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¿Cómo les va a los parados andaluces?

¿Se acuerdan de que, hace once años, la media que se recibía de paro era 814€? Ahora son 745.

 

Ahora que las elecciones autonómicas están más cerca (afirmación que, por el simple paso del tiempo, es cierta, tanto si se adelantan como si no), y el nuevo Gobierno central ha cruzado el verano, me gustaría compartir una impresión sobre cómo les va a los parados andaluces en eso de cobrar el paro.

El momento es el adecuado. Un vistazo al funcionamiento de la protección por desempleo en Andalucía. Primero, desde el inicio de la crisis hasta la reforma de 2012/2013, y después, desde esas reformas hasta, justo, ahora que se inicia una tercera etapa. Los últimos datos conocidos -del SEPE, ministerio de Trabajo- corresponden a julio. Los de agosto recogerán, ya, los primeros efectos de la sentencia del Tribunal Constitucional que anuló parte de uno de los decretos leyes del gobierno anterior, el que exigía requisitos de no superar un determinado nivel de rentas familiares para acceder al subsidio de mayores de 55 (llega hasta la jubilación) y del nuevo subsidio SED para parados de larga duración.

 

Lo primero, sería, saber que porcentaje de desempleados andaluces cobraba prestaciones por desempleo y cual el que lo percibe ahora.

 

Para calcularlo no voy a descontar los parados agrícolas, así que no es posible comparar con el resto de España, donde con la excepción de Extremadura no existe subsidio y renta agraria. Pero este medio tiene una vocación andaluza, para comparar están otros.

Aclarado esto, partimos de julio de 2007, los buenos viejos tiempos que, al menos una generación, ya no recuerda, Andalucía tenía 487.000 parados registrados y el 85% de ellos recibía alguna prestación. Un parado cobraba, de media, 815€ mensuales, que venía a representar el 55% del salario medio andaluz. Esa sería la intensidad de la protección. El paro sustituía el 55% del sueldo que se dejaba de percibir. En total ese mes el gasto en proteger a los parados andaluces fue de 273 millones.

 

La gravedad de lo que paso ¿a qué recordarlo otra vez, pensaran? Pero si no lo recuerdo no puedo comparar, así que, insisto, la gravedad de lo que pasó llegó a que tres años después el número de parados se duplicase (literalmente) igual que el gasto en protección que subió ese julio de 2010 a 525 millones.

 

Apenas varió lo que cobraba de media un parado, 807€, ni la parte de sueldo que sustituía que fue del 54%, ni el porcentaje de parados protegidos que, incluso, aumento al 87%. ¿Por qué? Porque la destrucción de empleo, enorme, se había producido en un espacio pequeño de tiempo (dos años). Por tanto, sin reformas, quienes tenían derecho a prestación contributiva de desempleo y después, o en su lugar, a subsidios, era elevado. Pero recordemos, el gasto de un solo mes iba ya por 525 millones en Andalucía. En toda España ese año superó los 30.000. La cosa se ponía fea.

Así llegamos a julio de 2014. Elijo ese año porque ha pasado uno desde la reforma de 2013 que completó la de julio de 2012 y se ven mejor los efectos. El paro andaluz registrado estaba como nunca. Más de un millón de desempleados, que eran 533.000 más que en 2007 y 156.000 más que en 2010. Los efectos combinados del paso del tiempo y la reforma se notaban en la cobertura, esto es, en el porcentaje de parados protegidos, que bajó al 62%.  Visto de otra manera, cuatro de cada diez no cobraban nada. También a la cuantía media que con 755€, era un 7% inferior a 2007. Dicho así puede parecer poco, pero son 58€ mensuales y es la media, ojo. Ya solo sustituye la mitad del salario medio andaluz. Pero, y esta era la buena noticia, o al menos la que se buscaba, la factura de ese mes que usamos como ejemplo, bajó 125 millones comparando con julio de 2010. En efecto, con 156.000 parados más, un ahorro de 125 millones.

 

Y llegamos aquí, a julio 2018. Una sentencia del Tribunal Constitucional ha anulado la reforma de 2013 que exigía falta de rentas de la unidad familiar para cobrar el subsidio de mayores de 55 años, que un año antes sustituyó al de 52 (que se estaba disparando) y que se anuncia volverá a 52 (se anuncia, luego ya veremos).

 

Además, hay un nuevo subsidio para parados de larga duración. Todo ello se notará a partir del próximo mes, de ahí que mire, como en despedida, a la situación actual.

En cuatro años, Andalucía ha reducido el paro en 235.000 personas, aunque debería reducir igual número para situarse como antes de la crisis, y no creo que pase en, mínimo, diez años. Hay menos parados cobrando que en los últimos 18 años, pero, como el desempleo ha bajado más rápido, ahora ya no son 6 de cada diez los que cobran, sino casi 7 de cada diez. Eso sí, la cantidad que reciben continúa descendiendo y el sueldo que sustituye también. ¿Se acuerdan de que, hace once años, la media que se recibía de paro era 814€? Ahora son 745.

¿Por qué? Porque hay menos gente cobrando debido a los recortes que endurecieron requisitos, suprimieron subsidios y redujeron cuantías y a que el paso del tiempo, con su consecuencia de paro de larga duración, ha hecho que muchos desempleados pasen de recibir la prestación ( lo que todo el mundo llama “el paro”) a subsidios ( lo que todo el mundo conoce como “la ayuda” de 430€) y luego a nada. Es evidente, que, si el 70% de los parados que cobran algo, lo que reciben es el subsidio, el peligro de que cobrar el desempleo pueda desincentivar la búsqueda de empleo no existe, pese a ser algo que recurrentemente escuchamos. Habrá fraude para recibirlo, no lo duden, perseguible y rechazable. Pero es un fraude de subsistencia, no de permanecer en él pudiendo trabajar.

 

Y así, pues, iniciamos la nueva etapa. Hace un par de días, leí una noticia curiosa y, en mi opinión, precipitada. Decía que con los datos de Contabilidad Nacional el déficit de la Seguridad Social desde que están los socialistas se ha reducido. ¡Ay!

 

Que yo también soy socialista (aunque nunca me han dado ningún cargo ¿por qué, amigos? ¿No he adulado a la persona correcta, es eso?) pero no celebremos cualquier noticia. Los presupuestos generales del Estado incluyen el presupuesto del SEPE (ex INEM) en los del Estado -valga, la redundancia- y no en los de Seguridad Social. Pero en Contabilidad Nacional, que nos dice como va la ejecución del presupuesto, los gastos del SEPE se incluyen en Seguridad Social. Lo único que ha bajado, como vemos, es el coste del desempleo por los recortes, el paso del tiempo, y la mejora del empleo, pero no el déficit de Seguridad Social en plan hemos salvado las pensiones.

El futuro lleva, lógicamente, a incrementar el gasto del SEPE. Peor sería dejar a la gente sin comer, si me permiten la observación. Y aumentará por las contrarreformas, y por la recuperación, paradójicamente. La excesiva rotación en los empleos y las recolocaciones -la misma persona contratada y despedida como una noria- lleva a miles de personas a reunir períodos para cobrar paro, que van alternando con el trabajo, a pesar de la campaña para combatir la temporalidad injustificada en los contratos. Es lo que hay. Los chiringuitos de la playa no duran todo el año.