_ María del Carmen, hija, mi marido me tiene loca.
_ No sabes lo que me alegro, porque a estas edades…
_Niña, loca porque ha cogido la gripe.
_Vaya por Dios, te compadezco, hija.
_Dice que está amarillo y con ojeras.
_¡Qué pena me da!
_Y mi hija, que tú sabes cómo es mi hija, le dijo que amarillos y con ojeras están los catalanes. Amarillos por los lazos para que suelten a los presos y con ojeras por el invierno que se les avecina. Esos de primavera catalana, nada, invierno, crudo invierno. Ya ves, votan el 21 de diciembre.
_¿Y no la ha desheredado?
_Por ahora no.
_Te lo digo porque mi marido desheredó a mi mayor porque no vino a verlo cuando pasó la última gripe.
_¿Cómo va a venir si está en el extranjero?
_Mujer, está en Tarragona, pero, sí, en la práctica es lo mismo, extranjero.
_Bueno, ¿pues qué te crees que leí los otros días en el falsebú?
_ ¿Que la Terelu ha ingresado en un convento y se flagela por sus pecados de pensamiento, obra y omisión?
_No, hija, no. He leído que un médico de Canadá ha dicho que los hombres sufren más que las mujeres cuando caen enfermos. Por una cosa de sus hormonas.
_¡Anda ya, niña!
_Lo que oyes. Que por lo visto estaba harto de que se cachondearan de la debilidad varonil y se puso a investigar. Y hay hasta un término que se llama “Man flu”, que consiste en la tendencia de los hombres a exagerar los síntomas cuando están enfermos.
_Hija, cómo hemos cambiado. Antes decíamos Mambrú, el que se fue a la guerra con dos pares y ahora “Man flu”, que es un tío más tierno que Galván.
_No te quiero decir ná cuando coja la gripe Jeremías Junqueras…
_Pues una cosa te voy a decir, niña, yo lo veo buen paciente.
_ A ver, es el paciente catalán.
_Pues mi marido de paciencia, nada. El otro día que si qué malito estoy y qué poquito me quejo; que si tú encima te vas a la peluquería y me dejas solo ante el peligro; que si llama otra vez al médico que estoy empeorando…
_¿Y lo de que está en el lecho del dolor no te lo dice?
_Cómo que no. Yo creo que ya tienen una hoja de ruta cuando se ponen malos que pasa de generación en generación.
_Pues una cosa te voy a decir, que la gripe de mi marido es una gripe casual.
_¿Como la ropa que antes era de sport?
_No, casual de qué casualidad que mejora cuando hay fútbol en la televisión.
_¡Oye, como el mío!
_Le dice a los amigotes que vengan a verlo; a mí, que compre un piscolabis y manzanilla en abundancia, que hay que atender a los invitados…
_¿Y grita y se pone hecho un energúmeno como si fuera un chavalote, cuando antes no le salía la voz del cuerpo?
_Efectivamente, hija.
_Y cuando se acaba, ¿trae el termómetro que me parece que me ha subido la fiebre?
_Así es, niña, así es. Y otra vez empieza el rosario de lamentaciones.
_Hija de mi vida, qué contentos tienen que estar los políticos.
_¿Y eso a qué viene?
_Pues a que el fútbol ya no es sólo pan y circo, ahora también es el gelocatil de los españoles…