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Antonio Pulido, ¿de banquero a ‘monedero’ de Susana Díaz?

Media Andalucía institucional acude a retratarse cada año con Pulido que oficia como el cuarto Rey Mago de Sevilla

Antonio Pulido Gutiérrez, presidente de la Fundación Cajasol, es uno de los miembros más notables del círculo íntimo que rodea a la presidenta andaluza Susana Díaz. Ambos no ocultan en público ni su amistad personal ni su complicidad política.

Le bautizaron periodísticamente como “el banquero de Susana”, pero para muchos es su “monedero” particular, que para eso manda en una fundación con casi veinte millones anuales de presupuesto, donde las empresas de comunicación son las mejor atendidas.  De los veinte millones, ocho se destinan a Obra Social, de los doce restantes poco se sabe; la transparencia brilla por su ausencia.

Hace tres semanas Antonio Pulido cometió un grave error táctico y estratégico al enfrentarse abiertamente – y sin razón – a un diputado en la Comisión de Investigación de la crisis financiera. Todo por haber sido considerado “imputado” en el Caso Banca Cívica por parte del diputado malagueño de Podemos Alberto Montero, al que respondió retándole a rectificar con tono sobrao y prepotente, según se puede visualizar  aquí. A los pocos días se confirmaría desde la AN que mintió, que seguía en la causa en calidad de investigado. También queda en evidencia su situación procesal con lo publicado por Jorge Zuloaga en Vozpópuliel pasado jueves sobre un revelador auto de la juez Lamela dictado el verano pasado.

Antonio Pulido, (Castro del Rio, Córdoba, 1965) llegó pronto al socialismo vía JJSS donde conoció a buenos amigos, de esos que cuidándolos te duran toda la vida.

Es el caso de Susana Díaz, su gran protectora política y amiga personal, o el del empresario Rafael González-Cobo, dueño del Grupo Inmobiliario Ferrocarril (GIF) al que acabó metiendo como socio inmobiliario de Cajasol, en plena crisis del ladrillo, aportándole 20 millones en activos, “las joyas de la corona inmobiliaria de Cajasol”.

 

Un ático en Alcalá 137

En el lote entró un nuevo y lujoso edificio ubicado en Alcalá 135 de Madrid, promovido y financiado por la caja. Pulido llegó a ocupar para su uso un ático con piscina, lujosa estancia que abandonó deprisa y corriendo en noviembre de 2014 tras publicarse por vez primera datos de una operación altamente sospechosa, como es la de Ferrocarril con Cajasol, de espaldas a Banca Cívica. Poco antes, Pulido había negado al periodista que esto firma que el ático, valorado en casi dos millones de euros, fuese de su propiedad.

No solo la entidad Cajasol presidida por Pulido hizo negocios con el grupo del Sr. González-Cobo. El propio Pulido había dado su particular pelotazo previo al vender su domicilio de la calle San Luis 12 de Sevilla por 1,2 millones, precio considerado elevado por los 144 metros cuadrados que constan en el Registro de la Propiedad (RP). La compraventa se formalizó en Madrid, lejos de indiscreciones sevillanas, en la notaría de Ignacio Ramos Covarrubias el 10 de marzo de 2010.

La tasadora Krata nunca quiso explicar su valoración de dicha compraventa – 1.462.064 € fue su tasación– acogiéndose a la Ley de Protección de Datos.  También certificó Krata que el inmueble tiene ¡364,6 metros cuadrados­!, casi tres veces más de los que figuran en el Registro de la Propiedad y sin expectativas de edificación futura autorizada. “Será un error del Registro” zanjó el propio Pulido en su día.

La casa actualmente está okupada, llena de pancartas, abandonada por el Banco Sabadell que heredó los tóxicos de la CAM, donde una instrumental de González-Cobo –Gabinete Jurídico y Servicios Inmobiliarios – pidió 1.116.000 € para comprarle la casa a Pulido e hipotecarla, pero nunca se pagó ni una sola mensualidad.

Precisamente por las sospechosas y extrañas relaciones de Pulido con el dueño del GIF le preguntaron algunos comisionados en el Congreso, manifestando que toda aquella operación de asociación inmobiliaria fue supervisada por los técnicos de Riesgo de Cajasol que la dieron por buena y por eso ellos lo aprobaron en el consejo de administración.

 

Lo que no aclaró Pulido

Lo que no contó Pulido es que aquella operación de calado la aprobó el Consejo de Administración de Cajasol, no el de Banca Cívica, tal y como Enrique Goñi se encargó de matizar ante la propia comisión; que el Banco de España obligó a provisionarla con lo que eso supuso para las cuentas de la entidad; que no se informó a los consejeros andaluces de Cajasol que el presidente Pulido había hecho negocios meses antes con el dueño del GIF y tampoco explicó Pulido por qué razón no abandonó el consejo a la hora de votar la operación millonaria de su amigo, todo ello estando ya bajo el paraguas del FROB. Se asegura que un completo dossier en poder de La Caixa sobre el asunto Pulido/GIF puso fecha definitiva a su salida de la entidad a medio plazo.

Pero además de las relaciones con el GIF, Pulido ha impulsado en los últimos años reformas jurídicas estatutarias de tal forma que la Fundación Cajasol ha escapado al control del Ministerio de Economía al no ser bancaria y pese a salir de los ámbitos andaluces, quedando la supervisión en manos de la Junta de Andalucía, o lo que es lo mismo, el PSOE-A, con la complicidad resignada del PP.

Un mes después de dejar de cobrar de Caixa, Pulido se las ingenió para auto asignarse un sueldo de 200.000 euros anuales como presidente de la Fundación. (165.000 € cobra el presidente del FROB y 166.000 el de AENA).

La Ley de Fundaciones vigente en Andalucía prohíbe expresamente que un patrono cobre sueldo, no obstante Pulido se las maravilló para modificar los estatutos de sufundación para que le fuese posible cobrar unos 15.000 euros mensuales. Todo ello tras comunicarlo a la Junta, aspecto este poco aclarado por la titular de Hacienda, María Jesús Montero, no sabiéndose a estas alturas que fue antes, si la gallina o el huevo. En ello andan también preguntando los comisionados.

Antonio Pulido junto a los presidentes del TSJA, Lorenzo del Río y de la Audiencia de Sevilla Damián Álvarez, en el posado fotográfico tradicional durante la recepción en la Feria de Abril pasada. Fotos Fundación Cajasol.

La Feria del 18

La tradicional recepción de cada martes de feria organizada en la caseta de Cajasol, suele ser un buen termómetro para conocer el índice de popularidad del ciudadano Pulido y tomarle el pulso a la sociedad dirigente.

Media Sevilla y media Andalucía institucional acuden a retratarse cada año con Pulido (véanlos en el álbum), que oficia unas horas como el cuarto Rey Mago de Sevilla, al que se cumplimenta sin rubor ni complejos. Es una de las apoteosis de La cofradía de la baba, todo sucede bajo una efímera ciudad de lonas y farolillos mojados, con autoridades lampando por una gamba, un plato de jamón y un posado con el anfitrión, del que nadie sabe o recuerda si está o no en manos de la Audiencia Nacional. Llamativa la ausencia este año de la dirección del PP andaluz. Y es que Moreno Bonillase ha enterado por fin que Pulido no es el banquero de Susana, es su más preciado “monedero”; y estamos en precampaña.

Este artículo de publicó ayer lunes en VozPopuli