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Una lanza por una jueza

No conozco a la magistrada Núñez Bolaños. Si conozco el modus operandi de su antecesora a quien respeto y de los fiscales anticorrupción.

 

No conozco personalmente a la magistrada señora Núñez Bolaños, objetivo preciso de una feroz campaña organizada por la edición sevillana del ABC.

Según la primera plana de dicho medio que suele expresar los intereses de la alta Derecho de la ciudad, a esa orquesta sinfónica se han unido tres tenores fiscales, bajo, tenor y barítono pidiendo protección al fiscal jefe de Anticorrupcion, en Madrid, del cual dependen.

Al parecer acusan a la magistrada, que ha solicitado baja por enfermedad, de irregularidades procesales en la instrucción de causas pendientes del tronco matriz de los EREs.

No perdamos la memoria. In remotis. Las instrucciones macrofagicas iniciadas, sostenidas y concluidas, algunas, por la magistrada anteriormente titular del juzgado de quo agimus fueron denodadamente apoyadas por dos de los fiscales quejosos ahora.

Una de esas instrucciones de clarísimas repercusiones en la política y poder municipal alabada hasta la náusea por el diario atacante ahora, fue destruida por una sentencia de 313 folios en la que se resolvía que no se encontraba en la causa un solo elemento probatorio para basar una condena. Todos los acusados por fiscales anticorrupción en la instrucción que destruyó honor, patrimonio y carreras políticas de bastantes de los acusados fueron absueltos con todos los pronunciamientos a su favor. La sentencia no fue recurrida por la fiscalía anticorrupción.

 

La esperada y esperable sentencia de los EREs , pieza de procedimiento específico avalado por la Audiencia provincial, hará ver la calidad de la instrucción y la rotundidad de las pruebas de convicción aportadas al tribunal por los fiscales anticorrupción.

 

Los informes de las defensas en los cuales se vertieron contundentes críticas a las imprecisiones acusatorias formuladas en los plúmbeos informes de ambos fiscales ya avistaron un horizonte judicial en el que las pruebas de convicción serían de difícil percepción.  Habrá que esperar, pero cabe sospechar, me cabe sospechar  a mi, que firmo,  la no ajeneidad de las quejas en este momento a las fases finales de la construcción de la sentencia por la sala de justicia que vio el juicio oral del procedimiento específico.

Ille qui non praevidet quid praevidere debuit in culpa est. Así reza el viejo brocardo del foro romano. El que no previene lo que debió prevenir, incurre en culpa.

Durante la bíblica instrucción de los EREs los letrados que, con mayor o menor intensidad, la padecimos y observamos, fuimos conscientes que aquello se iba de las manos. Pero se traían a la causa cuántos expedientes, presupuestos, borradores y vistos buenos había en los despachos más recónditos la Junta de Andalucía. Los fiscales nunca denunciaron semejante aporte de material, atestados de la Benemérita y otros armarios metálicos llevados en procesión al Juzgado.

 

El diario atacante ahora de la magistrada señora Núñez Bolaños, jamás se le ocurrió, !válanos Nuestra Señora de los Reyes!, cuestionar tal celo, costosísimo para las arcas públicas y poco operativo, cual demostraré en su día el proceso de Mercasevilla.

 

De aquellos polvos traen causa estos lodos y los barros y entuertos que nos esperan.

No conozco a la magistrada señora Núñez Bolaños. Si conozco el modus operandi de su antecesora a quien respeto, y de los fiscales anticorrupción con quiénes en alguna ocasión he padecido interrogatorios perquisitorios de alto voltaje procesal. Y porque los conozco, rompo una lanza en defensa pública y firmada de la profesionalidad, el buen hacer y la honestidad cívica de la jueza titular del de Instrucción número 6 de esta capital, hoy enferma, de quién hace astillas, cómo es costumbre en ese medio de defensa de opacidades varias y elegantemente apadrinadas,  el ABC de Sevilla.