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Bienvenido mister Obama

Benito Fdez 2
Benito Fernández

Excesiva, me ha parecido absolutamente excesiva la postura y las declaraciones rimbombantes de la Junta de Andalucía y de su presidenta, Susana Díaz, al valorar públicamente la próxima visita en el mes de julio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama a España y más concretamente a Sevilla, donde al parecer hará su primera escala. A mí me ha recordado a la famosa frase de la ex ministra Leire Pajín sobre aquel “acontecimiento histórico planetario que supondrá más esperanza para muchos seres humanos” que, según ella, iba a suponer el primer encuentro entre Rodríguez Zapatero y Obama. Después, visto lo visto, ese acontecimiento interestelar de la paz de las galaxias y la Alianza de Civilizaciones quedó en lo que era previsible para el común de los mortales, es decir, en nada de nada.

Bueno pues ahora me huelo que va a ocurrir otro tanto de lo mismo. Según Susana Díaz, la llegada de Obama a Andalucía demuestra claramente “la fortaleza que tiene nuestra tierra”. ¿Fortaleza de qué? ¿de parados, Susana?¿De verdad crees eso, presidenta? ¿No será que el presidente yanki viene aquí porque aquí están sus más importantes bases militares y que aprovechará su estancia en Sevilla para visitar Rota o Morón o ambas? Porque es esa y no otra razón la que justifica su desembarco en Sevilla. No digo yo que no sea buena, que lo es porque el turismo norteamericano supone muchas divisas para esta ciudad y ya vieron cómo Clinton “vendió” en todo el mundo las magníficas puestas de sol sobre la Alhambra desde la Plaza de San Nicolás. Así que si Obama sube a la Giralda, visita la Catedral, se aloja en los Reales Alcázares o en el Alfonso XIII y almuerza en Robles o en la Azotea, algo habremos ganado, aunque sólo sea salir en los poderosos medios de comunicación norteamericanos que distribuyen sus imágenes por todo el mundo.

Pero no seamos ilusos que esto no es una panacea sino acaso un revival de la genial obra maestra Bienvenido Mister Marshall de Luis García Berlanga con guión de José Antonio Bardem, por más que los políticos locales quieran vendernos la moto del esplendor andaluz. O quizás si lo sea y los andaluces nos volvamos a quedar a dos velas como se quedaron los paisanos de Villar del Río en la genial película. Y mucho menos en las circunstancias en las que nos encontramos en estos difíciles momentos los españoles, con un Gobierno en funciones, con las repetidas elecciones recién celebradas y con Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera volviendo a las andadas con las interminables negociaciones para poder formar Gobierno.

Pero no seamos ilusos que esto no es una panacea sino acaso un revival de la genial obra maestra Bienvenido Mister Marshall de Luis García Berlanga con guión de José Antonio Bardem, por más que los políticos locales quieran vendernos la moto del esplendor andaluz.

Ya verán como todos ellos sin excepción utilizan la visita del presidente norteamericano en provecho propio. Rajoy porque sigue siendo presidente en funciones y tiene que representar su papel de amigo y socio de Estados Unidos y además estará encantado de conocerse; Sánchez porque va a necesitar cualquier ayuda aunque esta vez sea del mal llamado “progresismo” americano del partido demócrata; Rivera porque quizás necesite apoyos que lo consoliden como el nuevo líder del centro; e Iglesias ¿qué hará Iglesias? ¿lanzará a sus muchachos a la calle para protestar contra las bases en lo que su candidato Cañamero es todo un experto y se negará a ver al gran enemigo de su amigo Maduro o pondrá su cara supuestamente socialdemócrata pòr delante y tragará carros y carretas para no romper de nuevo la baraja? La cosa puede estar curiosa.

Decía un frase en la época franquista que España era “Una, Grande y Libre”. Una porque si hubiera dos todos nos íbamos a la otra; Grande porque aquí cabíamos los españoles y los americanos, y Libre porque podrías ser del Madrid o del Barcelona. Bueno, pues cuarenta años después seguimos más o menos lo mismo. También ahora si hubiera dos Españas seríamos muchos los que emigraríamos a la otra porque desde luego ésta no hay quien la aguante. Grande porque en estos momentos cabemos españoles, americanos del norte, del centro y del sur, africanos, rusos, rumanos, y chinos, muchos chinos que están por todas partes. Y libre porque tenemos la opción de ver Sálvame, Gran Hermano, Águila Roja, Se llama copla o a Juan Imedio y sus niños y sus viejos. Una libertad que llena plenamente nuestro ocio. Menos mal que en escasos días comenzará la Eurocopa de Francia y todos volveremos a estar pendientes del único motivo que nos une en torno a la bandera y al himno, ya saben, la Selección Nacional de Fútbol. Esperemos que estos muchachos vuelvan a darnos otra alegría porque, de verdad, la necesitamos.