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El rey emérito y la democracia

Además del comportamiento de Juan Carlos I, debería abrirse el foco al CESID, hoy CNI.

 

La justicia británica investigará si el rey emérito acosó a la última de sus queridas conocida, Corinna, a la que poco antes regaló 65 millones de dólares, según la señora por cariño hacia ella y su hijo. El acoso se produjo al parecer porque el Emérito le reclamó la devolución del dinero y ella se negó. Esto hace pensar que no era un regalo, sino que era para regularizarlo y convertirlo en dinero de curso legal. El rey ha recibido mucho dinero de algunas monarquías del Golfo por razones que se desconocen. Se ha escrito que cobraba comisiones por el petróleo comprado en determinados países. Sus manejos de dinero sucio eran conocidos por Prado y Colón de Carvajal, Javier de la Rosa, Mario Conde, Pujol… y la cuenta “soleado”, descubierta en Suiza buscando dinero de la Gürtel, al parecer era también usada por el jefe del Estado español. 

Hace décadas que se publican noticias poco ejemplares del Emérito. Además de las citadas, desaparecía durante días (González, Aznar, ZP, Rajoy… ¿qué hicieron?), escapaba en moto o coche sin escoltas… hechos poco responsables en un jefe de Estado. Aunque la familia real mantenía una hipócrita imagen de cara al exterior, en palacio las cosas eran distintas. Por una carambola del destino, Felipe VI accedió al cargo como legítimo heredero precediendo a sus hermanas mayores por ser varón; la infanta Elena, la primogénita, conduce sus vehículos como ha hecho el padre en su vida personal: sin freno. Como Felipe VI no tiene hijos bastardos, Leonor será futura reina de España. 

Además del comportamiento de Juan Carlos I, debería abrirse el foco al CESID, hoy CNI, porque sin la cobertura del servicio secreto no hubiera tenido patente de corso para hacer lo que hizo. El CNI debía protegerlo, no encubrirlo, porque son funcionarios públicos sometidos a la ley que no deben tolerar abusos o ilegalidades. “La Casa” siempre trabajó más para la Corona que para la nación por decisión de sus directores, no de sus agentes, al mismo nivel de cualificación que los mejores del mundo. El libro “El jefe de los espías”, sobre Alonso Manglano, expone claramente la naturaleza de algunas tareas de su director en los años que ejerció el cargo.

Según la denuncia de Corinna, fue el CNI, o miembros de una empresa contratada por el servicio secreto español, quienes la acosaron. El CNI no puede recibir una orden de alguien que no está facultado legalmente para hacerlo, el rey emérito, y menos obedecerla. El director del CNI en la época es quien debería responder en este asunto. Nuestro servicio secreto permite que un ministro nombre a un amigo como director del mismo; después escribe libros con conversaciones privadas literales. ¿Dónde quedó el secreto de Estado? No he leído ningún libro de Bono; lo leería si explicara cómo en cargos públicos desde tan joven, con salarios bajos en comparación con la empresa privada se hizo millonario, tiene empresas off shore en República Dominicana y la doble nacionalidad. Eso lo leería con interés.

¿Era la devolución de los 65 millones de dólares lo que provocó el acoso? ¿Existían documentos muy comprometedores del conocido como archivo “Jano” que denuncia Villarejo, que esta señora tenia o tiene en su poder? Si lo tenía ¿Quién se lo dio? El Emérito es responsable de una brillante transición a la democracia y de alentar con su ejemplo que transmutara en la actual partidocracia de la casta política, élite feudal depredadora que se comporta como él, despeñando al país y la sociedad al precipicio del populismo demagógico. Buen ejemplo, Majestad.