El ex portavoz de la Generalitat catalana y ex diputado en el Congreso, Francesc Homs, lo ha dejado claro en Twitter con un emoticono. Dice el hombre que está hasta los “ous” de que la casi extinta CDC y sus consejeros pague los platos rotos de la progresiva y machacona fiebre independentista que invade las noticias de los medios de comunicación en los últimos años. Pues si él está hasta los “ous”, el resto de los españoles no se puede ni imaginar hasta donde estamos, es que estamos hasta los mísmísimos hue…sos de aguantar la matraca secesionista que los suyos, encabezados por el mártir en la sombra Arturo Mas y los herederos de Pujol, lideraron con el trinque y abanderaron con la estelada desde antes de la nefasta era de Rodríguez Zapatero.
Como apuntaba el genio de Marx, no Karl sino Groucho, “encuentro la televisión muy educativa, cada vez que alguien la enciende me retiro a otra habitación y leo un libro”. Eso me está ocurriendo en las últimas semanas con los informativos y las tertulias televisivas o radiofónicas. Cada vez que pongo la tele y aparece la cabeza de fregona de Puigdemont, el del ojo a la virulé de Junqueras, el académico de la lengua de Rufian o la del flequillo a lo etarra de la CUP, que es cada diez minutos pongas la cadena que pongas y cada cinco si es la Cuatro o la Sexta, opto por apagarlo o irme a otra estancia de mi casa y abrir un libro. No me digan que no son hartibles, pero que muy hartibles con su coñazo de referéndum y su pulso al Estado. Aburren hasta a las ovejas.
Pedro Sánchez, que sigue sin saber qué carta jugar en un teresiano “vivo sin vivir en mí” proponiendo lo del federalismo socialista o el Estado plurinacional que ni él mismo sabe lo que es pero que le viene muy bien para no mojarse
Eso por un lado. Porque en la parte contraria de todo este diálogo de besugos están los otros, ya saben el PP de Rajoy y los Ciudadanos de Rivera, exigiendo que los independentistas cumplan la Constitución que ellos mismos votaron mayoritariamente, y en medio, como siempre, el nuevo líder del PSOE, el bello Pedro Sánchez, que sigue sin saber qué carta jugar en un teresiano “vivo sin vivir en mí” proponiendo lo del federalismo socialista o el Estado plurinacional que ni él mismo sabe lo que es pero que le viene muy bien para no mojarse. Dicen que Rajoy está siempre de perfil, pero quien de verdad no sabe a qué está jugando es el nuevo PSOE de Sánchez que apuesta a rojo y a negro para no perder.
Pero como, siguiendo mi tesis de que en España hay más tontos que botellines, según una encuesta que publicaba un conocido medio digital de nombre parecido a éste y de lectores influyentes, cerca de la mitad del electorado español, concretamente el 48,5 por ciento, está de acuerdo con que nuestro país es un Estado plurinacional, cifras que se disparan al 60,5 % entre los electores del PSOE y al 73,1 entre los votantes de Podemos. Añade la encuesta que los principales sentimientos que genera el conflicto catalán entre los españoles son pena (25,1%), rechazo (17,4), malestar (13,8), enfado (9,2), indiferencia (8,5) y solidaridad con Cataluña (6,8%). Tenían que haber preguntado sobre el hartazgo y seguro, seguro, que superaría la mayoría absoluta.
En fin, que ahí estamos todos esperando a ver si el Gobierno se decide a aplicar o no el artículo 155 de la Constitución (que para algo debe estar en la Carta Magna, digo yo) o sigue mareando la perdiz judicial de lo políticamente correcto.
Hombre, es verdad que casi la mitad de los encuestados eran catalanes, lo que distorsiona bastante los resultados del sondeo, pero la verdadera realidad es que si a todos ellos les pidieramos que definieran qué es en realidad un Estado plurinacional, estoy seguro que el 90 por ciento no tendría respuesta alguna para explicarlo. Como no la tiene ni Pedro Sánchez ni ninguno de sus adláteres…o adláteras que predican este mantra por todos los rincones de España. Volviendo a recurrir a las sentencias de Groucho Marx, “es mejor estar callado y parecer tonto (Rajoy), que hablar y despejar las dudas definitivamente (Sánchez)”.
En fin, que ahí estamos todos esperando a ver si el Gobierno se decide a aplicar o no el artículo 155 de la Constitución (que para algo debe estar en la Carta Magna, digo yo) o sigue mareando la perdiz judicial de lo políticamente correcto mientras el duo dinámico Puigdemont y Junqueras continuan con sus bolos veraniegos en palacios y estadios y sus éxitos de crítica y público cantando su particular “des-pa-ci-to” a ritmo de “Els segadors” o de sardana. Como observarán, yo, que como Aznar habló catalán en la más pura intimidad, proclamo que unos y otros nos tienen al resto del personal hasta los mismísimos “ous” y hartitos de “cols” de tanta pamplina y de aguantar a tanto tonto con balcones a la calle o lo que es lo mismo “simple amb balcons al carrer”.
*Benito Fernández es Periodista.