciendo al Secretario General del partido, Pedro Sánchez, no permitiéndole entrar en Andalucía”.

Claro que Sánchez puede viajar cuantas veces quiera a Andalucía sin pedir permiso a Susana, que para eso es el Secretario General, dijo alguno, pero de nada servirá esa visita, afirmó otro, si el secretario provincial de turno o la propia secretaria general del PSOE-A no acuden a estar junto al líder federal, eso supondría un desgaste inaceptable para el partido porque no pasaría desapercibido ante la sociedad.

Lo sucedido con motivo de los actos organizados recientemente por la Cadena SER en Sevilla y financiados por Antonio Pulido desde su Fundación Cajasol, a cuenta del cuarenta aniversario del 4D, ha sido uno de los últimos sucedidos que avalan el veto susanista a Sánchez en Andalucía. Algo que ha molestado y mucho en amplios sectores del partido y por lo que se cuenta no solo a los partidarios de Sánchez.  Por otra parte sería inaudito e imposible de pensar que el medio que organizaba el encuentro no estuviese informativamente interesado en “la foto” de Susana y Pedro, juntos, por lo que está claro que San Telmo impuso su criterio. La SER y Pulido tragaron.

 

“Pero cómo voy a ningunear al padre (Rafael Escuredo) del 4D, teniéndole aquí” contó alguien que había dicho la propia Susana a modo de justificación para no invitar a Sánchez en Cajasol.

 

En estas cinco jornadas han participado todos los partidos y en todos, menos en el acto del PSOE, junto al líder regional ha comparecido el dirigente nacional. Soraya Sáez en el caso del PP con Juanma Moreno Bonilla, Albert Rivera con  Juan Marín de Ciudadanos, Pablo Iglesias con Teresa Rodríguez de Podemos y Alberto Garzón con Antonio Maillo de Izquierda Unida que abrieron la ronda de charlas.

A la líder del socialismo andaluz se le ocurrió que fuese Rafael Escuredo quien la apadrinase ese día en el foro del 4D. “Pero cómo voy a ningunear al padre del 4D  (Rafael Escuredo), teniéndole aquí” contó alguien que había dicho la propia Susana a modo de justificación para no invitar a Sánchez en Cajasol, cuando le comentaron que los otros partidos llevaban a sus líderes nacionales.  “Hombre, padre del 4D no, padre del 28F en todo caso” llegó a matizar con rigor histórico otro comensal socialista.

Este tipo de políticas de exclusión lo que está generando –creen– es una imagen perjudicial para el partido en su conjunto y en la figura de su Secretario General y posible candidato. La persona que, si vuelve a presentarse como candidato a la Moncloa, necesitará los votos andaluces o no llegará.

 

Cara y cruz de una estrategia de aislamiento del líder

 

Aparentemente Susana Díaz está tranquila, pero solo en apariencia, la procesión como católica practicante la lleva por dentro. No obstante, no parece dispuesta a modificar su código de comportamiento respecto a Ferraz. Y no puede estar demasiado tranquila porque, de igual forma, ella necesitará los votos del electorado pro Pedro Sánchez en Andalucía cuando se decida convocar autonómicas y que dice que no adelantará a su fecha, marzo de 2019.

Pero los datos electorales del socialismo andaluz vienen marcando una tendencia inquietante para el objetivo de seguir manteniendo la hegemonía socialista y el poder en Andalucia. También para las aspiraciones no aparcadas de Díaz de ocupar papeleta de sitio en cofradía de la política nacional. En 2004 el PSOE-A  consiguió mayoría absoluta con el 50,36% de los votos. En 2008 obtuvo el 48,4%. En 2012 el 39,5% y en 2015 el 35,3%. Datos que evidencian que Susana Díaz ha sido, a día de hoy, la ocupante de la Junta con menos votos de respaldo en las urnas andaluzas. Y esa tendencia no es fácil romperla, ni siquiera con Susana dando mítines flaqueada por el arte de sus buenas amigas María del Monte y Ahinoa Arteta y retransmitida por “la suya”. Ni con esas será capaz de calmar y ganarse a las diversas mareas más o menos organizadas que cuestionan a diario el funcionamiento de servicios esenciales que de la Junta dependen.

También se oyó en aquel encuentro navideño de conocidos socialistas sevillanos que el partido está condenado a permanecer unido y que sería una locura cambiar, ahora, el cartel electoral de Susana, “no habría tiempo” se pudo oír como conclusión.

 

Frente a Susana, una derecha desolada y una desconcertante izquierda

 

Frente a Susana Díaz, electoralmente hablando, reina cierta desolación en Andalucía, especialmente en las filas de una derecha que no logró convencer a Rajoy para retirar del Constitucional lo de las 35 horas semanales y que bien está agitando el PSOE y sus altavoces. Hasta el propio Javier Arenas y Antonio Sanz andan reconociendo en privado que aquí no hay nada que hacer con el PP-A; que llamadme Juanma es muy buena gente, pero un pésimo líder que no suma, resta y cada vez más ante la volatilidad del electorado en favor del voto útil que tantos disgustos les ha dado en Cataluña.

En Ciudadanos, la eterna comparsa andaluza que ayuda a gobernar a Susana, las cosas tendrán que cambiar a corto y medio plazo si quieren que la exitosa estela catalana pase por otros territorios de España. Pero si Moreno Bonilla en el PP andaluz no es capaz de lograr que le consideren líder, Juan Marín ejerce de anti líder, sin carisma y sin pretenderlo siquiera.

Puestas como están las cosas en el tablero político no sería muy descabellado pensar que Ciudadanos cambie de cartel, con Marín que seguiría en el puesto de mando del partido, pero buscando una cara electoral con más firmeza y radicalismo frente al PSOE-A, endureciendo el meloso discurso naranja actual con tal de atraer a ese votante andaluz del PP al que el equipo Bonilla no inspira confianza. 

A la izquierda del PSOE nada nuevo, salvo desconcierto en muchos votantes que no parecen entender la singular forma de hacer política desde Unidos-Podemos. Votantes que compraron la teoría porque sonaba bien en los círculos callejeros que nacieron tras el 15M, pero que una vez conocida la praxis vuelven al desencanto y a la duda sobre a quién votarán mañana. Lo de esta semana en Sevilla con el lio de la espada del Rey Fernando en el escudo de la ciudad, no lo han entendido ni sus propios militantes sevillanos. Ya no hablamos de la Sevilla rancia que se ha rasgado las vestiduras como si en la cuestión de la espada del Rey matamoros les fuera la vida.

En un sector de IU que antaño tuvo importantes cuotas de poder crecen las críticas a la alianza entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón, secundada en Andalucía por Teresa Rodríguez y Antonio Maillo. Como una imagen vale más que mil palabras, he aquí la felicitación que el ex Coordinador General de IU-CA, Diego Valderas, publicó en su muro de Facebook hace unos días.

 

felicitacion_Valderas

 

 

Ah, por cierto, ¡Feliz fin de año y lo mejor para 2018!