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Milongas

¡Qué cosas le pasan a la firma de S.M., doña Margarita! ¡Y qué indiscreto es el BOE, ministra!

 

El berrido ¡Viva el 8 de marzo!, de Pedro Sánchez, el pasado 3 de junio, en el congreso de los diputados, no solo sonó a insulto a los fallecidos por coronavirus y sus familiares. También  tañó a enroque gubernamental “milongando” y negando responsabilidades por su desastrosa gestión de la crisis del coronavirus. ¿Acaso pensará, don Pedro, no abandonar la Moncloa si no fuera por la fuerza? Pero no quiero dar ideas…

En ese ambiente, resulta particularmente grave el intento de arrasar la sintonía ―esencial en el estado de derecho―, entre el poder judicial y su Policía. Es curioso que haya sido precisamente un juez, el señor Grande-Marlaska (G-M), ministro del Interior, quien se haya enmerdado “desmontando la policía patriótica” (Sánchez dixit). Falsaria excusa para añadir al cesto de otras mentiras anteriores, tratando de justificar el cese del coronel Pérez de los Cobos, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil (GC) de Madrid.

Sin embargo, el oficio, de 24 de mayo de 2020, hizo la luz. En ese escrito, la directora general de la GC (DIGENGUCI), María Gámez, pedía tal cese, por “no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la GC en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento” (sic). El coronel Pérez de los Cobos, por tanto, fue destituido por no violar la “rigurosa reserva” exigida en el RD 769/2017 sobre regulación de la Policía Judicial. O, en otros términos, fue sancionado, bajo los auspicios de un magistrado (en excedencia), por negarse a incumplir la ley. Señor G-M, sin milongas, ¿puede darse ejemplo más indecente de ataque al estado de derecho?

La inmediata dimisión del Director Adjunto Operativo (DAO) de la GC, TG Laurentino Ceña, el oficial más antiguo de la Benemérita, fue una reprobación expresa de la fechoría de G-M. Claro que, inmediatamente, desde Interior se trató de desacreditar el magnífico gesto del DAO: “es que a Ceña le quedaba poco para retirarse” se dijo. Nueva milonga “marlaskiana”, con apresurado y amplio eco mediático, confirmando, de paso, que, entre los periodistas adictos, los apesebrados, los timoratos y los ignorantes aquí hay poco espacio para la libertad de prensa. Pues a ver si esos se enteran de que la Ley 29/2014 de Régimen de Personal de la GC (art 93.1) estipula que “el Teniente General, Director Adjunto Operativo de la Guardia Civil, permanecerá en la situación de activo mientras ostente dicho cargo”. Es, exactamente, el mismo caso que el de los 4 Jefes de Estado Mayor (todos bien talluditos, por cierto, y con uno de ellos a punto de cumplir los 68 años).

Y, entre tanta porquería, ¿qué rol está jugando la ministra de defensa, Margarita Robles? Pues parece que se ha dado mus. Lo cual no es de recibo. No solo porque, asimismo, es magistrada, sino porque también, según el RD 512/2017 del Reglamento de ascensos del Personal de la GC (art 20), ella es quien concede los ascensos al empleo de coronel, así como quien propone al consejo de ministros los de oficial general. Y uno piensa, quizás ingenuamente, que, aunque sea “in eligendo”, o por acción u omisión, algo de esa pocilga le salpicará a ella. Claro que tampoco huele muy bien su receta para las FAS: exceso de zalamería verbal, mientras se mantiene a los militares con los sueldos más bajos de la Administración.

¿Acaso Margarita Robles se auto valora como mera chupatintas al servicio de Grande-Marlaska? Porque, confirmando esa tendencia a escurrir el bulto, a la pregunta-afirmación del periodista Miguel González (El País, 30 de mayo pasado): “usted no intervino en el nombramiento de la nueva directora de la Guardia Civil”, doña Margarita respondió rotundamente: “fue una decisión del ministro Marlaska”. Pero los hechos son tozudos señora, porque el RD 94/2020, de 17 de enero, reza así: “ A propuesta de la Ministra de Defensa y del Ministro del Interior y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 17 de enero de 2020, Vengo en nombrar Directora General de la Guardia Civil a doña María Gámez Gámez. Dado en Madrid, el 17 de enero de 2020”. FELIPE R. (refrenda la vicepresidenta Carmen Calvo Poyato).

¡Qué cosas le pasan a la firma de S.M., doña Margarita! ¡Y qué indiscreto es el BOE, ministra!