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Se busca líder de la oposición

Sin duda, el efecto VOX ha tenido que ver en todo esto, al penetrar este partido definitivamente en los Congreso con 24 escaños.

 

El batacazo del Partido Popular en las elecciones generales ha sido épico. Mucho más que el desplome de UCD en 1982. Este estaba en descomposición y su aparato político liquidado. El PP lo ha conservado intacto y, aun así, los 137 escaños en el Congreso de los Diputados se han reducido a 66. Ha sido el elemento más destacable de estos duros comicios, atizados por la polarización ideológica y por la dura competencia entre extremos que hace años o bien no existían, o en todo caso estaba confinados a los márgenes de las últimas líneas políticas. Ahora el PSOE se sitúa fuerte -pero no tanto como él cree- con 123 escaños frente a los 85 de la anterior legislatura, junto a un CIUDADANOS renovado con 57 frente a los 32 anteriores, ‘sorpassando’a Unidas Podemos y sus confluencias, que se ha desplomado de los 71 a los 42 escaños. Sin duda, el efecto VOX ha tenido que ver en todo esto, al penetrar este partido definitivamente en los Congreso con 24 escaños. Así las cosas, con el PSOE como ganador indiscutible, la lucha por el liderazgo de ‘la’ oposición, si es que se puede seguir hablando en estos términos, se anuncia encarnizada.

 

¿Qué ha pasado? Contrariamente a lo que muchos suponen, VOX no ha robado tantos votos al PP como cabría suponer, toda vez que, por cierto, el perfil del votante mayoritario del partido verde coincide con el de CIUDADANOS. La respuesta hay que hallarla en la superior capacidad de movilización del PSOE de sus bases y en la agitación del miedo a la ‘extrema-derecha’ de VOX como efecto galvanizador, algo calcado a lo que hizo anteriormente el PP ante la irrupción de la ‘extrema-izquierda’ de PODEMOS años antes. No se ha tratado por tanto de que las ‘tres derechas’ hayan competido entre sí, sino de que el ‘miedo a VOX’ ha permitido al PSOE hacer vencer sus reticencias a su electorado primero, y alcanzar a parte de la cantera electoral de otras formaciones, para que pasaran por alto su pacto con los independentistas y su errática gestión de gobierno, con el objetivo de aliarse contra el enemigo común. Así ha sido que votantes de PODEMOS han retornado al PSOE aun sintiéndose espiritualmente más afines al partido morado con tal de evitar el mal mayor, según ellos, la irrupción del extremismo de Derecha en el Parlamento y, en caso de producirse este, contrarrestar por medio de una mayoría eficaz un pacto a tres VOX-PP-CIUDADANOS como el habido en Andalucía.

 

Por tanto, la cuestión no está tanto en las debilidades estructurales de cada formación como en la capacidad de movilización coyuntural del voto, superior en el PSOE y en CIUDADANOS que en los demás.

 

VOX se lleva, pese a que su propaganda no lo vaya reconocer jamás, un jarro de agua fría. Envalentonados tras la gesta épica de Andalucía, pensaban que la Reconquista estaba a la vuelta de la esquina por el efecto rebufo, pero lo cierto es que se quedan con unos 24 agridulces escaños, que no les llegan siquiera para ser determinantes en un eventual gobierno. Pero el perdedor de perdedores ha sido el PP, desgastado por la corrupción y débil tras un proceso de renovación del liderazgo que no ha traído la paz en casa ni ha sido capaz de articular un proyecto ilusiónate y creíble a partes iguales para España. Pablo Casado, un líder débil y primerizo, no ha conseguido rodearse de un equipo ganador, y ha optado por dos estrategias suicidas que parece increíble que hayan sido generadas por Aznar, duro pero listo, y artífice del viaje hacia en Centro de la Derecha Conservadora: uno, ‘voxizarse’ y tratar de competir en extremismo con el extremista, en un gesto tan obvio y tan patético que ha terminado por hartar a muchos seguidores con años de paciencia a sus espaldas; dos, ningunear al aparato del partido, esos que hacen que la cosas funcionen y que las fotos del líder sonriente estén a tiempo en Facebook, para sacar sin consultarlo con nadie a ‘fichajes estrella’ sin experiencia política ni capacidad de movilización más allá del efectismo limitado para un grupo de hipotéticos votantes no demasiado relevantes.

 

Al desatender su flanco izquierdo, CIUDADANOS, cual animal de presea, se relamía los labios ante el fútil intento del ‘nuevo’ PP casadista de competir con VOX en el maximalismo impenitente para crecer por el centro liberal que aupó al PP al poder, hasta conseguir situarse, con 57 escaños, muy cerca de los 66 populares.

 

¿Liderazgo de la Oposición? Ya veremos. Echar quinielas es una estafa equivalente a las máquinas engañabobos del gancho en las cafeterías, diseñadas específicamente para desplumar a los incautos. Las victorias políticas distan mucho de ser sólo materiales, sino que tienen un componente espiritual decisivo. Efectivamente, el PP tiene más escaños que C´s. Pero ha sido este el que ha ganado representación y la formación azul quien la ha perdido. VOX fue devorado por sus propias aspiraciones, y lo que pudo ser una victoria moral se ha quedado en una victoria material pero sin los halos medievalistas moral-propagandísticos que sus líderes habían pronosticado. Con todo, se inicia una lucha en el espectro del Centro liberal a la Derecha reaccionaria por liderar una ‘oposición’ más ficticia que real, y en la que la capacidad para llegar a acuerdos estratégicos de los líderes será fundamental.

 

Es en este aspecto donde se decide todo. Porque los independentistas de ERC, otro de los ganadores de la cita electoral, se han alzado con nada menos que con 15 escaños. Teniendo en cuenta además que muchos de los que han votado al PSOE lo han hecho con la idea de que pacte con Unidas Podemos y no con CIUDADANOS, lo que le obligaría de nuevo a ponerse en manos de los independentistas y a vender su pellejo más caro, sabiendo que pueden hacerle la misma jugada y tumbarle los Presupuestos si no les da lo que piden, una Referéndum de Independencia, algo con lo que su potencial socio, la formación morada, está de acuerdo. C´s sabe que al hacer del anti-independentismo una de sus principales banderas, y de la expulsión de Sánchez del Gobierno su propósito principal para estos comicios, está atado de pies y manos para moverse con libertad por el pedregoso terreno de los pactos, siendo consciente de que si se traga sus palabras y pacta con los socialistas puede perder muchos votos por su derecha, lo mismo que estos, que no ignoran que, si pactan con los naranjas en vez de con los morados, perderán por su izquierda.

 

Sea como fuere, el PP debe prepararse para la dura batalla por la ‘oposición’, una batalla que puede perder ante un VOX duro cuyo futuro está por ver tras su paso por las instituciones, y ante un CIUDADANOS fresco y atrayente que, no obstante, puede poner en peligro dicho rol ante algunos si pacta con el PSOE, pero que igualmente corre el mismo riesgo si no pone la gobernabilidad del país por delante pactando con su némesis para impedir que el diablo se convierta en el director de la Orquesta. El PSOE no lo tiene mejor, y debe elegir, como C´s, entre su partido y España. Sólo de este cálculo estratégico saldrá el futuro del país. Y por eso, más que nunca, los principales partidos están a punto de retratarse como no lo han hecho hasta ahora, dejando al desnudo qué les importa más, si sus ambiciones políticas o su país.