_María Auxiliadora, qué me gusta ver un bodorrio por la tele sentá en mi casa con mi cruzcampo fresquita.
_Y dándole a la mú.
_Y sufriendo por los periodistas. Por el calor y no les fuera a dar el síndrome ese de Stendhal.
_¿Ese cuál es, María del Carmen?
_El que te da un sopitipando de ver tanta belleza.
_Esas criaturitas sí que tienen mérito.
_¿Los periodistas?
_Sí, hija, sí. Y además ahora con el trabajo en tenguerengue.
_Que se lo digan al yerno de María del Robledo, que de la Sección de Cultura lo han pasado a Variedades Varias.
_¿Y eso?
_Porque eso es lo que más se lee. De la cultura no hablan ni los políticos.
_¿Cómo van a hablar de cultura los políticos con la que tienen en to lo alto?
_De “masters” y pactos, todo lo que quieras.
_Pero una cosa es la cultura y otra son los “masters” y los pactos, niña.
_Es verdad, no hay que mezclar churras con merinas.
_Y hablando de merinas, ¿las influyentes para qué están?
_La palabra lo dice, para influir.
_¿En qué?
_En cómo tiene que ir la gente vestida a los eventos para ser más fina y elegante.
_Pues en este bodorrio han debido de estar en huelga.
_Una cosa te voy a decir, que ellas se llaman influyentes en inglés y a lo mejor aquí no ha llegado la onda.
_Mira, parecía la alfombrilla roja de los “Oscars”.
_Pero en la catedral.
_Pues yo a muchos no los veía muy católicos.
_Algunas han estado a pique de un repique.
_Iban muy frescachonas.
_La mayoría con el mostrador recién estrenado.
_Flamantes, como los cargos de la Junta.
_¡Qué nos gusta criticar!
_Es verdad, niña. Si la Iglesia ha dado el beneplácito…
_Ella sabrá.
_¿Quién?
_Chiquilla, la Iglesia.
_¿Te acuerdas cuando todo en Sevilla era de cara al 92?
_¡No me voy a acordar! Pues no le echaron cara algunos ni ná.
_Pues ahora todo es de cara al turismo.
_¿La Iglesia también?
_Niña, que en la Iglesia hay mucha gente que come.
_¿De qué?
_Pues visto lo visto comerá del turismo.