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España ante el espejo (II)

Es necesario enseñar en todas las escuelas la Historia de España desde su origen, que se remonta a tiempos anteriores a Jaime I “El Conquistador”.

 

Que el Gobierno reparta 140.000 millones de euros de la UE (la mitad, préstamos a devolver), sin transparencia ni control independiente no es democrático. Que los okupas permanezcan en tu propiedad protegidos por la ley, tampoco; la policía los desaloja de inmediato en muchos países, pero en España es ilegal hacerlo. Nos califica como sociedad el desprecio a los mayores con la digitalización en las administraciones públicas, en la sanidad, entidades bancarias, “aparcados” en residencias, atados cuando molestan sin respuesta del Estado. Es corrupción declarar secreto cuánto y en qué se gasta dinero público en viajes de miembros del Gobierno y su séquito, cuánto contamina el avión para ir a un acto ecologista o usar medios públicos para familiares y amigos. 

 

Hay países donde jefes de Estado, presidentes de Gobierno, ministros… acuden al despacho andando, en bicicleta, en vehículos particulares o transporte público sin usar coches oficiales ni escoltas. Con la tasa de paro más alta y más ciudadanos en la pobreza de Europa, con decenas de miles en colas de hambre, la casta política española hace décadas que derrocha nuestro dinero en sus privilegios de élite feudal; legalizaron la corrupción. Matrimonio de cargos públicos recorren a diario 50 kilómetros desde su domicilio a la ciudad donde trabajan, desplazándose separados en dos coches oficiales con conductor. No van en tren, autobús o en su coche; comparten cama, no coche oficial y menos coche propio, cuyo combustible, impuestos, mantenimiento, averías… pagarían de sus salarios obscenos. Entre los 13 millones de pobres de distintas profesiones en España no hay ningún político. 

 

Somos la única nación que ataca la lengua común desde sus instituciones, y con salarios escandalosos en comparación con la media de los españoles, élites independentistas trabajan para romper el Estado y destruir la nación. En algunos territorios, desde el Estado adoctrinan a los jóvenes con manipulaciones y falsedades contra la nación, en estrategias toleradas por los partidos nacionales. El Estado se debilita y la nación se diluye mientras los políticos mantienen la atalaya de sus privilegios, un elitismo social adquirido con dinero de la gente. Ha llegado el momento de decir basta y de combatir a la casta política, independentistas y bolcheviques desde la trinchera de la ciudadanía.

   

Hay que cerrar chiringuitos/mamandurrias y crear centro memorial, museo o parque donde exhibir estatuas y visionar documentales de los Reyes Católicos, Colón, Blas de Lezo…, premios Nobel, deportistas (Nadal), entre otras figuras de nuestra historia, con reproducciones en distintos tamaños para museos y plazas de otras ciudades. Un asunto de Estado con comunidades autónomas y ayuntamientos, regulando por ley que en cada territorio se puedan añadir las figuras locales más destacadas. Un órgano nacional (historiadores, catedráticos, escritores…), con mayoría cualificada impediría que en ningún lugar se pueda homenajear a terroristas, asesinos, corruptos o golpistas. Un lugar con atractivo turístico donde a través de la historia de los personajes se conozca la de la nación española, odiada y atacada por sus enemigos que debemos defender y preservar.  

 

Es necesario enseñar en todas las escuelas la Historia de España desde su origen, que se remonta a tiempos anteriores a Jaime I “El Conquistador”, el monarca que más tiempo permaneció en el trono (62 años) como rey de Aragón, Valencia, Mallorca y conde de Barcelona, entre otros feudos; existía la nación antes que el castellano, que estaba naciendo cuando dictó en catalán el Llibre dels feits (Libro de los Hechos), publicado tras su muerte en 1276 donde se refirió en 16 ocasiones a su tierra como España, hace ya ocho siglos. España necesita quererse más a sí misma.