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El árbol y las nueces

Pujol decía en sus últimos años que la independencia estaba superada y el encaje de Cataluña en España podría ser como Estado Libre Asociado (Puerto Rico con Estados Unidos).

 

En 1977 el PSOE se manifestaba por el derecho de autodeterminación del País Vasco y Cataluña; tras la Constitución de 1978 pasó a defender el Estado de las autonomías y ahora vuelve cuarenta años atrás defendiendo la plurinacionalidad, un engendro que plantea un Estado asimétrico con privilegios de unos territorios sobre otros, alejado de la sociedad de personas libres e iguales que la Constitución de 1978 pretendía garantizar. En 1990 un Acta de reunión de HB adjudicaba la siguiente frase a Xavier Arzallus, líder histórico del PNV, señalando la coincidencia de objetivos entre su partido y ETA: “No conozco ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen y otros discutan; unos sacudan el árbol, pero sin romperlo para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas». En 1996 Arzallus decía que en tres horas con Mayor Oreja y Aznar (investidura presidente del Gobierno) había conseguido más transferencias que en 13 años con Felipe González. Lo mismo debió pensar Jordi Pujol al conseguir ese año el traspaso de competencias en Tráfico, Justicia, Educación, Agricultura, Cultura, Farmacias, Sanidad, Empleo, Puertos, Medio Ambiente, Mediación de Seguros, Vivienda…

 

Celebradas elecciones generales en 2019 Alfonso Guerra destaca que en Cataluña los independentistas consiguieron 1.600.000 votos y los constitucionalistas, 2.400.000. Guerra suma los votos del PSC como constitucionalistas y se equivoca. Basta leer las propuestas de Iceta con nuevo estatuto, más competencias, más dinero, privilegios, blindar el Estatuto con lengua, cultura y Educación como competencias exclusivas de la Generalitat entre otras varias, y ni la mínima crítica a la inexistencia del Estado en Cataluña, los símbolos, la lengua o la solidaridad entre regiones y personas, rasgo definitorio socialista. El PSC siempre fue más nacionalista que socialista y español y coincide en objetivos con el independentismo. A veces los árboles no dejan ver el bosque.

 

Si el PSC es quien decide la política del PSOE en Cataluña tenemos un Caballo de Troya contra el Estado-nación español.

 

Diluir España ocultando señas de identidad nacionales (lengua, bandera,  Historia…) es una política que se extiende desde el PSOE a Navarra, Baleares, C. Valenciana y Galicia. Si no se detiene esta deriva España será una nación sin identidad propia, fraccionada en múltiples estados, los privilegiados ricos y los demás pobres, consolidando la situación actual que hay que revertir. Iceta pide a los españoles que queramos más a Cataluña porque “si no están cómodos crecerán los independentistas”. Querer más se traduce políticamente en dejarles construir un Estado asimétrico, plurinacional, con más competencias y derechos para Cataluña y su ciudadanía que para el resto del país. Un chantaje político. La teoría del árbol y las nueces de Arzallus en la que el PSC recoge el fruto haciendo de PNV y el independentismo sacude el árbol (España) como hacía ETA.

 

Pujol decía en sus últimos años que la independencia estaba superada y el encaje de Cataluña en España podría ser como Estado Libre Asociado (Puerto Rico con Estados Unidos). Se desconoce si el entonces jefe de Estado, el Rey emérito, estaba al tanto. Se ignora si de mantenerse la Corona como nexo de unión de ambos estados lo aceptaría. Sería el penúltimo escalón hacia la independencia. El último, cambiar la Monarquía si no aceptaba la corrupción política catalana por una República. Las maniobras de Pujol contra la Nación acabaron cuando unos policías y periodistas lo denunciaron despreciando su impunidad política y judicial desde 1983 (Banca Catalana), a cambio de que actuara con moderación en sus demandas nacionalistas. Y entonces el monstruo independentista se quitó la máscara.