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El párroco de Totalán tiene padre

El párroco movilizó a sus feligreses y organizó la distribución de comida para los profesionales que trataban de rescatar contra reloj al niño accidentado.

 

Con motivo de las labores de rescate que durante 13 días se llevaron a cabo en Totalán tratando de rescatar a Julen, niño de 2 años caído en un estrecho pozo ilegal de prospección de agua, se produjo un numeroso despliegue de medios de comunicación en la zona. El párroco de la Iglesia de la Cala del Moral, que lo es también de la parroquia Santa Ana de Totalán, movilizó a sus feligreses y organizó la distribución de comida para los profesionales que trataban de rescatar contra reloj al niño accidentado.

Profesionales rescatistas, vecinos de Totalán y algún periodista constataron sobre el terreno la labor llevada a cabo por este cura que no ha trascendido a los medios de comunicación, que han entrevistado a cualquiera que pasaba por allí, al primo de la abuela del niño que no sabía ni hizo nada, antes que referirse al párroco que ha suministrado comida caliente a los profesionales gracias a su red de contactos que suministraron los alimentos y a sus fieles para cocinarlos y repartirlos.

Que no se haya escrito nada sobre la tarea de este párroco solo tiene una justificación: por ser hijo de quien es.

Los hijos no heredan los actos de los padres, salvo que sean “pecados¨ contra el pensamiento único dominante en esta mal llamada democracia, que es en realidad una partitocracia que permite votar a la ciudadanía cada cuatro años para legitimarse los partidos y hacer de su capa un sayo.

El párroco que ha prestado este servicio desinteresado durante los trabajos de rescate se llama Ramón Tejero y es hijo del golpista Antonio Tejero Molina, el Teniente Coronel que asaltó el Congreso de los Diputados el 23 de febrero de 1981. 

Señalar al hijo por los actos del padre no es un criterio que se aplique por igual a unos y otros. Pablo Iglesias presume de la militancia de su padre en el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriota) que nació en España en los estertores de la dictadura, en el que se integraron estudiantes que defendían la llegada de la democracia y desde cuyas siglas, unos radicales asesinaron con tiro en la nuca a miembros de las fuerzas de seguridad.

No parece que sea una militancia para estar orgullosos desde una visión moral humanista ni demócrata.

Pablo Iglesias tiene una obsesión personal contra el torturador Billy el Niño, al que pretende despojar de medallas concedidas antes de la Amnistía, ignorando su actuación en la liberación de los secuestrados Oriol y Villaescusa en la semana que hizo tambalearse el tránsito a la democracia, con dos manifestantes muertos por disparos de las fuerzas de seguridad y el crimen de los abogados laboralistas de Atocha.

El GRAPO mantenía secuestrados a los presidentes del Consejo de Estado y del Consejo Supremo de Justicia Militar, que fueron liberados y detenidos sus secuestradores. Parece que el burgués del casoplón pretende una revancha personal para su padre, revancha a la que otras miles de víctimas renunciaron cuando viendo salir a asesinos terroristas de las prisiones por la ley de Amnistía sin condenas. 

En España están pasando cosas graves en los últimos años.

A Ortega Lara, que estuvo secuestrado por ETA en un pozo infecto, lo insulta gente de izquierdas deseándole que vuelva allí porque es militante de Vox. Esta inversión de la moral pública es evidente en Cataluña.

Un terrorista de Terra Lliure que asesinó a un empresario colocándole explosivos en el pecho es un referente, como Otegui, defendiendo el independentismo y convocando huelga general coincidiendo con el juicio contra los golpistas del supremacismo catalán.