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La vida no se cuenta, se vive

Estamos rodeados de piratas, de bucaneros, corsarios y filibusteros.

La semana pasada eludí hablar de piratas en mi navegación figurada. Se merece un escrito individual. La palabra pirata deriva del verbo griego peiran que significa: arriesgar, ir a la aventura, es decir, el que emprende. Emprendedores pues, igual a piratas. Interesante…

Los piratas eran libres y sobrevivían a su deseo, su interés y su porfía. Persisten en ello. Es posible que seas un pirata de esta época y no hayas reparado. Quizás lo sepas y ocultes tu parche del ojo. Estamos rodeados de piratas, de bucaneros, corsarios y filibusteros.

Una vez que has derramado sangre y repartido crueldad es difícil detenerte. ¡Es la vida del pirata, muchacho!”—dijo el Capitán Hook

Se puede vivir intensamente, apasionadamente. Como Anne Bonny y Calico Jack, los piratas que se hicieron amantes. Relatos de tiempos heroicos. Historias de amores de la edad de oro de la piratería, de viajes, fortunas y encuentros. Se amaron entre golpes y capturas, entre arrestos y condenas. Miles de leyendas les persiguen. Anne arrolladora, un punto vulgar, atractiva y muy de amantes. Se rindió a los encantos del capitán pirata Jack, robando un barco y huyendo con él, para después iniciar un triángulo amoroso con Mary Read,  una sirena pirata.

De volcanes sin esperanza. Rumores llevados a novelas y ensayos, que terminaron con la famosa frase:

Lamento verte así, Jack. Pero si hubieras luchado como un hombre, ahora no tendrían que colgarte como a un perro.

Pirata que surca con los cañones rugiendo entretanto expolia ¡Al Amordaje! Con rameras y corsarios —con patente de corso— corazones, prisioneros, esclavos, botines y monedas de pagadores, sobornando y negociando creyéndose que es dueño del Océano. Le verás terminar sus días como al forajido de M en la canción de Los Piratas. Recordando cartas y mensajes enviados en las botellas del siglo XXI. Yo no soy la libertad pero si el que la provoca, soñará. Aunque siempre llega primero el que va más descargado.

Entonces siempre acuérdate / de lo que un día yo escribí, / pensando en ti, pensando en ti / como ahora pienso…  El arte de vivir consiste en conseguir que hasta los sepultureros lamenten tu muerte. No hay hombre que sea tan viejo para dar consejos. Me pongo el sol al hombro y el sol es amarillo, declamó el poeta. Poetas piratas. Piratas copleros.

¡Ojalá vivas todos los días de tu vida! Amar y sufrir es, a la larga, la única forma de vivir con plenitud. Ese que anda obsesionado completamente con recopilar tesoros sin saber que no todas las fortunas son de oro y plata…

Saqueadoras con una única regla, apelar a lo que un hombre puede hacer y lo que no puede hacer

Asumir que tienes sangre pirata. Para ella, poder dejarte ahogar si no pretendes navegar bajo sus órdenes.

Para vivir un año es necesario morirse muchas veces mucho. No supliques nunca el indulto. “Porque no olvides que somos piratas”—como dijo la seiyū Okamura.

La escogí a usted porque me di cuenta de que valía la pena, valía los riesgos…valía la vida” Pablo Neruda

Con el corazón en las manos en mil coyunturas, sin usar los argumentos, alcanzados por la insania. Porque en tu falsa intimidad, en cada abrazo que le das… serás ese nombre que jamás, fuera de aquí pronunciarás, al más puro estilo amor pirata prohibido, homenajeando a Cantoral, disfrazado de clandestino con el traje como uniforme. Haciendo mayor la ostentación de riquezas mientras permanecen al mando de la embarcación y así, conquistar con loros o monos en el hombro, mujeres de todas las figuras, sobre todo tras choques fructíferos.

Hay una banda de auténticos Piratas del Sur que habitan en la Taberna El Chiringuito. Comandados por Tito Fernando, y el marinero Jacobo, o el más auténtico pirata de todos, Vicente, al que verás soltarse la coleta y gruñirte que aquí no hay autoservicio, las copas en la barra de la taberna.

Genuinos bucaneros de tierra firme, tras las maderas de un galeón que conoce mil historias  de piratas de la música y los libros

Allí verás en sus paredes a Pata Negra, Camarón, Los Sordera, a Kiko Veneno… y al pirata Juanito Makandé  en carne y hueso, con su guitarra y peinado al viento, cuando no surca los mares de los Festivales  y las aguas profundas de las sirenas. Ingrato aquí te estoy esperando.

Y si los muertos aman después de muertos, te prometo amarnos más

Fiel testigo de amores eternos olvidados, sellados en playas que devuelven al mar los amores que no supieron navegar y naufragaron en las aguas de El Palmar. Los piratas se deben enamorar de rubias que bailen solas hasta el amanecer, como la de la milonga.

Tabernas y cantinas de piratas que nos hacen beber para olvidar

porque tienen las llaves que las puertas abren para el desamor, Como dice el pirata Villalón  “está claro, sin cadena, no existe la fuerza”.

Para conocerlos deberás cruzar el río e ir a Las Golondrinas, donde los piratas comandados por Paco Arcas, te harán descubrir el espíritu de los bucaneros entre botellas y tapas, mujeres y hombres que buscan la esencia de una época de ríos y mar. De conquista y conquistadores.

En sus cantinas la vibra se enciende al compás de una leyenda que fundó la más pirata de todas las piratas, Beatriz, legítima sirena del mediterráneo que desembocó en el Guadalquivir después de enamorarse de un marinero trianero. Pocos la conocen. Esencia pura de mujer, luchadora, combatiente y defensora de derechos y consignas. Pura mar brava.

Sur que esconde historias que contaremos en los libros que todavía están por escribir

Hallarás féminas que el deseo abrasan, que al placer incitan. Esa sonrisa feliz con ansias de victoria para los amores, una espina en la rosa, llena de errores, de heridas, que soportan violenta lujuria y que yacen en su isla. Buscando al pirata bohemio,de comportamiento épico para las recompensas, para ser colonizada, para verter en el mar su tormento, buscando en la vida algún premio, para parar su padecimiento. Relato de un corsario. O de una corsaria.

Bajo un cielo rojo, en el que canta: Deja que yo te busque y si te encuentro, y si te encuentro, vuelve otra vez…

Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Esta vida es así.

A la misma hora en que los corazones estallan, en la noche en que se tejen las promesas, se oye una voz que dice a la tripulación capitaneada por el gran pirata: ¿Perdón? No, gracias. Tan rápido como olvida un pirata. Le distraen las penas. Porque la vida no se cuenta, se vive. Lo cantó Serrat, No hay historia de piratas que tenga un final feliz. Ni ellos ni la censura lo podían permitir. Por la espalda, en una esquina, gente a sueldo los asesina”.