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El mito de Maradona y otros mitos

¿No es el Che Guevara de ayer el mito de la revolución inconclusa?

 

La mitología es un conjunto de mitos relativamente cohesionados o paralelamente adheridos que se mecen al compás de las circunstancias creadas a través de los tiempos. Ellos significan el alimento diario de los pueblos. Sin los mitos estaríamos sometidos a vivir bajo el desamparo. De sus ramas y esencias surge la devoción de los mismos o su explotación. Lo benigno y lo maligno es andadura paralela. Ya Calderón de la Barca con su saber profundo señalaba, «¿Qué es la vida? Una ilusión, / una sombra, una ficción, / y el mayor bien es pequeño: / que toda la vida es sueño, / y los sueños, sueños son».

Glorias míticas son los cantos perennes, inmortales de Dante Alighieri. Inmensa meditación lírica, pasión amorosa de su Divina Comedia, geografía universal: Paraíso, Purgatorio, Infierno: “Busca, mísera, en torno de la orilla / de tu mar, y después mírate el seno / y ve si en parte alguna la paz brilla”. Sed de amor y vida, bebiendo en veneros griegos desafiantes del mundo clásico, creó La Divina Comedia. Es considerada la cumbre de la literatura universal. El gran mito de la lírica, los temblores mágicos de los versos.

Mitología griega, Zeus, divinidad a la que se denomina con el título de «padre de los dioses y los hombres», que gobierna a los dioses del Olimpo como una gran familia. De forma que incluso quienes no eran sus hijos naturales se consideran parte de la gran familia. Ellos mismos se fueron configurando a la medida de sus necesidades pensando en el pueblo. Hasta un dios llamado Baco para disfrutar sin pecado del placer de los vinos de la tierra madre. La belleza de la diosa Venus diosa del amor, la belleza y fertilidad de la mitología romana a quien se adoraba y festejaba en muchas fiestas como mito religioso.

Cervantes creó el mito geográfico en un lugar de la tierra llamado La Mancha. Don Quijote, figura de caballero andante, enderezando desafueros y separando las verdades de las mentiras. Tropezando en la oscuridad de la noche con la Iglesia y sus ceremonias. Los poderes establecidos que negocian la imagen de la verdad:»La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida».

¿No es el Che Guevara de ayer el mito de la revolución inconclusa? “Si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros”. El pulso de la lucha en favor de los pueblos oprimidos y hambrientos de la América que grita en la lengua de Cervantes. Y que hoy los poderes de la publicidad lo han convertido en la imagen atractiva y seductora de un mito derrotado.

El Aleph es uno de los libros de cuentos más representativos del escritor argentino Jorge Luis Borges. Publicado en 1949, fue reeditado por el autor en 1974. El texto remite a una infinidad de fuentes y bibliografías en torno a las cuales se articulan mitos y metáforas de la tradición literaria universal.“A lo largo de los siglos y de las latitudes cambian los nombres, los dialectos, las caras, pero no los eternos antagonistas”.

¿Podemos olvidar a Julio Cortázar y sus Historias de Cronopios y de Fama o Rayuela.“Nos parece que no se puede atribuir un apodo cualquiera a alguien que deberá absorberlo y sufrirlo como un atributo durante toda su vida”. La vida de Cortázar es toda una perseguidora de la palabra.

El gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro, obras del poeta José Hernández, han sido considerados como libros nacionales de Argentina y conocidos genericamente como El Martín Fierro. Su protagonista es un gaucho trabajador al que la injusticia social del contexto histórico lo vuelve un «gaucho matrero»: un gaucho fuera de la ley. La Pampa es la mesa para una partida de póker formada por estas grandes figuras y mitos argentinos. Los cuatro cabalgan juntos. Martín Fierro los contempla y susurra como en la primera estrofa de la obra: «Aquí me pongo a cantar, / al compás de la vigüela / que el hombre que lo desvela / una pena extraordinaria, / como la ave solitaria / con el cantar se consuela». Leopoldo Lugones, en su obra literaria El payador, calificó este poema como «el libro nacional de los argentinos», y reconoció al gaucho su calidad de genuino representante del país, emblema de la argentinidad.

No solo de Maradona vive el hombre. Su triunfo se lo ganó a pulso emergiendo desde el arroyo y solar de los pobres. Pero no olvidemos que detrás de su mitología popular se encuentran los dueños del deporte balompédíco. Por unos días con lágrimas de cocodrilo y el sainete de la mentira. Lo suyo es el poder del dinero. Donde domina la mentira, que no intente situarse la verdad. Como  rayo que no cesa será perseguida.