Bajar los impuestos
¡Qué demagogia hay tras el lema “Vamos a bajar los impuestos!. ¡Qué pena no querer entenderlo!.
“Voy a bajar los impuestos” dice algún político.
-Bajar los impuestos ¡bien,!, ¡Yupiiii!, ¡qué guay! y ¡lo que nos vamos ahorrar!.
-Papá, papá, con lo que nos vamos ahorrar nos podríamos ir de viaje a las Bahamas, ¿no?.
-Pero hijo, ¡si ya estuvimos en las Bahamas el año pasado!.
-Bueno pues nos vamos a las Maldivas, que me hace ilusión.
-Vale, venga, pues este año, con todo lo que nos vamos ahorrar de impuestos, ¡un viajito a las Maldivas!.
-Pero Manolo -dijo la esposa-. No te olvides del nuevo Mercedes.
– No, por supuesto, sacamos también para comprarte el nuevo Mercedes que te tengo prometido…
– Bajar los impuestos, ¡Horror!, otra vez quieren bajar los impuestos
– Sin duda recortarán el dinero de los colegios; ¿ vamos a poder seguir en el comedor escolar de Pablito?
-¿ Y que va a ser de nuestra salud?. Todo eso se paga con los impuestos, ¿qué será de nosotros?.
-¿Qué haremos con el abuelito que no vendrá nadie a cuidarlo con su alzheimer?.
¿Quién dice que bajar los impuestos es bueno, o mejor, es intrínsecamente bueno?. Está claro que para tener una opinión hay que saber qué impuestos se bajan y sobre todo, a quienes y de qué forma se les baja. Y más aún, saber qué políticas se van a ver afectadas y por tanto que ciudadanos lo van a sufrir como consecuencia de esa reducción de ingresos, que necesariamente conlleva una reducción de gastos.
¿Se le va a recortar el gasto del ejército, de la casa real, de las subvenciones para organizaciones predemocráticas, los sueldos de políticos parásitos,…?, ¿o se va a recortar en políticas sociales: se va a recortar en gastos de salud, educación, pensiones, ayuda a la dependencia…?,
¡Qué frivolidad es ésta de decir que es bueno bajar los impuestos!.
Todo gobierno tiene plena legitimidad, y pleno derecho para decidir subir, bajar o mantener los impuestos. Lo que no es decente es decir que va a bajarlos, sin indicar, claramente y con memoria económica solvente, en qué va a afectar dicha bajada de impuestos.
¡Qué demagogia hay tras el lema “Vamos a bajar los impuestos!. ¡Qué pena no querer entenderlo!. (O sí lo entienden perfectamente, y se lo callan…)