3D: Baraja Española. El Oro Envenenado (o la victoria pírrica)
Vamos ya al 3D, puesto que todos los sondeos dicen lo mismo, cifra arriba, cifra abajo.
Vamos ya al 3D, puesto que todos los sondeos dicen lo mismo, cifra arriba, cifra abajo: oros – más o menos brillantes – para Susana Díaz, y bastos repartidos para todos los demás.
Hoy no perderé el tiempo analizando si Vox se mete o no en el Parlamento Andaluz, o si hay sorpasso de Ciudadanos al PP. Lo mismo da, que da lo mismo. Tampoco me interesa si Teresa Rodríguez y los suyos sacan 23 o se quedan con 18. Repito lo que acabo de decir. Vamos a lo de después, a la timba, a las cartas ocultas y los chantajes emocionales.
Primero: es muy difícil que Juan Marín y Juanma Moreno sumen 55 o más. Ni siquiera con el diputado de Vox – o los diputados, que las urnas las carga el diablo-. Sería como decir que Andalucía se ha hecho de derechas. Una sorpresa mayúscula.
Lo inmediato, pues, lo damos por adelantado: ronda de sonrisas susaneras, aderezadas con las palabras “gobernabilidad”, “instituciones” y “estabilidad”.¿Quién será tan antidemocrático de negar al partido más votado la posibilidad de formar gobierno?
Primero: es muy difícil que Juan Marín y Juanma Moreno sumen 55 o más. Ni siquiera con el diputado de Vox – o los diputados, que las urnas las carga el diablo-.
Segundo: Juan Marín, que de pactos con la sultana tiene sobrada experiencia. Imposible saber lo que va a decir. Pero, sobre todo, lo que va a hacer. Solo sabemos de su juramento a lo Juan O’Hara: “a Dios pongo por testigo que, con nuestros votos, antes entra en San Telmo Gabriel Rufián que Susana Díaz”.Y no una, sino varias veces, al modo de San Pedro. Vamos a ver el gallo que les canta el 2D. A ver si tiene que comerse todos sus juramentos. Aunque, si lo hace, miles de razones tendrán sus votantes para comerse la papeleta con sal y pimienta. Y ocasiones para vomitarla, unas pocas. Y dentro de muy poco, ¿verdad Juan?
Tercero: Teresa Rodríguez. Bien conocido es que a esta le dan repelús los abrazos de la Sultana. Tampoco creo que a la socialista le den mucho gustito las familiaridades con aquella, la verdad. Aunque, viendo la trayectoria de Susana, seguro que considera que San Telmo bien merece un morreo, aunque sea con la roteña de los pendientes de aro.
Teresa, y ahí me detengo. Menuda papeleta le ha caído, y no precisamente electoral. Ante ella y los suyos, la dulcísima tentación de influir, de pilotar el “giro de izquierdas”. Y una Susana necesitada, sonriente mercachifle de un voto de investidura, esgrimirá palabras y alegrías: “la oportunidad de reorientar sensibilidades y políticas, y de converger hacia un acuerdo amplio entre las fuerzas de izquierda que permita avanzar en progreso y cohesión social…”. Ya la estoy oyendo. ¿Tú no, Teresa? Firmará lo que le pongas por delante. Aunque sea la subasta del Palacio de San Telmo para financiar una renta social básica en Rota. Eso y más.
Tercero: Teresa Rodríguez. Bien conocido es que a esta le dan repelús los abrazos de la Sultana.
“Pero tú hazme Presidenta de la Junta”. Ya estoy oyendo el susurro susanil, seductora serpiente que se desliza en el oído de la roteña.
La sabiduría popular tiene dichos antiguos, aplicados a los galanes que cortejaban a las doncellas difíciles: “prometer y prometer hasta meter, y una vez metido, olvidar lo prometido”.
La Presidenta en funciones hereda una tradición de treinta y seis años de ejercicio en el poder, cinco de ellos personalmente, más otros muchos cargos. Toros de más casta toreó, y siempre se los llevó a las tablas, para estoquearlos a gusto. Al hacerla Presidenta, se le otorga el máximo privilegio: el control de los tiempos políticos. El poder disolver el Parlamento a voluntad, y convocar elecciones a conveniencia, cuando sople el viento de popa, y disponga de plata para enternecer las voluntades.Flaca es la memoria popular en lides electorales: tres meses, le calculan los expertos. Unas intervenciones puntuales, aquí y allá, y la clientela corre que te corre a las urnas.
¿Lo tuyo, Teresa? Dalo por perdido, si la renuevas como Sultana. Te repito lo del Conde de Romanones: “quédense ellos con la Ley, que yo haré el Reglamento”. Al darle a Susana el dominio del BOJA, te aprobará cuatro iniciativas hermosas, de cara a la galería. Ná de ná, te lo digo desde ya. A tus cosas te dirá que sí, que mañana mismo, que espérate, que dentro de una semana. Pares y nones, que decimos en mi tierra. Tendrás que operarte de vesícula, del mismo cabreo. Pero ya tendrá acordado tu relevo con Pablo Iglesias. Si te crees que la vas a atar corta, vas lista. En cuerdas y cadenas, te da mil vueltas.
¿Lo tuyo, Teresa? Dalo por perdido, si la renuevas como Sultana. Te repito lo del Conde de Romanones: “quédense ellos con la Ley, que yo haré el Reglamento”.
Te doy una alternativa, y te la piensas si quieres. Ahí va: que no hagas Presidenta a la hija política de Griñán y de Viera. Que la gente de izquierdas no ha confiado en ti para darle un balón de oxígeno a un régimen corrupto y canalla que tiene a Andalucía sumida en la pobreza, la parálisis y el clientelismo. Que con ese Parlamento continuista y susanista, donde las listas del PSOE son un calco del 2015, no hay pacto posible, ni ahora ni nunca. Que tus votos y tus escaños no van a amparar a un PRI mexicano o una Democrazia Cristiana italiana disfrazados de palabrería progresista. ¡Bloqueo institucional, que no pasa nada! Los maestros van a seguir enseñando y los médicos, curando. Quítale el control de los tiempos políticos, y que se le echen encima las municipales y las europeas. Que le salga la sentencia EREs y le crezcan los enanos – y las enanas -. Que se le venga arriba el sanchismo, que cambien las listas y sobre todo, a la más lista – ella misma -, porque el voto de Adelante Andalucía no va a servir para apuntalar a la derecha más corrupta e hipócrita del PSOE. A un subpartido sui géneris dentro del Partido, rechazado por la mayoría de los militantes de España y atrincherado al sur de Despeñaperros, donde margina, a su vez, a todo intento de renovación de izquierdas con los que te puedas entender.
Eso es influir, Teresa. El resto… Llámale como te dé la gana.