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Los cafres de la COPE no evangelizan

Prefieren contratar a gentes que no han perdido el pelo de la dehesa para que ataquen a cuantos no piensan como ellos.

 

Los obispos españoles son dueños de la cadena COPE. Es una empresa mercantil que recibe y produce dinero  del que paga a los comunicadores que de ella viven. Los obispos españoles recibieron la ordenación episcopal para que el mensaje evangélico que ellos leen y que, de paso les permite tener poder y vivir profesionalmente sin sobresaltos,  se transmita a los españoles creyentes o no. Los mensajes evangélicos se contienen en los evangelios. En ellos ya se advirtió desde el siglo I de nuestra era que no se puede hacer descender fuego sobre los humanos usando los supuestos poderes del Eterno a través de Jesus de Nazaret. Los obispos españoles creen y practican una ética comunicadora contraria al mensaje que se lee en los evangelios y que los cristianos del común sabemos que es necesario practicar: compasión, no insultar, ni siquiera llamando racca a nadie, respetar a los contrarios, amar a los enemigos y poner la otra mejilla cuando alguien agrede. Los obispos españoles no practican lo que leen en los evangelios y no lo han hecho a lo largo de nuestra historia patria. Prefieren contratar a gentes que no han perdido el pelo de la dehesa para que ataquen a cuantos no piensan como ellos. A cambio de tener muchos miles de oyentes, muchos de ellos ajenos a la praxis y a la fe cristiana y a otros españoles  asilvestrados, han consentido que su emisora sea portavoz de ataques inmisericordes a cuanto no piensan como los bien pagados utilizadores de la antena radiofónica de la organización jerárquica de la Iglesia española. Con su estomagante y aparente candor espiritual y arcangelico han alentado desde hace  muchos años una organización de mamíferos verticales (definición encontrada en un diccionario utilizado por un maestro rural de Abeché, en el interior de Chad) dedicados  a insultar, zaherir, y atacar a cuantas personas no sean agradables a sus cerebelos avinagrados por la bajeza moral que les anima.

Resulta que uno de ellos que colabora en el peligroso hipócrita diario ABC ha escrito entre otras lindezas evangélicas: “La Obra es la élite de la Iglesia y Francisco la persigue porque no alcanza su nivel intelectual ni espiritual. Francisco no cree en Dios, lo usa para sus colectas». La obra es el Opus y quien no cree en Dios es el pontífice máximo de la Santa Madre la Iglesia católica de la cual los obispos españoles se predican sostenedores y presidentes de los creyentes. El cafre que habla por la emisora episcopal y escribe en el diario portaestandarte de los monárquicos españoles y de la derecha presuntamente  civilizada dice que «Jesucristo, si volviera, Francisco lideraría el pelotón del linchamiento que le llamaría arrogante y se lavaría las manos ante la ira del turba ciega».

Cuando Jesús Hermida y un servidor éramos militantes de movimientos apostólicos y dirigíamos “Signo” y “Juventud Obrera” , respectivamente, asistíamos a la escuela de periodismo de la Iglesia que dirigía Alejandro  Fernández Pombo, director del Ya,  un señor en toda extensión de  lo que estos mamíferos verticales ni han olido en su vida, por las noches y fuera de nuestros respectivos trabajos para sobrevir a los veinte  años. Allí aprendimos que la verdad comprobada y no la ira estulta y desabrida eran la base del periodismo como tal. Y que la fe exigía practicar el evangelio al escribir.

Tan pronto pudieron los obispos encabezados para embestir por don José Guerra Campos, suprimieron los movimientos apostólicos y  las publicaciones y se dedicaron a hacer política siguiendo al cardenal Gomá de feliz recordación. Tres de cada diez jóvenes s españoles se declara creyente. Los otros siete ¿Dónde están?.  La Cope y los obispos no leen estadísticas :prefieren oírse  a sí mismos. Y a sus voceros radiofónicos.