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Lo que está haciendo Génova en el PP de Granada no tiene nombre

Deberían “dejar de meter sus sucias manos en la vida del Partido Popular de Granada y de Andalucía”

 

La situación por la que atraviesa el partido popular no es fácil. Un año y medio después de aquel 20/21 de julio de 2018 donde quedó proclamado presidente del partido popular Pablo Casado como consecuencia de la renuncia de Mariano Rajoy; este partido ha dilapidado la mayor herencia que un líder del centro derecha podía recibir: ¡la ilusión».

La última barbaridad soltada por Echaniz: La política de recortes que busca la Ley de la Eutanasia, no es más que una burrada que viene a demostrar que al no haber equipo, la ausencia de discurso, valores y principios es evidente.

El responsable máximo de todo este desaguisado no es otro que Pablo Casado, guste más o menos. Pablo Casado está cocinando a fuego lento su propio fin político, salvo que reaccione y ponga sensatez a este galimatías que tiene como cúpula.

He llegado a pensar que un personaje nefasto en política como el secretario general, podría ser el origen del mal. Estaba en un claro error, de ser políticamente toxico y mediocre, él no es el origen. El origen hay que buscarlo en el congreso de 2018.

El militante fue capaz de vibrar con el discurso de Casado. El mismo militante que se ha visto engañado por el devenir de los acontecimientos, o mejor dicho por la concatenación de errores y desastres. La inacción de la dirección del partido, que parece sigue de vacaciones perpetuas. Ahí, en esa responsabilidad si están equilibrados Casado y García Egea. Un año y medio sin fijar un rumbo claro, es mucho tiempo y a la larga pasa factura.

Este pésimo equipo puede ser el azote que deje mal trecha la organización. Los populares no terminan de consolidar un boceto de lo que quieren ser como partido. Ahora comprendo la situación de los populares en el País Vasco y la actuación de Alfonso Alonso o la salida sin medias tintas de Alberto Núñez en Galicia.

No podemos olvidarnos de la situación que nos afecta, la andaluza. Como decía mi buen amigo Jesús Cascón gran conocedor de los entresijos populares de Granada, a poco que Génova deje tranquilo al Partido Popular andaluz, los frutos llegarán antes que tarde. Quizás sea el momento de trazar un muro andaluz, y que sea preferible una vez rojo que ciento amarillo. Los populares andaluces deben decir basta de una vez por todas, y oponerse a los desmanes y desvaríos de Teodoro García Egea. Por el bien de todos.

No tiene nombre lo que Génova está haciendo en Granada, como elefante en una cacharrería. ¿Dónde está la libertad que tanto proclaman de puertas a fuera? El grado de desfachatez no tiene límites. Querer poner con fórceps, de Secretario General al alcalde de Güejar Sierra es simplemente sonrojante y vergonzoso, sólo superado con la ridícula idea de nombrarlo vicepresidente de una comisión en el Senado, relativa a I+D+i, conocimiento y universidad. Un personaje sin curriculum universitario, plano de formación, podrá ser cualquier cosa, lo que quiera, menos estar en una comisión universitaria, salvo que sea para aprender, y para eso que mejor que la escuela. Salvo que esté ahí para que alguien ponga en evidencia sus limitaciones,  su perfil, y se mofe  públicamente, algo que parece penoso y lamentable.  Al fin y al cabo, el pobre hombre es alcalde. Aunque estando las cosas tal como están pudiera haber una mano negra detrás de todo esto.

A sabiendas de como es el personaje, primitivo y fácilmente manejable, Teodoro junto con la inestimable ayuda de un ajeno y desconocido granadino, Pablo Hispan, paracaidista de segundo intento, han ido a buscar a una marioneta política con la que tocarle la moral al presidente de la Junta de Andalucía.

Vuelven a equivocarse, porque no conocen ni Andalucía ni Granada. Provocarán tal respuesta crítica con el nombramiento de secretario general que la organización entrará en una de las peores crisis que se recuerdan. Tiempo al tiempo. Al final ambos personajes con sus constantes presiones y llamadas a “SU” hipotética e idílica unidad provocarán un auténtico terremoto, en tierra sísmica.

Descabezado el Ayuntamiento de Granada, maltrecho y contaminado el grupo de Diputación,  con una sede aun en estado de shock, deberían “dejar de meter sus sucias manos en la vida del Partido Popular de Granada y de Andalucía”. Como diría el tal Rufián.

Desde la distancia y con la preocupación propia no me queda otra que animar a mi amigo Jesús Cascón a que nos mantenga informados de los avatares que están por llegar. Aunque quizás, algún fin de semana, el director de este confidencial y yo mismo nos aventuremos a pasarlo en Granada, mucho tiempo y grandes e ilustres amigos no nos faltarán. Incluido el bueno de Cascón, al que le damos la enhorabuena por el seguimiento.

 

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