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Los puteros de la FAFFE siguen ahí

Algunos, a día de hoy, siguen en la administración autonómica andaluza en puestos relevantes.


El descubrimiento de un gasto desorbitado con cargo a los fondos públicos de una fundación creada por la Junta para luchar contra el desempleo, concentrado en el uso de una tarjeta black en un puticlub de Sevilla, fue la mecha que empezó a arder y que, desde luego, incomoda en estas calendas pre electorales a la presidenta Susana Díaz. La oposición en el Parlamento quiere saber quiénes, cuánto y dónde se gastaron miles de euros públicos en beber y retozar por parte de unos cuadros socialistas y/o funcionarios más o menos destacados. 

La impresión que se tiene en medios gubernamentales  es que junto al Director de la FAFE, Fernando Villén, participaron en las juergas otros altos funcionarios, todos de la órbita y confianza socialista, integrantes de la nomenklatura de la Consejería de Empleo, en unas fechas donde en el seno del socialismo andaluz apareció el griñanismo que arrasó con núcleos de poder interno en el gobierno. La FAFFE sin duda era uno de esos chiringuitos en el que fueron colocados infinidad de familiares, parientes y amigos de altos cargos del PSOE andaluz.

En el gobierno  se tienen los datos que se exigen desde la oposición pero no parecen dispuestos a darlos a conocer y para ello argumentarán razones jurídicas y legales. Pero la motivación real para que no se conozcan los nombres de quienes se hartaron de beber, comer y follar a costa del erario público es que,  algunos a día de hoy siguen en la administración autonómica andaluza en puestos relevantes.

 

 

Fernando Villén, el hombre que guarda  grandes secretos que al PSOE-A no le gustaría que saliesen ahora


Caso FAFFE, la primera vez en la que se documentan pagos con dinero público en un prostíbulo, pero no el primer escándalo.