The news is by your side.

Invasiones y monopolios

La realidad ha colocado al bello Pedro Sánchez en el lugar que de verdad le corresponde, que no es otro que el, como decimos por aquí abajo, de un tonto con balcones a la calle.

 

Lleva apenas dos meses como presidente del Gobierno, cargo al que llegó de manera bastante irregular y sospechosa, y su incompetencia la de las que le rodean está dejando en pañales a sus nefastos antecesores como Rodríguez Zapatero. Después de su irrupción en plan estrella mediática como adalid del feminismo y de la pseudoprogresía del buen rollito, la realidad ha colocado al bello Pedro Sánchez en el lugar que de verdad le corresponde, que no es otro que el, como decimos por aquí abajo, de un tonto con balcones a la calle.

 

Como era de esperar, la escasez de apoyos de sus ochenta y pocos diputados y su sumisa entrega a aquellos que apoyaron la moción de censura a Mariano Rajoy y su investidura como jefe del Ejecutivo, está provocando situaciones esperpénticas en el panorama político español.

 

Y no me refiero sólo a las vergonzantes concesiones hechas a los golpistas catalanes y sus líderes encarcelados o lo del acercamiento de los presos etarras al País Vasco, que también, sino a la absoluta inutilidad para afrontar los gravísimos problemas a los que los españoles nos estamos enfrentando en estos momentos con la gravísima crisis de la inmigración después de que varios paises europeos cerraran sus fronteras al flujo migratorio proveniente fundamentalmente del Africa subsahariana y controlado por mafias sin escrúpulos que, a cambio de una fortuna, lanzan a mujeres, hombres y niños al mar en ataúdes flotantes en busca del paraiso soñado de Europa.

 

Estoy seguro de que muchos me acusarán de xenófobo, de racista y, por supuesto, faltaría más, de fascista, pero mucho me temo que hay que ponerle coto cuanto antes a esta especie de invasión silenciosa que afecta, sobre todo, a Ceuta y a las costas andaluzas de Cádiz, Málaga y Almería y que amenaza con superar cualquier previsión y colapsar todos los medios, humanos y materiales, puestos a disposición de los recién llegados. España no puede convertirse, por más solidarios que seamos, en el único puerto de llegada de las miles de personas que, de forma irregular y forzados por las penosas circunstancias en las que sobreviven en sus países, buscan un futuro mejor en el llamado Primer Mundo. Entre otras cosas porque no estamos preparados para acoger y darle trabajo a una ingente masa de inmigrantes que, en demasiadas ocasiones, se ven obligados a buscarse la vida de forma ilegal cunado no delictiva en las grandes ciudades.

 

El, por ahora, último y masivo asalto violento a la valla de Ceuta en el que se ha puesto de manifiesto el pasotismo de Europa, la permisividad del Gobierno marroquí y la incapacidad de las fuerzas de seguridad españolas para hacerles frente por la falta de medios, ha sido la gota que ha colmado el vaso de un problema que los distintos gobiernos han ido aplazando en el tiempo sin adoptar la necesarias medidas para impedirlo.

 

Pienso que, además de asegurar nuestras fronteras, la solución de este problema pasa indefectiblemente por acudir al origen, por acordar con Marruecos, Argelia,Tunez o Libia la vigilancia en sus costas y el control de las oleadas de pateras y por pedirle a Europa la ayuda necesaria para acabar con las mafias e invertir millones de euros en esos paises y en los que nacen los inmigrantes, (Senegal, Mali, Niger, Guinea, Costa de Marfil, Liberia, Ghana o Nigeria, por citar algunos) para crear fuentes de riqueza que les convenzan de que la emigración no es la solución de su miseria.

 

Y mientras Sánchez y su señora se van de conciertos en avión oficial o preparan sus vacaciones en la playa, pasando un taco, como ya es habitual en nuestros políticos, de los problemas de la calle, las calles de las principales ciudades españolas se ven colapsadas por miles de taxis en huelga que están dejando por los suelos la imagen de España como meta turística.

 

Por mucha razón que lleven por la competecia de las VTC, lo cierto es que bastante culpa de lo que está ocurriendo la tienen los propios taxistas. Como ocurrió hace unos años con los estibadores, los taxistas, que no lo olvidemos son un servicio público, han visto como la competencia (no entro en si legal o ilegalmente) de algunas empresas privadas les está arruinando su monopolio del transporte. Aunque sean casos puntuales, no es de recibo que, en pleno mes de agosto en Sevilla con más de cuarenta grados a la sombra, subas a un taxi sin aire acondicionado y en lamentable estado de limpieza y te casquen veinte euros por un trayecto de menos de dos kilómetros. El auge de Uber o Cabify en toda España en los últimos años pone de manifiesto que algo está fallando en el sector del taxi.

 

Y esta huelga bastante salvaje, con sus numerosos episodios violentos, va a provocar que muchos usuarios decidan abandonar para siempre el tradicional servicio público de los taxis.

 

Como las nuevas tecnologías, las VTC han llegado para quedarse y lo que hay que hacer adaptarse a los nuevos tiempos. Enrocarse en la inmovilidad es ir a un suicidio seguro.

 Y otra cosa. Por fin llega la ola de calor que muchos ansiaban y echaban de menos. Nos quedan varios días de aguantar machaconamente a los telediarios anunciando avisos amarillos y naranja y repitiendo lo de beber agua, cubrirse la cabeza y no hacer deporte en horas punta. Lo dicho, que les sea leve, Y no se preocupen, la superaremos con dosis de Cruzcampo fresquita.