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El lenguaje de la razón en el WWW a la luz de la filósofa irlandesa Maeve Cooke

Enruta la brújula moral del pensar sobre el pensar a partir de una razón pública comunicativa hacia el norte de la negociación político-social.

 

El lenguaje como acción comunicativa analizado desde la propuesta ético-filosófica de la Doctora Cooke, Directora de la Escuela de filosofía de la University College Dublin, enruta la brújula moral del pensar sobre el pensar a partir de una razón pública comunicativa hacia el norte de la negociación político-social. Así su examen parte de una hermenéutica crítica que yace entre un impulso que conjuga un carácter autoritario y una idea de validez trascendental dentro de contextos que constituyen la teoría crítico-social de una razón dialógica del significado.

 

Porque en la actualidad desde la lente de una ética cosmopolita desarrollada dentro de un mundo globalizado por las Tecnologías de la Información y Comunicación TIC, dicho planteamiento no se expone ajeno a teorías critico-sociales que deben enfrentarse ante el reto de cómo justificar aquellos pensamientos complejos que buscan acuñar las bases de una buena sociedad siguiendo a Rousseau, pero en la era del Internet. 

 

Toda sociedad de corte democrático, ha sido mediatizada lingüísticamente a raíz de los contrastes y referentes históricos, políticos, económicos, científicos y tecnológicos de producir un mundo. Todo ello en busca de una mejor calidad de vida como parte del desarrollo humano, tanto del lenguaje como de las instituciones filosóficas, al reinterpretar el contrato social preestablecido más allá de la fragilidad del bien. 

 

En virtud de lo señalado en este siglo regido por la Inteligencia Artificial de una mecánica cuántica resultado de los saltos hechos por la física post newtoniana, debemos reconfigurar las guías que constituyen los análisis crítico-reflexivos y deliberativos siguiendo a Habermas, pero más allá de un espacio sociocultural específico y de una época histórica determinada de acuerdo con los planteamientos de la Profesora Cooke. 

 

De esta forma, podemos trasladar el giro lingüístico del planteamiento filosófico occidental a un contexto de negociación dentro de los espacios virtuales, al llevar a concurso a la Inteligencia Artificial desde una crítica de la razón pura hacia una crítica de la razón práctica en armonía con las TIC. Así evidenciamos como el pensamiento social crítico no es individualista en el sentido de un atomismo humano del valor ético, sino más bien puede ser entendido en términos intersubjetivos.

 

Se transformarían entonces las ideas que serán desarrolladas por una ciber-teoría social crítica que conjugue las diversas semillas del pensamiento humano, aunque ahora en el espacio virtual. Lo expresado, haciendo que el ser ahí en el mundo priorice el bienestar individual en contra posición al colectivo en el sentido de hacer énfasis a sus necesidades primigenias, pero sin dejar de lado sus obligaciones con el conglomerado social, al ser este la expresión de una responsabilidad ética de la libertad y la nueva razón tecnológica, sinónimo de la modernidad en una era donde impera el ejercicio del algoritmo.

 

En consecuencia, vemos desde los planteamientos de una razón pública analizados por la profesora Cooke como lograremos en conjunto y por separado, asumir el hecho que el tiempo del quehacer humano no es cíclico, sino más bien progresivo y en el intertanto ir más allá de juicios de valor al reconocer que el orden de la autoridad política no es divino, sino más bien obedece a un recorrido natural y necesario como expresión de la cooperación y el beneficio mutuo entre las personas. 

 

Es importante destacar como nos dice la filósofa irlandesa que las áreas de la ciencia, el arte, la política, el derecho y la moralidad no están regidas por estándares autorizados o independientes de la historia y sobre todo de contextos socio culturales per se. Dicha afirmación en el sentido que cualquier conocimiento humano es de hecho discutible, al estar abierto a ser revisado y reacuñado por buenas razones de índole crítico, reflexivo y deliberativo que lo fundamenten desde otras perspectivas y experiencias de vida, enriqueciendo el continuo hacer y dejar de hacer de la propia humanidad.

 

Por ello pese a las diferencias que nos caracterizan y nos hacen únicos e irrepetibles, no podemos olvidar que como personas y sujetos de derechos y deberes, somos iguales en relación con la capacidad y el ejercicio de la razón. A grandes rasgos, porque esta se desarrolla mediante la libertad de apropiarnos de un juicio moral como supuesto normativo, aunque no sin antes considerando los elementos claves del horizonte evolutivo de la modernidad.