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“Yo milito en Almería”

Rafael Hernando sabe que allí también la Justicia investiga al PP

Rafael Hernando, aunque no lo parezca, lleva bastantes trienios vinculado a Almería como diputado cunero, desde junio del 93 exactamente. El portavoz del PP, oriundo de Guadalajara donde fue concejal y senador, es junto a Javier Arenas uno de los dos líderes nacionales de la derecha que, en su día, optaron por recalar en una provincia que no era la suya, alejada y olvidada para muchos y, por tanto, víctima del abandono de los gobiernos y la insularidad en sus comunicaciones.

Le preguntaban los periodistas a Hernando por las cosas que están saliendo a propósito de la corrupción y financiación irregular de su partido en Madrid o Valencia y en su tono habitual, sin complejos, fue cuando respondió la frase viral “yo milito en Almería”. A mí no, pregunte a otros del PP, fue la conclusión a sus cuatro palabras.

 

Con una autovía, la A-92, que llegó diez años después y con un tren del siglo pasado que desde hace más de mil días – abril de 2015- dejó de llevar gente desde Sevilla y Granada a Almería.

 

La verdad es que no se sabe muy bien cómo interpretarlas, si como un piropo al “paraíso” natural almeriense o poniendo como ejemplo de pulcritud a su partido en Almería.

Pues ni en una cosa ni en la otra habría acertado. Si excluimos las riquezas y bellezas naturales de Almería, aquella provincia sigue a día de hoy infravalorada, aislada del resto de Andalucía y España, bloqueada en su desarrollo económico y social. Con una autovía, la A-92, que llegó diez años después y con un tren del siglo pasado que desde hace más de mil días – abril de 2015- dejó de llevar gente desde Sevilla y Granada a Almería. 27 kilómetros del Ave por terminar más allá de Loja parece que tienen la culpa, según el ministerio de Fomento, responsable de un escandaloso y largo aislamiento del oriente andaluz por ferrocarril. La primera fecha que se dio para la llegada del AVE a Granada fue 2013.

Pero si Rafael Hernando se refirió al PP de Almería como un organismo no afectado por el virus de la corrupción, sin duda estaba tomando el pelo a la opinión pública porque sabe que no es verdad.

 

Desde los tiempos de la Operación Poniente

 

La segunda macro investigación judicial llevada a cabo en Andalucía, tras la Operación Malatya en Marbella – primera y más mediática– fue la denominada Operación Poniente, impulsada tras las luchas internas por el poder en el PP almeriense entre el entonces alcalde de El Ejido, Juan Enciso Ruiz y el de Roquetas Gabriel Amat Ayllón. De aquella investigación judicial, gracias a las intervenciones telefónicas practicadas por orden judicial, se pudo constatar la existencia de una especie de omertá entre los dirigentes de las dos principales formaciones políticas del momento, PP y PSOE. Una cosa eran los discursos en público, de confrontación, y otra muy distinta el ‘yo te doy cremita, tú me das cremita” de las conversaciones privadas por teléfono.

El PP quedó muy tocado tras los efectos de la Operación Poniente, más propios de una guerra civil en tanto que muchos de los encartados o habían sido del PP o mantenían mercantiles con los del bando de enfrente que seguían en el PP.

 

Unos en plan lúdico, para descansos vacacionales como Zapatero o Pedro Sánchez. Otros se unieron a Almería por intereses más políticos y económicos.

 

Gabriel Amat ganó el pulso y posibilitó con su acción política que su enemigo interno, Enciso, se chupase nueve meses de prisión preventiva en Albolote. En esa batalla, el hoy hombre fuerte del PP en Almería, contó con el apoyo de Madrid vía Rafael Hernando y Sevilla a través de Javier Arenas.

El espectacular desarrollo económico de Almería gracias a las burbujas del ladrillo y el cultivo bajo plástico, la riqueza que sin recato mostraban los nuevos ricos con coches de alta gama y vida propia de millonarios, convirtieron aquella provincia en un objeto de deseo de numerosos políticos españoles. Unos en plan lúdico, para descansos vacacionales como Zapatero o Pedro Sánchez. Otros se unieron a Almería por intereses más políticos y económicos.

 

Almería, una mina de oro

 

Si ponemos en paralelo este escenario de vacas gordas con el manual escrito por la Justicia a propósito de la financiación irregular del PP en España, así como el aislamiento informativo que pesa sobre Almería, obtendremos uno de los motivos que a algunos les hace enorgullecerse de militar en el PP de Almería, una mina como las de oro de Rodalquilar en sus buenos tiempos.

Es fácil presumir que si Almería ha sido un rico cortijo donde los millones de euros volaban por Puerta Purchena, el PP también podría haberse financiado de la misma manera que lo ha hecho en otras comunidades como Valencia o Madrid.

 

Cinco años, siete jueces y varias visitas a Almería del ministro de Justicia, Rafael Catalá, han pasado ya por esta investigación que no es la primera que sufre Amat.

 

Gabriel Amat es, sin duda, el cabeza de la familia más rica relacionada con la política andaluza. Inmenso patrimonio tras llegar a Roquetas hace décadas con un isocarro hipotecado desde la Alpujarra. La sociedad civil, que no la política, le tiene denunciado ante la Justicia que instruye un macro sumario de la denominada Trama Amat. Un conglomerado de cientos de mercantiles del sector del ladrillo supuestamente beneficiadas por la administración Amat a lo largo de décadas como alcalde. Cinco años, siete jueces y varias visitas a Almería del ministro de Justicia, Rafael Catalá, han pasado ya por esta investigación que no es la primera que sufre Amat. Hubo una anterior, Caso la Fabriquilla, donde estuvo imputado quedando archivado el asunto, pese a reconocer la Fiscalía la existencia de graves irregularidades. Fue curioso comprobar como a las pocas semanas de acudir el ministro de Justicia a un acto electoral del PP en Almería, se archivó la causa dejando expedita la vía de Amat para presentarse de nuevo a alcalde y volver a ganar.

Hernando, efectivamente, milita en el PP de Almería, pero no se le puede admitir que lo ponga como ejemplo de limpieza. Uno de los alcaldes más cercanos a Hernando, el ex de La Mojonera, fue descubierto asociado a los dueños de una importante constructora – Hispano Almería– con la que el ayuntamiento que presidiría mantenida relaciones administrativas como recalificación de usos y terrenos en su término. O ese otro alcalde de El Ejido, delfín que fue del apestado Enciso, imputado desde hace más de un año por delitos contra la hacienda pública en un asunto rodeado de informaciones privilegiadas y pelotazos urbanísticos de la familia de quien era concejal de Urbanismo cuando gobernaban los imputados de la Operación Poniente.