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JuanMa no despega

JuanMa Moreno ha puesto al PP a un paso del desastre

Cuando las encuestas de opinión electoral insisten en demostrar que el camino escogido no da el resultado apetecido; cuando insisten los sondeos, tozudos ellos, en rechazar el curso de quien debe construir el discurso alternativo, la respuesta no puede ser encender la máquina del odio contra quien lo dice, o la de poner en marcha el inventario de represalias guardado para las ofensas cotidianas. Menos aún contra quienes usan la sinceridad de no depender del cargo, para no engañar a nadie; mucho menos a los compañeros ideológicos de la oferta política militante. Esconder la realidad forma parte del fracaso premeditado. Silente, pero real.

 

Desde la opción alternativa al poder omnímodo socialí, el PP de siempre, no puede darse peor señal para ilusionar al electorado que dedicar el tiempo que tienen con tanto como pretenden, a buscar fantasmas entre la disidencia militante o simpatizante, o en culpar extramuros de su poder a quien no les baile el agua, cual delfín en busca de su sardina de premio.  La humildad buscando respuestas debería de incluir las preguntas que nadie se hace internamente, aunque sí son la comidilla cotidiana de las tertulias de bar y los cafés de sobremesa. Esos lugares donde se cuece la verdad, aunque luego se sirva poco en el plato de la hipocresía.

 

Que JuanMa Moreno ha puesto al PP a un paso del desastre, no parece haber quien siendo sincero, lo pueda negar a estas alturas.

 

Desde luego que las encuestas no son la última palabra, ni cuentan más que el voto directo, bien es cierto. Pero desencaminarse demasiado de su advertencia, reiterada, sí puede ser un viaje seguro al precipicio. Puestos allí, a tanta altura del vértigo común, difícil será volver hacia atrás a recuperar la fuerza del piso firme, sin que nadie de cerca ayude a recuperar la solidez precisa. Que JuanMa Moreno ha puesto al PP a un paso del desastre, no parece haber quien siendo sincero, lo pueda negar a estas alturas de su mandato, decidido, recordémoslo, tras debate feroz entre Mariano y Rajoy.

 

En el PP-A anida con firmeza la falta de impulso político alternativo. Y sufre como nadie y por quien gobierna con lentitud y escasos reflejos políticos desde Madrid. Ese estilo, aquí pasa factura electoral de una manera gigante. Reiteradamente así viene siendo. Es verdad que la responsabilidad del gobernante no está en hacer clientelismo con sus decisiones, a veces exigentes y poco simpáticas. Se agradece que a la hora de gobernar el interés general venza el particular del partido. Pero no es menos cierto que la política tiene también una parte publicitaria, de venta del producto con el marketing apropiado para la cuestión, que el centro derecha andaluz, y el español también, siempre han demostrado cierta torpeza para su máximo aprovechamiento. ¡Cuánto sabe el PSOE de eso! La comunicación, esa tortura que condena de manera crónica la mejor gestión de la derecha. Y que sitúa a los populares, casi siempre, en el ala más antipática de entre las marcas que disputan los escaños en el Parlamento andaluz.

 

Añadamos a ello la electoral ansia canina del equipo ciudadano de Juan Marín, volcado en encontrar cabreados y pusilánimes, de chaqueta huidiza y cambiante.  Han visto herido al PP-A, han conectado el radar que les da su olfato oportunista, y lo han puesto a la búsqueda de descarriados que el ejercicio partidario va dejando por el camino. Podemos convenir, sin demasiado margen de error, que JuanMa Moreno tiene un problema. En Andalucía, especialmente, son dos. Uno: el que representa Ciudadanos como alternativa fresca y lozana a la alternativa histórica y cansada del PP-A. Dos: Susana Díaz, con todo el poder que atesora, tejido durante tantos años en la tela de araña andaluza, más los zurcidos pendientes que ya se han puesto a coser, para no llegar a destiempo al día “D”.

 

Y no se ve al PP-A de JuanMa cortando el paso al tren viejo de Susana. Hablando de trenes. Más de mil días sin tren en Granada. Ofú.  ¿Ves el porqué de las encuestas,  JuanMa?

 

Si a estas alturas de la cita, JuanMa Moreno no ha conseguido levantar la moral de victoria con las encuestas hasta las puertas del empate con Susana, como mínimo, será difícil conseguir doblar las expectativas y la realidad en un año escaso, o menos, para lograr entonces con el voto real lo que nadie vaticina hoy en día en sus prospecciones. Ni siquiera los más afines. Y bien que lo siento, porque no hay necesidad más grande para despuntar de una vez en Andalucía que cambiar el ritmo de nuestra economía, darle el paso que la modernidad exige, de una vez, y usar las administraciones públicas para impulsar y engrandecer la sociedad que representa, no para servirse particularmente de ellas. Por eso creo que la alternativa del PP debería hacerse realidad, cuanto antes. Pero no es cuestión de deseo personal, sino de mayoría colectiva que lo ratifique.

 

Un buen gobierno no está para estorbar, controlar y mediatizar el futuro real y el progreso de la sociedad a quien gobierna.  Ese es el lastre que nos tiene profundamente detenidos en el andén de la esperanza en Andalucía. Que de ahí no pasamos. Pero una sociedad democrática también exige tener una referencia nítida y proclive a mejorar lo que hay, a proponer nuevas vías, y a ser lo que el progreso real necesita.  Y no se ve al PP-A de JuanMa cortando el paso al tren viejo de Susana. Hablando de trenes. Más de mil días sin tren en Granada. Ofú.  ¿Ves el porqué de las encuestas,  JuanMa?