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Ciber-educación cosmopolita en perspectiva ética

“Era de la postverdad”, la época donde la mentira tergiversa el diálogo al volverse rentable la falsedad.

 

Este siglo XXI ha sido conocido como la Era de la postmodernidad al igual que una época donde impera un discurso de la mal denominada “posverdad” que en realidad significa el desarrollo de la mentira digitalizada. Lo expresado debido a que el mal uso y abuso de las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación, TIC, han hecho que impere un discurso carente de contenido ético-crítico y deliberativo que se traduzca en la práctica de una ciber-educación cosmopolita en perspectiva ética.

De esta manera el espacio virtual se ha transformado en una zona donde se articulan una serie de informaciones que solo buscan confundir a las personas, adoctrinándolas desde ámbitos en la Red que están fungiendo como el medio predilecto para manipular las comunicaciones de todos aquellos que carezcan de criterio propio.

En la actualidad como sociedad mundial debemos construir puentes de razonamiento discursivo que logren generar un consenso de voluntades de carácter racional en pro de la justicia y la equidad social. Así lograremos avanzar en armonía con las nuevas tecnologías sin satanizarlas y a la vez sin sacralizar sus posibles beneficios.

Porque la Web debe ser re-pensada y re-constituida mediante el involucramiento no solo del Estado y todo su aparato institucional, sino también de la academia, en conjunto con la sociedad civil, las pequeñas y grandes empresas, los programadores de las TIC y un equipo inter-disciplinario e inter-institucional que colabore de forma comprometida en gestionar de manera ética el Big Data.

En  virtud de lo señalado, tenemos que ser conscientes que millones de personas estamos haciendo uso del algoritmo, siendo co-participes del manejo responsable o no que le demos a las nuevas tecnologías. A su vez los medios de comunicación poseen su cuota de colaboración, ya que han dado el salto al ciber-espacio y tienen que actuar en consecuencia deontológicamente esto al encaminar todos sus esfuerzos y desarrollo informativo, hacia el despliegue de datos cargados de contenido ético en sus publicaciones, pero siendo apoyados por sus patrocinadores que deben respetar la libertad de prensa en favor de la sociedad civil de forma deliberativa.

Hoy el Ágora griega ha migrado a estos espacios virtuales y podemos afirmar desde la lente de la filosofía que nos hemos transformado en “ciudanos.com”, inmersos en una nueva sociedad digitalizada que debe regirse por parámetros más inclusivos, respetuosos de los derechos humanos en aras del bien común, la justicia y la solidaridad.

Por ello, si España es una democracia parlamentaria y se define como una nación pluricultural, multiétnica y plurilingüe, debe encaminarse hacia una ciber-educación cosmopolita en perspectiva ética. De esta manera se consolidarán sus logros en materia de luchas sociales y a la vez se promoverá un diálogo abierto, crítico y reflexivo que la posesione como el centro de una sociedad europea que lidera la deliberación racional.

De esta manera este país como parte de la península ibérica tiene que reconocerse como intercultural desde el discurso, el cual no solo debe ser de carácter político sino también desde cualquier frente de argumentación histórico-social como producción humana, desarrollándose algorítmicamente en esta Era de la postmodernidad.

Entonces, hay que combatir la falsedad que ha sido naturalizada desde el discurso en línea que hoy se utiliza para generar confusión y contribuir a la desinformación social a través de las fake news que fungen como el abono para la manipulación y el control de masas.

Así podemos definir desde una razón comunicativa siguiendo los planteamientos de los filósofos Adela Cortina y Jesús Conill que esta “Era de la postverdad” es la época donde la mentira tergiversa el diálogo al volverse rentable la falsedad, siendo instaurada por quienes lucran a través de las herramientas que nos brindan las TIC y que fueron creadas para ampliar el espacio de conocimiento del ser humano en Internet y no para reducirlo mediante el adoctrinamiento cibernético.

En suma debemos como ciudadanos cosmopolitas hacer que España se re-construya con el esfuerzo e implementación de una razón comunicativa de la mano de una hermenéutica crítica, donde las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación, deben ser re-orientadas como producción del ser humano en sociedad, generando cultura, justicia cordial, libertad y solidaridad en los diferentes estadios que constituyen a toda la humanidad…