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Malogrado ‘jour de gloire’ de Sánchez

La reacción de Sánchez por la “traición” de los que él mismo ha blanqueado y favorecido, ha sido bien tibia calificando tan obscena inclusión de “legal pero no decente”.

 

Sánchez, por fin, tuvo su “Jour de gloire”. Logró la foto, arduamente perseguida, junto a Biden en el despacho oval de la Casa Blanca y, además, coincidiendo con el comienzo de la campaña oficial para las autonómicas  y municipales. Cuántos esfuerzos y recursos diplomáticos, además de concesiones (entre otros: persecución del yanqui en el famoso paseíllo de 30 segundos en Bruselas; incremento de la presencia naval norteamericana en Rota; aceptación del transvase de emigrantes sudamericanos que se agolpan en las fronteras norteamericanas…) ha costado lograr ese sublime momento fotográfico, para mayor exaltación galáctica de la gloria sanchista. Hay que reconocer en Sánchez su coherencia y contumacia en la persecución de sus objetivos, sin someterse a línea roja ni lealtad personal o ideológica algunas. Toda su acción de gobierno se resume en hacer cualquier cosa, lo que sea (donde, cuando y como sea) que él considere precisa, para alimentar su idea política medular, que se sintetiza en perpetuarse en la Moncloa. Todo lo demás es accesorio.   

Pero, simultáneamente a tan glorioso momento en Washington, incluida rueda de prensa, en solitario, en el aparcamiento de la Casa Blanca, sus socios de pasteleo de Bildu, los mismos con los que Sánchez afirmaba en campaña electoral que nunca pactaría, le han dado una tremenda bofetada. Aquéllos han incluido en sus listas electorales para el 28-M a 44 etarras de los que 7, para que no quedase dudas de sus provocativas y perversas intenciones, son convictos de delitos de sangre. Un genuino escupitajo contra la sociedad española a la vez de una puñalada trapera contra Sánchez quien, todavía, ha tenido suerte, porque tales candidatos, de lo que son maestros consumados es del tiro en la nuca. Condición al parecer meritoria para acceder a puestos institucionales en el País Vasco en representación de Bildu. La reacción de Sánchez por la “traición” de los que él mismo ha blanqueado y favorecido, ha sido bien tibia calificando tan obscena inclusión de “legal pero no decente”. El colmo, dicho eso por quien fue investido presidente del gobierno merced  a una impúdica estafa electoral tan legal como indecente.  

En fin, no hay que darle muchas vueltas. Esto cambia todas las expectativas y sondeos electorales y parece claro que el tiempo de Sánchez va llegando a su ocaso. Ya, ni tan siquiera es bienvenido por sus correligionarios en los distintos territorios autonómicos y municipales. Porque no suma sino resta. ¿Cómo desear su presencia en actos que no estén absolutamente  controlados, cuando no puede salir a la calle sin ser intensamente abucheado por el respetable?