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España pierde por goleada… pero hay partido

Rajoy, Soraya, Zoido, Nieto, directores generales de Policía y Guardia y los mandos implicados deberían haber dimitido o sido cesados dado el problema que crearon sus múltiples errores e ineficacia.

Estos días se celebra en Cataluña por el mundo independentista el aniversario de su referéndum ilegal, que consideran el inicio de su ruptura con el Estado español y punto de partida de su independencia. Ignoran las más elementales prácticas de la democracia pero nadie dijo que fueran demócratas, aunque aprovechan las reglas que les favorecen para imponer sus decisiones. El independentismo, con máscara de nacionalismo moderado, lleva décadas instalándose en la mentalidad de las nuevas generaciones, y la decisión de acabar con el robo continuo, con la mafia política en Cataluña que se nutría de comisiones y actividades ilegales, les llevó a iniciar el camino de la independencia antes de la fecha prevista.

 

Si revisamos la historia comprobaremos que siempre que el Estado español ha estado débil, en guerras o conflictos sociales, fanáticos catalanes han sacado a pasear su ideología supremacista sobre los españoles y sobre la humanidad.

 

Un sentimiento político trufado de racismo, de creerse superiores, ha impulsado siempre al independentismo/nacionalismo catalán y siempre que han podido han puesto palos en las ruedas de la sociedad española, y de paso, la catalana. El problema no es que unos pocos iluminados digan cosas como que Colón era catalán o que los europeos descienden de la raza catalana, sino que muchos cientos de miles los creen y están decididos a llevar a cabo cuantas acciones sean precisas para constituir su Estado asentado sobre esas premisas racistas. Y tan responsable como esos fanáticos son quienes, desde el Gobierno de España, no solo no han frenado esas ideas racistas combatiéndolas sino que las han permitido y tolerado, junto con el latrocinio llevado a cabo durante años mientras gobernaban la comunidad autónoma catalana.

 

Muchos años de dependencia de ellos para ocupar el Gobierno de España ha convertido a PP y PSOE en cómplices de la deriva que nos ha llevado a esta situación. La inacción y ausencia de respuesta al “España nos roba”, del adoctrinamiento contra España en las escuelas nos han traído hasta la actual encrucijada. El PSOE se disolvió en Cataluña en los albores de la transición. Desapareció en dicho territorio cediendo la acción política al PSC, con identidad jurídica propia, que expresa bien en sus siglas lo que es: más nacionalista que socialista. Son independentistas moderados o camuflados que plantean como solución a los actuales problemas de Cataluña, según su líder Miquel Iceta, blindar las competencias de Cataluña en educación y lengua y un sistema que les garantice más dinero que al resto de comunidades autónomas. Una forma como otra cualquiera de despreciar los valores del socialismo que hoy y antes ha sido siempre apoyado por su partido subalterno en el resto de España: el PSOE.

 

Quien quiere resolver los problemas del país sin resolver los suyos hace un ejercicio de voluntarismo ajeno a la realidad. El PSOE, mientras no exista en Cataluña, no podrá plantear una política de país, del conjunto de España, porque lo que dice su marca en Cataluña es que quieren ser privilegiados sobre los demás territorios.

 

Todas las personas que tienen entre cinco y 35 años en Cataluña han sido educados en el “España nos roba”, “nos han invadido”, “somos distintos” (superiores), “no somos libres”, señalando como responsable de todos esos presuntos males al Estado español y a los españoles. El PSOE debe volver a su marca en Cataluña para empezar a sentar los cimientos de un partido de Estado. Y no es este su único problema organizativo y político. Por ejemplo en Andalucía, la Junta ha utilizado hace poco un lema político, propaganda, que dice “Andalucía imparable”, siendo posible incluso que los políticos presuntamente socialistas del PSOE andaluz, en su aislamiento de la realidad, hasta se lo crean. Lo que vemos otros andaluces, algunos socialistas que no del PSOE, es que es un insulto a la inteligencia decir eso cuando Andalucía es la comunidad autónoma número 17 en estado de bienestar y calidad de vida y la primera en paro y pobreza. La 17 de las 17 existentes, tras casi 40 años de gobiernos del PSOE en Andalucía y 22 de los últimos 36 en España. Este es otro problema porque significa que, o bien no han hecho políticas socialistas, -que no las han hecho-, o las políticas que ellos consideran socialistas no sirven para sacar a la gente de la pobreza. Cuando el buque de proa del socialismo español, el que aplican en Andalucía, produce esos resultados (por no hablar de las prácticas corruptas, del clientelismo, del vivir como los viejos señoritos que decían venir a desterrar del poder) la presunta izquierda española está ante un problema estructural, de fondo, que necesita una urgente revisión para este siglo y esta sociedad.

 

Tras las vicisitudes conocidas entre Pedro Sánchez y Susana Díaz con el triunfo del primero, se produce el golpe en Cataluña y el PSOE apoya al Gobierno del PP con la boca pequeña. Sí, pero no. Que TV3 no sea intervenida. Que se convoquen elecciones y se levante el 155 cuanto antes para después, con el apoyo de esos que defienden la ruptura del país, alcanzar el Gobierno.

 

El 1-O del pasado año se produjo un referéndum ilegal que derrotó al Estado. El director del CNI debía haber sido cesado pero nadie se atreve a hacerlo porque es el brazo armado de la Monarquía. Rajoy, Soraya, Zoido, Nieto, directores generales de Policía y Guardia y los mandos implicados deberían haber dimitido o sido cesados dado el problema que crearon sus múltiples errores e ineficacia. Esa fecha será una mancha negra en la historia de España y Cataluña que se leerá en los libros de historia por decenios. Al final, 15 policías que fueron traslados allí para tratar de camuflar los múltiples y graves errores de los políticos y mandos antes citados están imputados por cumplir órdenes del Gobierno, que, como la mala madrastra que siempre ha sido gobierne el PP o el PSOE, no ha movido ni moverá un dedo por ellos.

 

Un Gobierno débil, un Estado débil y unos policías que son cabezas de turco en un país de chichinabo. Un Gobierno serio (este de Pedro Sánchez es todo menos eso, y el anterior de Rajoy, igual) ya habría anunciado un indulto para todos y cada uno de los policías que pudieran resultar condenados por la justicia por intervenir en Cataluña frente a un golpe de Estado de independentistas que pretendía (y pretende hoy) romper la nación. Eso en España no pasará. Seguimos perdiendo por goleada aunque hay mucho partido, y cuando el péndulo vuelva de donde ahora está, veremos si no ha resultado positivo lo ocurrido porque nos puede permitir construir una sociedad más justa, decente y solidaría, con una ciudadanía donde todos sean libres e iguales, puedan utilizar su lengua y no haya discriminación por territorios, como sí ocurre hoy y desde hace muchos años, con la complicidad de la Casta política egoísta, desnortada, impresentable, corrupta y privilegiada que rige los destinos del país desde la llegada de la democracia. Y sálvese quien pueda.