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Operación Poniente, audiencia pública en campaña

La vista oral comenzará en plena campaña electoral y durará ocho meses.

 

En mitad de la mas que probable campaña electoral de noviembre, comenzará en la Audiencia de Almería la vista oral del ‘Caso Poniente’. Será el día 4, a seis días de la cita con las urnas. La vista oral está prevista que dure hasta el 16 de julio de 2020, ocho meses y 50 procesados.

Como se recordará el asunto Poniente estalló a finales de la primera década del siglo a raíz de la denuncia anónima de un testigo ante la Fiscalía Superior de Granada. Como fondo un saqueo sistemático organizado por una trama que sustraía fondos públicos y los repartía entre socios y amigos siempre al albur de políticos del PP. Todo ello sucedía con un PSOE metido en sus pucheros y en sus propias corrupciones, que también las tenían. Era la época donde brillaba con luz propia el lema ‘vamos a llevarnos bien… lo que haya que llevarse’.

En Almería se va a comenzar a juzgar el segundo gran macrojuicio que contra la corrupción desarrollan los tribunales de Justicia en Andalucía. El primero fue el de la Operación Malaya y en este de la OP son medio centenar de procesados los que se sentarán en el banquillo (llegaron a estar imputados 70). En primera fila se sentará Juan Enciso Ruiz, exalcalde de El Ejido, la cara más conocida del cártel ejidense dedicado a presuntamente robar dinero municipal a través de una red de subcontratas, estrechamente vinculadas a la empresa semipública Elsur. (Abengoa, acusada de llevarse 31 millones, gestionaba y  el Ayuntamiento y los ciudadanos ponían el dinero). A su lado en el banquillo estará sentado Pepe Alemán, el considerado cerebro de la trama, exinterventor municipal, el que mejor ha vivido de todos sin escatimar lujos y gastos. Su patrimonio es tan grande como inexplicable.

La coincidencia del arranque del juicio con la campaña electoral es pura casualidad por razones obvias. Y no es previsible que vaya a afectar electoralmente a la derecha almeriense pese a que, pasados diez años de las primeras 20 encarcelaciones del Poniente, muchas cosas parecen que hayan cambiado en Almería.

Todo ha cambiado para que todo siga igual, la verdad, con los mismos hábitos y las mismas componendas de siempre entre la clase dirigente. Algunos de los procesados apoyan hoy opciones contrarias al PP que, están convencidos, les ha llevado al banquillo una década después. Sobresale demasiado odio acumulado y concentrado en la derecha sociológica almeriense para que pueda volver a reinar cierta paz y entendimiento. Ese deterioro sociológico sucede cuando los partidos pasan a estar dominados por tribus, clanes o familias que sirven, sobre todo, a sus propios intereses.

Quizás la vista oral sirva para aclarar muchos de los puntos oscuros que se ocultan detrás de una instrucción de casi doce años y que judicialmente se quedó a mitad camino, frenada en seco, entre El Ejido y Roquetas. Ya entonces había documentación suficiente como para meter las furgonetas azules de la PN en Roquetas como se hizo un mes de octubre en El Ejido. El motivo por el que no se expandió la investigación judicial no fue político, fue operativo y de eficacia judicial. Era imposible abarcar tanto territorio y tantos atropellos a la legalidad vigente en un solo sumario y para abrir otro no había ni medios ni facilidades políticas, más bien todo lo contrario, trabas y más trabas desde Justicia e Interior. No es casualidad pues que se salvara de una imputación todo un Secretario de Estado de la administración Aznar, emparentado con uno de los personajes claves de la trama y con el que mantenía relaciones habituales y no para preguntar por la familia precisamente.