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Algunos retos del cambio andaluz

Andalucía tiene 8,35 millones de habitantes, de los que 1,55 millones son pensionistas. Nos ponemos en que el 18,70% de los andaluces viven de una pensión.

 

Pues aquí me tienen. Sigo siendo uno de los cinco votantes socialistas de mi calle. De acuerdo, desde el dos de diciembre no ha habido más elecciones y no he podido cambiarme. No obstante, estoy en fase de adaptación al nuevo poder andaluz y quiero empezar con buen pie, aprendiendo de los errores del pasado, a ver si ahora llego a algo. 

Tuve errores que nadie que desee prosperar en política debería cometer. El más garrafal fue criticar a quien gobernaba, y no una o dos veces, no. Con persistencia. Eso es justificable cuando eres del partido de la oposición, pero nunca lo hagáis si votas al que criticas, porque ¿cómo lo diría? Te cierras algunas puertas. Pensar cosas como voy a ponerles un poco a caldo, porque, de todas formas, igual me hacen Consejero, es un error.

 

Así pues, nada de criticar al poder. Más bien comprender la tarea que les queda por delante.

 

Afortunadamente para ellos, las pensiones no son una de esas misiones. Andalucía tiene 8,35 millones de habitantes, de los que 1,55 millones son pensionistas. Nos ponemos en que el 18,70% de los andaluces viven de una pensión. Que son más si recordamos que tienen familia. 

Por hablar solo de jubilados -es decir, sin incluir viudas o incapacidades- el 10% de los andaluces lo está y son mileuristas. Teniendo en cuenta los sueldos de la Comunidad les pone en mejor situación que a muchos trabajadores, en activo. Pero eso sería un poco lo de consuelo de tontos. Esa pensión representa el 83% de la pensión media nacional. Un jubilado andaluz gana 1.019€ mensuales a partir de este enero, mientras que un vasco recibe 1.432€. Y, si, eso es así porque estos últimos han cotizado más al haber tenido sueldos más altos. Y han tenido sueldos más altos porque el País Vasco pose un tejido industrial más potente y en la industria se gana más que en el chiringuito.

Un circulo de “estamos en la cola” del que sería necesario salir mejorando el sistema económico andaluz. Solo que el empresariado andaluz considera una quimera que el 20% del PIB andaluz lo acabe aportando la industria, como defendía el plan estratégico industrial de Andalucía. A estas alturas ese plan significará ya bien poco debido al cambio de Gobierno, como significaron poco todos esos acuerdos de modernización que se firmaban entre la Junta y los agentes sociales.

 

Ibamos a ser la California europea, de cuando California no era un estado en bancarrota, claro.

 

Vale, las pensiones no son competencia del gobierno andaluz, pero el envejecimiento de la población si le afecta. Resulta que el 17% de los andaluces tienen más de 65 años, y  habrá por tanto más dependientes, que si es competencia autonómica. Una dependencia que espero no haya que pagar solo con el trabajo de los andaluces cuando la tasa de paro está en el 21,42% (en espera de la que conoceremos el martes 26 de enero relativa al último trimestre de 2018).

Así que sumen y mensualmente, entre pensiones y prestaciones por desempleo, en Andalucía se reciben 1.700 millones de euros. De ellos, 1.374 son para los casi 1,6 millones de pensionistas y cerca de 400 para los poco más de medio millón de parados que cobra prestaciones. Solo que estos también representan un problema ¿500.000 parados cobran prestaciones? Si, de los 789.000 que están inscritos en las oficinas de empleo. Una pensión media de 882 € mantiene a 1,6 millones de andaluces y sus familias, y una prestación por desempleo de poco más de 750€ a medio millón de desempleados.

Es decir, en conjunto en gasto social que el Estado deja en Andalucía es enorme, pero individualmente son cuantías para ir tirando y afecta a dos de los 8,3 millones de ciudadanos andaluces que, ya digo, serán muchos más si pensamos que hay que incluir a sus familias.

Menos ingresos, menos capacidad de consumo, menos actividad.

Como han constatado analistas económicos de Andalucía, la comunidad aunque avanza “no ha logrado mejorar su posición relativa en relación con el resto de España y Europa». 

Los retos del nuevo Gobierno andaluz son enormes.

Aquí hemos comentado, hoy, tan solo la situación de la que parte un sector de la población, numeroso y que condiciona el desarrollo andaluz. Nada, deseemos suerte al Gobierno del cambio, su éxito nos vendrá bien a todos.