Amores prohibidos
Hay noticias que no se publican en los periódicos. Ni se oyen en la radio. Tampoco tienen su pieza en televisión.
Ha sido la copla la encargada de contarnos la historia de los amores rotos. La que puso música a amores prohibidos. A leyendas románticas. A semblanzas de víctimas y difuntos malogrados. Relaciones en canciones que se han oído a través de ventanas de cocinas. Chismes que lleva y trae el viento a lo largo de la historia.
Hay noticias que no se publican en los periódicos. Ni se oyen en la radio. Tampoco tienen su pieza en televisión. Noticias que no se cubren siendo noticia. Anales que nadie escribe en los medios de comunicación. Si no eres famoso, claro. Celebridades de la gran pantalla, de la Tv, famosos de papel couché. Seis siglos después de su nacimiento, la prensa ha visto como las redes sociales se hacen eco de rumores y sucesos de los que todos hablan en la calle. Y ahora se divulgan, desde cualquier smartphone o tableta, al resto del planeta para que todos lo sepan.
“Como un clavel encendido
yo te entregué mi querer;
te di el agua de mis labios
pa que calmaras tu sed.
Te di mi lunita clara,
te di mi blanco azahar,
en monedas de cariño
ya no pude darte más”
Con un pañuelito blanco
Relatos que se difunden de forma multitudinaria en Internet, ya sea a través de redes sociales, correo electrónico, mensajería instantánea, etc. y del que todos y todas participan. Porque los chismes no tienen sexo. Los cotilleos gustan. Siempre se ha dicho que hay mucha cotilla. Denominadas víboras a lo largo de las décadas, que despellejan y espían tras los visillos -ahora virtuales- aunque sean los varones los más adeptos a los chismorreos.
“Rosita de abril y mayo,
Rosita firme en el tallo,
dame niña tu perdón;
y mientras yo perdonaba,
tú mi engaño publicabas
como quien echa un pregón”
Vete donde no te vea
Hay muchos amoríos sueltos, muchas aventuras entre amantes ardientes de cualquier edad, sin sexos definidos, ni razas, ni condiciones, el amor no entiende de ello y la pasión del momento tampoco. Y como siempre hay un pero, el dilema viene cuando los encuentros fortuitos se alargan en el tiempo…
“Tengo que verte pidiendo
caridad por mis umbrales
y yo decirte riendo:
-Anda, ve y que Dios te ampare.
El día que tú te mueras
voy a poner por Sevilla
luminarias y banderas”
Arrieros somos
Infidelidades que han costado el matrimonio a Bratt Pitt, Jude Law, Hugh Grant, Tiger Woods, Tony Parker o al mismísimo Carlos de Inglaterra. Escándalos que llenaron páginas y cientos de horas en televisión del affaire de Bill Clinton y del que conocimos todos los detalles.
Bustamante y Echevarría y su crisis por capítulos. La Infanta Elena y Marichalar con jinete de por medio. El nuevo novio de Ágata Ruiz de la Prada antes relacionado con Carmen Martínez-Bordiú que ha irrumpido durante años con sus intimidades.
La extraña separación del Rey Mohamed VI y sus fotografías en Paris junto a una rubia televisiva. La campaña de desprestigio a su esposa la Princesa Salma –nunca fue Reina debido a las normas medievales que rigen el Reinado– con detalles que vamos conociendo sobre sus formas y modales.
Las disputas de parejas en la política también han sido noticia y han tenido su cobertura nacional. Así Miguel Boyer e Isabel Presyler, Isabel Preysler y Vargas Llosa. Su ex Julio Iglesias y su interminable colección de noticias sobre amantes y enredos. Felipe González, su separación y nuevo matrimonio. Rodrigo Rato y su nueva boda con una periodista. Manuel Valls que tardó 12 horas tras su divorcio en presentar a su nueva novia.
Guirigáis que si ocupan espacios en los medios frente a otros locales a los que no se les da cobertura.
Sin embargo, ciertas infidelidades que no proceden del corazón, la política o el artisteo provocan sonados divorcios millonarios, grietas en instituciones y relevos de poder que afectan a importantes organizaciones. Silencios misteriosos que solo se cuentan en corrillos y reservados.
Nuestro género musical por excelencia está en horas bajas, ya no quedan autores que nos cuenten estas letrillas que, con el corazón encojío, y los gestos compungidos nos hablen entre cinco farolas de cómo a nadie te he querido, a la lima y al limón en una cárcel de oro, con el alma en los labios. Y así, con la pena de la lirio y los ojos verdes, siendo la otra la otra, nos ha faltando ese Romance de valentía para contar la venganza de la amante no elegida.
“Ella no busca a su amante,
que a su hijo va a buscar,
para que más adelante
su dolor pueda vengar”
La Mariana
El caminante que vivía su fe y que expresaba sus sentimientos ocultando su doble moral se vio frente al hombre, vestido de blanco, en este tiempo ordinario y fue reprobado de su comportamiento. Ella conseguía retirarlo de toda vida pública y así la copla volvía a tomar presencia en las tabernas y calles y se vuelve a oír a través de las ventanas de las cocinas. En la calle hay más fuentes que en los Jardines de Versalles.
“Los cinco añitos cabales
queriéndole hora tras hora
son un cordel en mi cuello
que la garganta me ahoga.
Con carbones encendidos,
que le quemen esa boca
al que juró tantas veces
que estaba por mi persona”
Las cinco farolas
Una de esas historias que nadie escribe, que lleva y trae el levante y la calima, estos días de verano es un romance adúltero que ha hecho temblar los cimientos de Palacio como sacado de una copla de Quintero, León y Quiroga.
“Yo soy la otra, la otra
y a nada tengo derecho,
por que no llevo un anillo,
con una fecha por dentro.
No tengo ley que me abone,
ni puerta donde llamar,
y me alimento a escondidas
con tus besos y tu pan”
Romance de la otra
Si sumásemos las veces que se ha contado, sería viral. Así son las nuevas tecnologías de los amores prohibidos. Pecados y faltas que pueden llevar a la excomunión. ¡Ay! Si los clérigos conociesen todos los deslices de su pueblo se impondrían más anatemas. Cosas más raras hemos visto…
Porque el alma se vacía
Como el cántaro en la nube
El amor acaba!
Porque suave se desliza
Como sombra la caricia
El amor acaba
Porque el sentimiento es humo
Y ceniza la palabra
El amor acaba
Porque el corazón de darse
Llega un día que se parte
El amor acaba
Porque se vuelven cadenas
Lo que fueron cintas blancas
El amor acaba
Porque llega a ser rutina
La caricia mas divina
El amor acaba
Porque somos como ríos
Cada instante nueva el agua
El amor acaba
Porque mueren los deseos
Por la carne y por el beso
El amor acaba
Porque el tiempo tiene grietas
Porque grietas tiene el alma
Porque nada es para siempre
Y hasta la belleza cansa
El amor acaba