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El legado andaluz de la fe

La Iglesia andaluza acoge con agrado su aportación al proyecto de las 'Edades del Hombre' andaluza.

Hace unos meses me hice eco en estas mismas páginas de una iniciativa promovida por ciertos sectores sociales que trataban de poner en marcha en Andalucía una serie de iniciativas culturales que, a imagen y semejanza de las Edades del Hombre castellanas, pusieran al descubierto el enorme patrimonio artístico que atesora la Iglesia en Andalucía, mucha parte del cual se encuentra oculto en templos de pueblos de toda nuestra comunidad y es prácticamente desconocido por la gran mayoría de los ciudadanos. Desde Santa Elena a Tarifa y desde Ayamonte al Cabo de Gata son cientos las iglesias, ermitas y conventos que guardan entre sus paredes miles de tesoros ocultos que deberían salir a la luz para deleite y solaz de los amantes de la cultura, como acicate económico y en beneficio de la propia Iglesia.

 

Hay que tener en cuenta que desde 1988, fecha en que se organizó la primera edición de las Edades del Hombre, más de once millones de visitantes han acudido a las once muestras que han recorrido Castilla.

 

La iniciativa, surgida en principio en una tertulia de la que me honra formar parte, Ágora Hispalensis, y encabezada por ilustres comensales como el ex alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, el doctor arquitecto Ramón Queiro o el presidente del Foro Andaluz de Humanismo y Empresa y vicepresidente de Civisur, José María Ferre, ha sido recogida favorablemente por la Iglesia andaluza. Hace escasos días tuvimos la oportunidad de sentar en la mesa de Ágora al arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, quien desgranó la buena acogida que había tenido la propuesta en la Asamblea de los Obispos del Sur, donde se había creado una comisión formada por el propio Asenjo, por los obispos de Guadix, Ginés García Beltrán, que está punto de dejar la sede accitana, y de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, y por el dean de la catedral de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas, medalla de Andalucía todo un experto en arte, para darle forma a esta iniciativa que todavía no tiene nombre pero que se pretende que gire en torno al legado andaluz de la fe católica.

 

Los obispos del sur quieren tenerlo todo amarrado para dar luz verde a este magno proyecto cultural que todavía está en ciernes pero que parece contar con el apoyo de diversas entidades públicas y privadas. 
Aunque algunos creemos que estas Edades del Hombre andaluzas deberían de ponerse en marcha cuanto antes y tener el respaldo de instituciones públicas y privadas para su pronta realización que indudablemente iría en beneficio de toda Andalucía, lo cierto es que el “tempo” de a Iglesia no parece ser el mismo que el de la sociedad civil. Los obispos del sur quieren tenerlo todo amarrado para dar luz verde a este magno proyecto cultural que todavía está en ciernes pero que parece contar con el apoyo de diversas entidades públicas y privadas que ven con buenos ojos los beneficios tanto culturales como económicos y turísticos de  estas iniciativa. El proyecto, si tiene las mismas ambiciones en el tiempo que la muestra castellana, que eso esperamos todos y confiamos en las ambiciones de las dirigentes eclesiales andaluces, supone un trabajo ímprobo y una programación exahustiva y cuidadosa para no caer en estrepitosos fracasos.

 

Acaba de publicar un periódico local una noticia que afirma que los obispos del sur están ultimando traer a Sevilla una próxima exposición de las Edades del Hombre, cuya última muestra acaba de inaugurar en la localidad palentina de Aguilar de Campoo la reina emérita Doña Sofía. No sé si será verdad o es que el filtrador de la información, interesada o desinteresadamente, ha tratado de confundir al autor. De ser cierta la información de que la Catedral de Sevilla será el escenario de este evento, bienvenidas sean las Edades del Hombre castellanas para que los andaluces nos hagamos una idea de lo que supondrían en nuestra tierra una serie de exposiciones de este jaez que agruparan en un solo escenario temático el importantísimo legado cultural que está depositado en los templos católicos andaluces.

 

Habrá que dejar tiempo al tiempo y armarse de paciencia. Ya dice el dicho que “las cosas de palacio van despacio” y todos sabemos que la Iglesia suele tener una concepción del tiempo bastante alejada de la realidad y de los tiempos que corren.

 

Esperemos que los Obispos del Sur comiencen cuanto antes a elaborar un programa que ponga en marcha esta iniciativa. Sólo dos cosas que añadir. La primera, que el nombre que agrupe las diversas exposiciones de este magno proyecto sea lo suficientemente escueto y explicativo de sus diversos y distintos contenidos. Y segundo, que, en contra de lo que algunos opinan, soy partidario de que la primera gran muestra de estas “Edades del Hombre andaluzas”, debería celebrarse en una gran ciudad, ya sea Sevilla, Málaga o Granada, para que la repercusión mediática sea lo suficientemente importante como para ser acicate para la continuidad de las siguientes muestras en el futuro. Las bases ya están sentadas. Los obispos parecen estar convencidos. Solo queda que las diversas instituciones públicas y privadas, comenzando por la propia Junta de Andalucía, den el respaldo económico necesario para llevarlas a cabo, eso sí, sin tener la intención de manejarla a su antojo. Que es lo que suele pasar con todo lo que patrocinan.