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Dos señores, la polilla, el orín y el próximo Papa de Roma

En octubre de 2019 se conoció una operación financiera e inversora del Vaticano en Londres que desde entonces ha traído de cabeza a las autoridades de la Iglesia

 

En octubre de 2019 se conoció una operación financiera e inversora del Vaticano en Londres que desde entonces ha traído de cabeza a las autoridades de la Iglesia romana, con intervención incluso pública del señor Papa. Se trata de un posible fraude entorno a los 200 millones de euros que salpica incluso al cardenal Angelo Becciu. Actualmente al frente del dicasterio encargado de las causas de los santos y anteriormente el número dos de la Secretaria de Estado vaticana. Fue jefe de la primera sección durante siete años. En 2013, Becciu examinó la posible inversión en el negocio petrolero de Angola, pero decide invertir parte de los fondos de la caja de la Secretaría, algunos de los cuales corresponden al Óbolo de San Pedro, en el fondo Athena Global, gestionado por WRM GROUP, adquiriendo el 45%. El 55% restante es propiedad de Raffaele Mincione que asesora las inversiones de la sección primera de Secretaría de Estado.

El valor de la inversión vaticana en septiembre de 2018 en el fondo luxemburgués Athena Capital Global Oppotunities, calculado al Net AssetValue estaba en 138 millones de euros, con descenso respecto a la inversión inicial. Otros 50 millones de euros en Retelit/Banca Caridge, fondo que perdió 10 millones sobre el inmueble de Londres, lo que se consideró en la sección primera de la Secretaría muy oneroso.

 

Ya en 2014 la Secretaría de Estado invirtió cientos de millones de dólares, con aval de Credit Suisse de Lugano, inicialmente se afirma que incluso del fondo del Óbolo de San Pedro cuyas reservas proceden de las donaciones de los católicos de todo el mundo al Papa, en un lujoso edificio construido en el número 60 de la Sloane Avenue de Londres, de 17.000 metros cuadrados que serían transformados en cincuenta lujosos apartamentos.

Todos los hechos e informaciones sobre ellos disponibles y que no tienen carácter secreto indican que la decisión inversora procedía de la primera sección de la Secretaria de Estado conocida en italiano por “Affari Generali” por tener competencia en asuntos generales, al frente de cuya jefatura administrativa estaba monseñor Alberto Perlasca, que ha sido recientemente separado del servicio activo y estos días pasados han sido registradas sus oficinas y el apartamento privado por orden del promotor de Justicia del Vaticano con la propia gendarmería pontificia. Implicado e investigado también está monseñor Mauro Carlino, brazo derecho del cardenal Becciu.

Otros cinco funcionarios de la secretaría han sido cesados y prohibida su entrada en territorio de la jurisdicción del Estado de la Ciudad del Vaticano. Desde la primera sección – cuyo administrador en los últimos diez años ha sido el ahora investigado monseñor Perlasca gestionando la caja del mismo – se disponían los fondos del llamado “Tesoretto” estimado en unos 700 millones d euros, tras el cual está el fondo del Óbolo de San Pedro, y los implicados sostienen que la decisión inversora era una oportunidad muy favorable para una inversión de alta rentabilidad, El arquitecto encargado del proyecto de construir en el interior del edificio los cincuenta departamentos de lujo es Luciano Capaldo, que tiene pasaporte como ciudadano del estado vaticano y así actúa ante las autoridades inglesas, La pregunta de los medios internacionales que han investigado este ejemplo de novela negra es ¿por qué este arquitecto, sospechoso en Italia de manipulación de mercados, tienen concedida la ciudadanía vaticana?; no ha sido respondida. Sigilo sacramenti.

En el entramado que ha ido apareciendo no falta la presencia del CreditSuisse de Lugano, banco que trabaja con la primera sección y con Becciu, controvertido banco suizo que ha confirmado la inversión. Investigado en vía criminal sobre la procedencia de los fondos, también el BSI ya era conocido por violar la salvaguardas normativas respecto al blanqueo de moneda y el fraude fiscal, En el dramatis personae también surge Rafael Mincione, hombre de negocios italiano que sirve, servía, como consejero financiero para la Secretaria de Estado, acusado de invertir millones de los fondos de la misma en provecho propio y Marc Odendall miembro, hasta hace muy poco, de la Vatican’s Financial Information Authority (AIF), sospechoso de transacciones financieras en el propio banco vaticano prohibidas por los estándares internacionales normativos de obligado cumplimiento. Importante en las decisiones que se han adoptado y que ahora provocan conflictos en el interior de las fronteras del estado vaticano, ha sido René Brüelhart, presidente de la Vatican’s Financial Information Authority (AIF). La sala de prensa de la santa sede anunció en noviembre de 2018 que había concluido sus cinco años de mandato y dejaba su responsabilidad. Ha sido sustituido por el italiano Carmelo Barbagallo, antiguo responsable de Bankitalia. No obstante, la dirección de la AIF está todavía vacante, ya que su director Tommaso Ruzzaestá suspendido.

El venezolano Edgar Peña Parra fue designado Sustituto de la Secretaría de Estado en lugar de Angelo Becciu que había sido nombrado cardenal. Ordena salir del fondo luxemburgués Athena Capital Global Oppotunities y negocia con Gianluigi Tonzi la adquisición del entero inmueble londinense, El 3 de diciembre de 2018 a través, como ya he dicho más arriba, del Credit Suisse se invierten 44 millones de libras esterlinas por gestión del estudio Herbert Smith Feehills que representa el también citado Raffaele Mincioni.

A partir de abril de 2019 la Secretaria de Estado controla totalmente el inmueble cargado de hipotecas del fondo luxemburgués Cheyne Capital, a tasa fuera de mercado de un 8%. En junio de ese mismo año la primera sección pide al IOR un anticipo de 150 millones de euros destinado a refinanciar la hipoteca sobre el inmueble. El 2 de julio de 2019 el IOR manda la carta de petición al Promotor de Justicia del Estado Vaticano por entender que viola claramente las propias reglas adoptadas. El 4 de agosto de 2019 se designa a monseñor Mauro Carlino para sustituir a Perlasca. Carlino fue secretario de Becciu y después de Peña Parra.

Este enfrentamiento entre cardenales es la pugna no teológica, no espiritual, no cristiana, sino del poder de control de la gobernanza de la Iglesia, muerto este pontífice. Por cierto, que Francisco ha soportado ataques muy duros de sectores ultracatólicos, como el de acusarlo de dar cobertura a purpurados pedófilos, hace un año, por ejemplo. Esta crisis es una guerra interna por el control del aparato económico y político interno de la curia y del colegio cardenalicio. Del poder en la Curia papal para controlar el poder de la Iglesia Romana.

Documentación consultada: 1) Financial Times del 28/10/2019; 2) CNA, Catholics News Agency del 18/12/2019; 3) Il Sole 24 ore del 03/11/2019; 4)La Stampa, del 30/10/2019; 5) Il Sismografo de los dias 30/10/2019 y 10/12/2019; 6) Religion Digital del 18/02/2019