The news is by your side.

Ingresos involuntarios: ¿Delincuentes o enfermos mentales?

¿Pero cómo actúa nuestra policía cuando hay que llevar a una persona contra su voluntad a una unidad de psiquiatría?

      

Los nuevos estilos de vida que hay en la sociedad española, hacen que los psiquiatras nos recuerden que el 25% de la población sufrirá al menos una enfermedad mental a lo largo de la vida. Las enfermedades que más afectan  a la población española son la depresión y la ansiedad, tras las cuales, en cada vez más casos aparecen otros trastornos graves como son la esquizofrenia, el trastorno bipolar o el trastorno obsesivo compulsivo.

 

La cifra de ingresos involuntarios que es decretada por un médico está creciendo alarmantemente en los últimos años, pero esta privación de libertad requiere, además de la rúbrica de un médico, de la actuación de los cuerpos y fuerzas de seguridad para llevarla a cabo.

 

¿Pero cómo actúa nuestra policía cuando hay que llevar a una persona contra su voluntad a una unidad de psiquiatríaEn ocasionesla actitud de estos enfermos recuerda a la de un típico delincuente; portan armas, se resisten de forma decidida a acudir al hospital, agreden a los agentes actuantes o sanitarios que le asisten, y lo que es peor, pueden atentar contra su propia vida o la de terceras personas. Sin embargo el trato que la policía debe darle es la de un enfermo. Una persona que aunque pueda mantener una actitud agresiva, tiene disminuidas, o totalmente mermadas sus facultades psíquicas o sensoriales, por todo ello las actuaciones policiales se hacen sumamente delicadas a la hora de realizar un ingreso contra su voluntad en un centro hospitalario

 

Pero… ¿ cómo debe actuar nuestra policía, y por extensión cualquier familiar o persona hasta la llegada de los servicios sanitarios?

 

1. Deberá tranquilizarlo y bajar el nivel de excitación.

2. Facilitar la expresión de los sentimientos.

3. Mostrar en todo momento respeto y mantener una escucha activa.

4. Su tono de voz será modulado y al hablar tendráun ritmo adecuado (no rápido).

5. Evitar  público en la medida de lo posible y estar siempre alerta.

  

Pero también debemos saber lo que nunca se debe hacer:

 

1. Responder a sus estímulosviolentos.

2. Elevar el volumen de voz.

3. Avergonzarlo por su comportamiento.

4. Fiarse de promesas de buen comportamiento.

5.Tratarlo como a un delincuente y no como lo que es, un enfermo.

 

La realidad de las actuaciones policiales nos demuestran que el uso de la fuerza se hace necesario, toda vez que los equipos sanitarios necesitan que el enfermo este inmovilizado para poder aplicar calmantes o algún tipo de medicación, tendente a que la actitud violenta del enfermo cese.

 

El uso de la fuerza por parte de la policía debe ser la mínima imprescindible para poder inmovilizarlo, todo ello en aras de poder dar seguridad al propio enfermo, así como a los sanitarios que lo atienden, y en definitiva todas aquellas personas que estén presentes en el ingreso involuntario.

 

Se hace necesariala puesta en marcha de un protocolo de actuacióncoordinado entre personal médicoy las fuerzas de seguridad para enfrentarse a los servicios cada vez más habituales con personas que sufren alguna patología mental. Se trata de garantizar la seguridad de los agentes, del personal sanitario, la del paciente y la de personas que se encuentren en su entorno, habida cuenta que no existe un protocolo, másallá de la labor policial y de la mano izquierda que pueda tener cada agente.