El rey tiene la misma legitimidad que cualquier presidente de la República apoyado por Soros, Roures partidos políticos y otros personajes que usen dinero, poder y medios de comunicación para elegir a su candidato. Ambos servirán al Estado… más o menos, dependiendo de su carácter, moralidad y condición. Mejor Felipe VI que un político corrupto.
El Rey de España, jefe del Estado y jefe de las Fuerzas Armadas está a años luz de todos los políticos bocachanclas, gente de medio pelo, corruptos, ególatras, ambiciosos y sin escrúpulos que dirigen este país hoy. En tiempos de incertidumbre para la nación, la Monarquía es un valor. El sistema político español se aprobó en la Constitución, y aunque puede someterse a revisión y votación, ello solo debe hacerse cuando no haya riesgo de ruptura de la nación. Y hoy lo hay. Antes que decidir si Monarquía o República hay que poner orden en el desbarajuste del independentismo. Somos el único país con leyes que priman a quienes quieren destruirlo. Donde se ataca su lengua, símbolos y su bandera. Parece democrático hacerlo y fascista oponerse. Un cáncer metastásico. Cambiar leyes, proteger el Estado nación es hoy una prioridad política y social.
Los enemigos de la nación y de los españoles han colocado en el punto de mira la Monarquía, porque es hoy la clave de bóveda del sistema democrático y constitucional. Los republicanos socialistas que queremos un país fuerte, solidario, democrático, sin élites corruptas como la mayoría de políticos que anidan hoy en nuestro pueblo, lo más coherente que podemos hacer hoy es apoyar la Monarquía y la Constitución. Superado este periodo de incertidumbre, veremos. Los políticos, esa élite parasitaria con algunas excepciones, deberían retomar el camino del referéndum para la reforma política de 1976 y permitir el nacimiento de una democracia digna de tal nombre, donde el mentiroso o el corrupto sean denunciados por sus compañeros de partido. Más democracia, listas abiertas, segunda vuelta… más Estado y menos corrupción partidista. Los partidos son cómplices de todas las prácticas corruptas que se conocen, que son muchas.
En la política española hay filibusteros que dirigen sus rebaños de ovejas aprovechando la ignorancia de grandes capas de la sociedad. La idea de que la República es más moderna y democrática que la Monarquía es un cuento del siglo pasado, una falsedad que creen muchos ignorantes y fanáticos. Podría ser así hace un siglo pero no hoy, en el mundo de la comunicación global. Entre los países más prósperos del mundo hay monarquías y son numerosas las repúblicas bananeras sin libertad y con hambre. Atacar tratando de enterrar el español, la lengua común universal, y fomentar otras locales porque es más moderno o de izquierda, o que un Estado descentralizado como el nuestro es más democrático que uno centralizado como Francia son sus ideas/fuerza. Hay que combatirlas. Quienes odian a España, una gran nación, deben tener respuesta política y social. Desde mi pensamiento socialista: ¡Viva España, la democracia, la libertad y el Rey!
La Corona no está tomando partido en defensa de la democracia. El “España no puede ser de unos contra otros” es equidistante entre quienes defienden un Estado-nación, España, y quienes quieren trocearlo en varios. Históricamente los borbones han defendido más su dinastía monárquica que la nación. Es hora de que un borbón rey participe más activamente en política con gestos y discursos señalando que la nación no se trocea, siendo él, su institución y sus competencias constitucionales garantía de ello. Sin miedos ni complejos. Si no sirve para eso, a la nación no le sirve para nada.