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Andalucía por sí, porque si fuera por Pedro…

Quieren hacer descarrilar el tren de la reconducción del crédito para Andalucía.

 

A la ministra Montero le debía ir mal estar tan ausente de los últimos cotarros. Sus funciones “en funciones” estaban pasando sin gloria y con ruidosa pena, y ella no había venido a Madrid a pasar desapercibida. Debía llevarlo con resignación no exenta de ganas de idear alguna refriega que la hiciera salir de la cola de aspirantes a repetir ministerio, y ser nominada como guardiana mayor de las esencias socialistas. Convertirse en una garantía de más PSOE que España, más política que país.

Y le salió la ocurrencia de la autoenmienda. Se sacó una tarjeta roja a sí misma, a su propia gestión económica, por el déficit que sus cuentas de 2018 dejaron entre cuentos de la Andalucía socialista y verdadera.

Ha ideado el plan, qué importa sacar sus propias y hegemónicas desvergüenzas a la luz del frío diciembre andaluz, si el fin es trabar el posible éxito de JuanMa Moreno, Juan Marín y sus recién estrenados presupuestos. Quieren hacer descarrilar el tren de la reconducción del crédito para Andalucía. Esa gestión deben hacer que encalle. El gobierno autonómico de PP y C’s no puede tener éxito con Pedro, Susana y María Jesús mediante.

Ahora que no gobierna Susana, Pedro se ha erigido como la única oposición práctica del gobierno andaluz. Y Montero, que gobierna en Hacienda aún con los presupuestos de Montoro, se deja usar, feliz, a pesar del sonrojo que le deja el déficit obtenido cuando ella era la consejera. Que la cosa no quede inactiva por ella.

Es un aviso a gobernantes y concurrentes de derechas. Un castigo a la lealtad constitucional de una comunidad entera. Un reactivo muy activo para reconducir liberales al pozo de su mal entendido progreso. Pedro Sánchez experimenta con Andalucía lo que no se atreve a hacer con Torra, ni con Puig en Valencia. Y dejan Sánchez y Montero escrito en el viento progresista que declarar la república unilateralmente trae más beneficios que condenas. Dejan claro que lo pragmático hoy en España es rebelarse contra el Estado para obtener más gabelas que siendo leal a lo legislado.

En Andalucía no tenemos maulets ni gudaris, pero ponemos el patriotismo de la criada en la teleserie de humor con acento de Triana. Para ser cañoneados con injusticias variadas sólo hay que darle a Mentiránchez un gobierno investido del PP y C’s, ese lugar inhabitable para el cinismo de Pedro Sánchez, como el que okupa San Telmo, el palacio que ya habían escriturado en propiedad los socialistas de “al máximo”.

Usar a Andalucía como juguete electoral va a pasar factura al PSOE que se atreva. Someter la mejora de vida de los andaluces al chantaje de o conmigo en el gobierno o contra tí por quitarme del gobierno, va a reconducir el movimiento electoral futuro hacia caminos nuevos y poco escrutados. Queda claro que Andalucía debe ganar su futuro por sí, porque si fuera por Pedro…