Maelbek ó Maalbeck es el corazón de Europa. Junto a la Estación de Schuman, al lado del edificio Berlaymont – sede principal de la Comisión -, del Justus Lipsius – que alberga al Consejo de Ministros en el que se reúnen permanentemente los respresentantes de los Estados Miembros de la Unión Europea -, y de la torre de babel bajo el nombre de Carlomagno en el que tienen representación el comercio mundial. Todos ellos edificios de más de 50.000 m2, repletos de funcionarios que tratan los temas fundamentales de la política y la economía europea e internacional. Muy cerca del Parlamento Europeo, con salida directa a la Loi (la Ley) y a Direcciones Generales tan importantes como la de Agricultura entorno a la cual se construyó este proyecto común.
La impotencia y el miedo acechan especialmente cuando son lugares por los que uno pasó mil veces. Es el aeropuerto de referencia, la parada de metro del día a día de muchos de nosotros, de buenos amigos. Es un ataque que hace especial daño a una Europa debilitada.
Zaventen es el aeropuerto de Europa. Centro neurálgico e incluso geográfico de la vieja Europa occidental hasta la ampliación al Este. Centro institución, empresarial y lugar de paso necesario para todos los representantes de los ciudadanos y los diferentes europeos.
La impotencia y el miedo acechan especialmente cuando son lugares por los que uno pasó mil veces. Es el aeropuerto de referencia, la parada de metro del día a día de muchos de nosotros, de buenos amigos. Es un ataque que hace especial daño a una Europa debilitada tras una grave crisis económica, una creciente decadencia política y que afronta grandes retos con armas insuficientes pero con un modelo y unos valores que han sido referencia en los últimos siglos. Ahora, la presión migratoria y los grandes desafíos globales, obligan a cuestionar pasado, presente y futuro.
Sirenas de guerra, bombas, nuevos muros y vuelta al establecimiento de las fronteras. Miedo, terror, pánico que justifican cualquier medida que fortalezca la seguridad y la protección de los nuestros. La diversidad estructurada de Europea – y también de EEUU – tiende a aislarse de la diversidad necesitada.
Ojalá Europa salga fortalecida de estos atentados. No es necesario decir que “Todos somos Bruselas”
La última alerta la viví en Bruselas y me contagié del miedo. Ahora, con el cuerpo cortado, me acuerdo de todos los amigos que viven o transitan a menudo por la capital europea. Tras mensajes y llamadas para saber que los más queridos y cercanos están bien, no conseguimos librarnos de la sensación colectiva de terror y miedo por lo ocurrido y sus consecuencias.
Ojalá Europa salga fortalecida de estos atentados. No es necesario decir que “Todos somos Bruselas”, porque realmente es así, puesto que es en ella dónde estamos, donde decidimos y donde hemos establecido un nuevo modelo y marco jurídico, político, económico y social transnacional al que los andaluces tanto debemos. Sin embargo, para la Unión Europea, no parece suficiente ser la principal donante mundial de ayuda al desarrollo. Se espera de ella mucho más como primer bloque comercial del planeta y por sus deudas históricas y las asociaciones existentes con los principales actores de la escena mundial. Quizás, por todo ello, hoy debe ser un día para – tras las condolencias y el luto por lo ocurrido – evaluar sus logros, seguir luchando por sus valores, y considerar la importancia de fortalecer su diversidad y su unidad, pero también mejorar su acción conjunta a nivel global.