The news is by your side.

‘La cobra’ de Valderas a Susana

Pepe Fdez
Pepe Fernández*

Susana se acercó, casi le rozaba le mejilla, pero en el último momento Valderas se apartó y la dejó plantada.

Ha quedado ligeramente diluido en los fastos del ¿nuevo? gobierno andaluz la cobra que Diego Valderas le ha hecho a la renacida lideresa del socialismo sureño. Susana Díaz pretendió anunciar, con el intento de fichaje del ex vicepresidente del bipartito de izquierdas PSOE-IU, que esa era la dirección que pretende retomar tras verse obligada por la militancia de su partido a quedarse y gobernar en Andalucía. Con un 40% de las bases socialistas andaluzas pidiéndole que encienda el piloto izquierdo en su gestión. Incluso si hiciese falta rescatando aportaciones de IU en el pasado que, tras la ruptura unilateral de Susana para convocar elecciones que solo a ella interesaban como se ha visto, quedaron en el baúl de los recuerdos. ¿Somos de izquierdas? Sí. ¡Pues ahora hay que parecerlo!

La presidenta andaluza sabe perfectamente el daño que a su intento de escalar en el PSOE le ha hecho la derechización de su figura política en España y su ostentosa relación con los denominados poderes fácticos de este país. Desde la Corona hasta los señores del Ibex35, pasando por personajes poco recomendables y que ella sabrá lo que hace con sus amistades personales o políticas.

 

En esta ocasión se añadía un elemento que le otorgaba cierta dosis de perversión a la operación Valderas, a cuenta del debate abierto, duro y complicado, entre IU y Podemos por futuras fusiones electorales.

 

 

Un déjà vu

 

Parecía lógico, por tanto, interpretar su intento de fichar a Valderas como un déjà vu a los que tan habituados nos ha tenido el poder socialista en estas décadas de mayorías absolutas o relativas.

Cuando el andalucismo político empezó a convertirse en una amenaza electoral, Rafael Escuredo pagó a precio de oro el fichaje de los críticos a Rojas Marcos y  colocó a media directiva del PSA en el gobierno. Previamente hicieron la misma jugada con gentes del pecé, demonizados desde el Comité Central que tras abrazar el carrillismo acabaron en confortables despachos del naciente poder andaluz. De aquella redada por la izquierda un nombre brilla con méritos propios, el de Eduardo Saborido, siempre en el mismo sitio y con la misma dignidad con la que se sentó en el banquillo del Proceso 1001, pese a tentadoras ofertas que le hicieron en estos años desde el poder. Por ejemplo un secretario de la COAN y militante comunista, que acabó de asesor del Grupo Parlamentario socialista.

Con el paso del tiempo no han faltado operaciones similares con las que el PSOE ha cubierto puntual y estratégicamente una carencia electoral o de gestión política en un puesto concreto. Estamos, sin duda, ante una práctica heredada de la denostada “vieja política” de la que la presidenta andaluza no parece dispuesta a despegarse.

 

Una dosis de perversión

 

En esta ocasión se añadía un elemento que le otorgaba cierta dosis de perversión a la operación Valderas, a cuenta del debate abierto, duro y complicado, entre IU y Podemos por futuras fusiones electorales y donde no conviene olvidar las alianzas actuales en muchos ayuntamientos, como tampoco que Susana Díaz considera a Podemos-IU como enemigos, mientras que al PP se queda en la categoría de adversario electoral.

Tan descarada provocación, con un Diego Valderas en esas horas sospechosamente silencioso, estalló con la llamada protocolaria y con nocturnidad de Susana Díaz a Antonio Maillo, dándole cuenta del fichaje de Valderas que, llevaba implícita una reforma de la ley aprobada en marzo, para adaptarla a la  creación y dotación presupuestaria del cargo de Comisionado para la Memoria Histórica.

 

Una Susana noqueada que se limitó a calificar de “agresivo” el discurso de su oponente, especialmente dolida porque la llamó “fontanera”.

 

En la sesión parlamentaria sobre el estado de la comunidad estalló en todo su esplendor la ira, mala leche y el estado de cabreo que la jugada había provocado en las filas de la izquierda, incluida Podemos. Nunca antes se escuchó a un Antonio Maillo tan acerado, elegante pero duro, fino estilista manejando el latín y distribuyendo cargas de profundad en los cimientos ideológicos, éticos y estéticos del susanismo. “Sea Ud buena” fue una de las muchas frases lapidarias de Maillo contra Díaz que retumbó en el Parlamento, tras acusarla de mentir, manipular y tergiversar.

Una Susana noqueada que se limitó a calificar de “agresivo” el discurso de su oponente, especialmente dolida porque la llamó “fontanera” que ella interpretó como una referencia al oficio de su progenitor del que tanto ha presumido. Así de afinadas estaban esa tarde las sensibilidades.

 

Parece que la actual Dirección General de Memoria Histórica – gestión elogiada desde IU- no acaba de gustarle a la presidenta.

 

En aquel momento Susana Díaz ya sabía que no prosperaría su idea de atraer – utilizar- a Valderas para ocuparse de la recuperación de la memoria de los muertos. Por eso no profundizó en el asunto que volvería a dar la cara en la toma de posesión del nuevo gabinete, anunciando que pasaba de Cultura a Presidencia y que encargaba a su vicepresidente que consensuara con la oposición un nombre para el non nato Comisionado. Parece que la actual Dirección General de Memoria Histórica – gestión elogiada desde IU- no acaba de gustarle a la presidenta.

Valderas con su negativa ha acertado personal y políticamente. Ha declinado finalmente convertirse en un arma arrojadiza de quien le echó de vicepresidente de la Junta hace dos años y pico, contra el partido que él ha dirigido y en el que sigue militando. Resultaba especialmente doloroso para quienes conocemos al ex presidente del Parlamento creer que iba a entrar en un chalaneo tan evidente y sospechoso como pringoso. Su negativa final debiera servir, especialmente a muchos camaradas, para retractarse de las insidias e insultos que han distribuido por las redes a cuenta del presunto nombramiento antes de conocerse su negativa. Y a IU, como organización, debe constatar que en Diego Valderas sigue teniendo un activo, que no se ha vendido por un plato de lentejas como algunos creían y que la izquierda que ellos dicen representar no puede permitirse el lujo de prescindir de la experiencia de figuras como la del ex Coordinador de IU-CA y ex alcalde de Bollullos par del Condado. Pero claro todo dependerá de cómo termine lo que muchos interpretan como un posible suicidio colectivo del PCE, absorbidos por Podemos.

 

*Pepe Fernández es Periodista. Director de Confidencial Andaluz

@Pepe_Fdez