The news is by your side.

Sueños de Sánchez

Y se ha quedado. Tocado, pero se ha quedado.

 

Reconozco que, el pasado lunes por la mañana, y durante un par de horas, Sánchez volvió a engañarme. Durante los cinco días de sueños y recogimiento junto con su distinguida esposa, de la que se había declarado profundamente enamorado en su epístola a la ciudadanía, yo pensaba que no se iría. Que se quedaría. Incluso, manifesté en esta web lo que califiqué como gran paradoja: “los que quieren que se quede, temen que se vaya; y los que queremos que se vaya, nos tememos que se quede”. Pero dos horas antes de su comparecencia televisiva nos enteramos de que esa mañana se había descolgado por la Zarzuela. Ya todo aparecía diáfano: se iba. Porque si no era eso, ¿a qué otra cosa, que comunicar al Rey su decisión de marcharse, podía responder tal visita? Pues no. Regateando teatralmente sobre un ladrillo, dijo que se iba…a quedar. Un mal sueño en el que la audiencia Real no fue otra cosa que un Real señuelo.

Y se ha quedado. Tocado, pero se ha quedado. Como es un narciso, pero no un tonto, tan recalcitrante permanencia quizás indique que la mayor labor presuntamente corrupta de Begoña Gómez esté por aparecer. Si así fuera, aparecerá y, obviamente, desde la Moncloa, él estará en mejores condiciones de defenderla y, por tanto, de defenderse, que si ahora se mudaran perdiendo así las palancas y recursos políticos y económicos que se manejan desde la presidencia del Gobierno. De momento, los enamorados han ganado tiempo y logrado distraer la atención del respetable, desviándola sobre la judicatura, los  medios, los comicios catalanes, los toros y, últimamente Milei. Pero el caso sigue abierto. Y verá la luz, porque lo hecho, hecho está. En fin, un drama que nos lleva a recordar la versión calderoniana de la vida: “una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.