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Encuestas, sondeos y otras falacias manipuladoras

Es mejor para todos un pacto PSOE-Ciudadanos que la posibilidad de que Sánchez acuda de nuevo al apoyo de los golpistas.

 

Que conste que tengo el máximo respeto a la ciencia demoscópica y a sus estudios sociológicos sobre el comportamiento, pero me da la impresión que la mayoría de los que han dedicado su vida y su trabajo a esta disciplina, se han visto inmersos en las últims décadas en la vorágine de la política que ha deteriorado, y mucho, su labor investigadora. Tengo un amigo contertulio de Ágora Hispalense, Werner, aficionado a analizar el ingente número de encuestas que salen publicadas meses antes de cualquier cita electoral. Werner recopila cada una de ellas, analiza las tendencias de voto, las compara con anteriores elecciones y, finalmente, deduce unos posibles resultados que, casi siempre, se equivocan. Todo ello adobado con gráficos y cuadros que hacen casi ininteligible cualquier deducción por más que él se empeñe en aclararnosla a los legos en esta materia.

 

Como ahora hemos entrado en una especie de rachas electoral con las generales dentro de un mes y las municipales, autonómica y europeas, dentro de dos, las habituales encuestas se suceden por doquier y nos bombardean desde todos los medios de comunicación dejándonos ahítos de tanta materia supuestamente informativa. Porque seamos serios. Las encuestas, los sondeos electorales han pasado de ser un interesante y aportador instrumento sociológico de tendencias a una forma de manipulación de lo más burda. Ni siquiera la más importante y seria, la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), considerada hasta hace unos años como la más fiable por los medios empleados por la amplia muestra analizada, tiene ya valor alguno después de que el PSOE, por manos del Gobierno, haya colocado al compañero José Félix Tezanos al frente de la institución y utilice la misma para cocinar unos sondeos a la medida de sus propios intereses. Las encuestas del CIS han pasado de la noche a la mañana de ser algo respetado a convertirse en el cachondeo nacional digno de la mayor rechufla por parte de los ciudadanos que no votan al PSOE…y hasta de los que lo votan.

 

Lo de la independencia de las empresas encuestadoras es como la de los medios de comunicación, una pura utopía, una falacia que a estas alturas de la película ya no engaña a nadie.

 

Espero que sus directivos no se ofendan por esta definición, pero les ocurre como a los mercenarios, que al final hacen lo que les piden sus pagadores, ya sean éstos partidos políticos, prensa, radios o televisiones. Porque son tantos los componentes que conforman un sondeo que no es muy difícil manipularlo pra contentar aquien lo encarga. De ahí que en estas últimas semanas la horquilla que las encuestas la dan, por ejemplo a Vox, oscilan entre doce diputados y sesenta, o a Ciudadanos y el PP, que se van relevando como segunda y tercera fuerza política, según el sondeo. Vamos que hay resultados para el gusto de todos…de todos los que pagan.

 

Lo verdaderamente curioso es que casi todas coinciden en algo, que el vencedor de las elecciones generales del próximo 28 de abril será el PSOE de Pedro Sánchez. Eso parece inamovible por más empeño que pongan los líderes de la actual oposición, Casado y Rivera, fundamentalmente, y Abascal en menor medida, en sacar a la luz las continuas patochadas de Sánchez y su “Gobierno bonito”, el miedo a la llegada de una nueva crisis económica similar o peor a la que sufrimos los españoles en la denostada época de Rodríguez Zapatero, y, sobre todo, al desastre que le supondría al país el rememorar de nuevo un Gobierno Frankestein, formado y sostenido por socialistas, podemistas, nacionalistas y filoetarras. ¡Uf, qué miedo! Eso sería mucho más temible que la entrada de Vox en el denominado “trifachito” y su acceso al poder. Puestos a elegir entre lo malo y lo peor, yo no tengo duda alguna. Porque no hay otra. Aquí, dentro de un mes, mandarán unos u otros rememorando la dicotomía republicana de derechas e izquierdas, de infausto recuerdo. Eso, claro está, si al final Ciudadanos se mantiene en sus trece y no pacta con el PSOE, algo que aún está por ver por más que Rivera le haya puesto la cruz al doctor Sánchez. El donde dije digo, digo Diego de la formación naranja es algo consubstancial con ellos, tal y como pudimos comprobar los andalces en las última legislatura de Susana Díaz. Es algo que no me gustaría que ocurriera, pero también digo que es mejor para todos un pacto PSOE-Ciudadanos que la posibilidad de que Sánchez acuda de nuevo al apoyo de los golpistas, de los proetarras y los neorrevolucionarios.

 

En fin, a lo que iba, que les recomiendo que no le hagan caso a las cientos de encuestas que, de aquí al día 28, nos van a inundar como un tsunami. No se dejen comer el coco. Voten en conciencia lo que les apetezca, voten en blanco o no voten. Hagan lo que les dicte su inteligencia y no se dejen manipular por unos sondeos que lo único que pretenden es llevar a su corral los votos indecisos de quienes aún no lo tienen claro. Y no se preocupen demasiado por el voto útil, que haberlo, hailo. Para una vez que los ciudadanos tenemos en nuestras manos el decidir nuestro futuro sin que los políticos se metan por medio, ejerzamos nuestro derecho. Después vendrá, como dice la Biblia, “el llanto y el crujir de dientes”, pero esa es otra historia.