The news is by your side.

Metaverso bueno y metaverso malo

Estamos aún a tiempo de evitar la deshumanización y su corolario, la ciberesclavitud.

 

Desde que finalizó la IIGM, el mundo occidental ha vivido inmerso en sociedades que respondían a lo pactado por entonces entre liberales, conservadores y socialdemócratas, a lo que tampoco fue ajeno el propio Vaticano, y de lo que surgió el estado de bienestar que se asoció durante décadas a nuestras democracias. El acuerdo apalancaba al sistema capitalista, frente a su antagónico, el comunista, pero incorporándole una vertiente social y humana que a medio plazo buscaba la creación y consolidación de una clase media que debería convertirse en uno de los pilares más sólidos del mismo sistema.

A estas alturas de la historia, a nadie se le oculta que se consiguió el objetivo, tanto fue así que el comunismo como sistema político para la organización de la sociedad quedó obsoleto hasta el punto de que a partir de 1989, desaparecido el muro de Berlín, se produjo un efecto dominó que arrastró en su caída incluso a su propio núcleo irradiador. la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y con ella a su brazo armado, el Pacto de Varsovia.

Como todo lo humano, aquel gran acuerdo no era proyectable a la eternidad y la ambición de un capital que presumió que al caer el ecosistema comunista todo el monte ya era orégano para él, provocó que comenzara a deteriorarse en su esencia desde comienzos del siglo XXI, de manera que hizo saltar por los aires la economía social de mercado, facilitadora del estado de bienestar y del ascensor social de la clase media. 

Pero esa ambición no fue sólo fruto de la quimera del poder financiero, también apareció por entonces una nueva realidad que cuestionaría la viabilidad del estado de bienestar: un nuevo modelo de capitalismo, el capitalismo de plataformas que comenzaba a imponerse y en el que el potencial cognitivo del factor humano iba a sopesar más que el factor capital, lo que implicaba un cambio de poder a favor de los que detentaban la innovación de las nuevas tecnologías. Se trataba de un nuevo paradigma de capitalismo que podríamos identificar como capitalismo de ideas o capitalismo cognitivo.

Así pues, todo saltó por los aires y emulando a Gramsci, cuando conviven un mundo que está llamado a  desaparecer, el capitalismo fordista, evolución a comienzos del siglo XX del taylorismo, pero que aún se resiste a ello, y otro, el capitalismo de plataformas, que no termina de nacer con todas sus consecuencias, aparecen los monstruos que en política serían los movimientos iliberales, forma sofisticada de identificar a un nuevo totalitarismo en democracia demediada, y en economía el neoliberalismo, el gran enemigo de la democracia liberal representativa, defensor a ultranza de un capitalismo insolidario que antes de su próxima e inexorable difuminación intenta barrer en todos los nichos de beneficios donde la sobreexplotación del factor humano sigue siendo posible.

Vivimos momentos históricos apasionantes, tiempos en transición muy sensibles a las consecuencias negativas de la aparición de cisnes negros, tal como ha sido la pandemia y probablemente serán los derivados de la actual emergencia climática, lo que nos va a obligar a reformular el capitalismo de ideas, para portarlo hacia un modelo de capitalismo cognitivo sostenible.

La acelerada evolución de la implementación de las innovaciones tecnológicas, requiere una sociedad a la altura de las circunstancias en la que no se practique la política del avestruz propia del cortoplacismo y se establezca un nuevo sistema de organización de la sociedad sostenible en todas sus vertientes, no sólo en la medioambiental, y que integre en su globalidad lo que hasta ahora ha venido siendo un desgaste para el estado del bienestar, el contenido de las políticas identitarias que aisladas provocan la aparición de otras de perfil antiidentitario, al igual que ocurre en el caso de los populismos, otro de los monstruos fruto de la actual transición gramsciana.

Estamos a las puertas de un cambio cultural sólido, consecuencia de una de las innovaciones que va a revolucionar el formato que actualmente utilizamos para hacer uso del mundo online. Está emergiendo un nuevo paradigma que combina nuestro mundo analógico con el digital en un escenario phygital, en el que, más pronto que tarde, va a transcurrir una parte importante de nuestras vidas, el metaverso, que se configurará en múltiples espacios para la comunicación y la participación en actividades compartidas. 

A las personas que nos movemos en torno al del mundo de las ideas y de la gestión, nos tocaría aprovechar las brechas que los grandes de las innovaciones tecnológicas van dejando sin cerrar, en beneficio del conjunto de la sociedad, implementado ideas desde abajo en las que los propios ciudadanos participaran en su gestación. Estamos aún a tiempo de evitar lo que algunos consideran como fruto inexorable de la intensificación tecnológica en manos de unos pocos, la deshumanización y su corolario, la ciberesclavitud.

Como en el caso del colesterol, vamos a poder hablar de un metaverso bueno y un metaverso malo. Si actuamos con inteligencia y objetividad, el metaverso bueno se podría llegar a imponer .al metaverso malo, y al igual que en el caso del colesterol bueno, coadyuvar a estrechar y estrangular los espacios ocupados por el metaverso malo, el asociado al capitalismo de vigilancia. Si fuéramos capaces de poner en marcha desde ahora proyectos nacidos desde la base de la propia sociedad civil, y también desde la esfera pública, que ofrecieran espacios para la comunicación y la participación compartida de los ciudadanos, especialmente de los jóvenes, cuyo objetivo final no fuera su monetización, habríamos dado un paso de gigante para ganar un mejor futuro para todos, sin la menor duda

Uno de los primeros proyectos que nace en España con la voluntad de desarrollarse como metaverso bueno es KratosMeta, que va a implementar sus ideas en los “terrenos” gestionados por un grupo emprendedor nacional, Uttopion, impulsado a su vez por la aceleradora Lanzadera.

Las aplicaciones en el metaverso de KratosMeta se iniciarían a corto plazo como prototipos a disposición de concejales y alcaldes para compartir actividades con los ciudadanos jóvenes de sus municipios, sin exclusión generacional, aunque somos conscientes de que su uso va a correponder mayoritariamente a personas menores de 45 años de edad, dada la preponderancia de su presencia en el mundo digital.

KratosMeta desearía marcar el camino a otros metaversos buenos, en la confianza de que pronto se irán sumando otros proyectos que coadyuvarán a construir un nuevo modelo de estado de bienestar para la era de la ilustración tecnológica que estará cimentado sobre el conocimiento real de las necesidades y las aspiraciones de los ciudadanos. Actividades deportivas, culturales, medioambientales, ocio, audiovisuales, formación, turismo, alojamientos, hostelería, viajes, comunicación, nuevas tecnologías, alimentación, salud, finanzas, etc., pronto estarán a disposición de los jóvenes en KratosMeta, un metaverso bueno que inicia su andadura en España.

 

elmundotraslapandemia@gmail.com