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Moreno debe cuidarse si no quiere acabar como Escuredo y Borbolla

Una Secretaria General débil, sin autoridad, permite que Génova 13 le controle la organización a Moreno en Andalucía.

 

El presidente de la Junta dice que está concentrado en luchar contra la pandemia, que no está para otros asuntos. Por ejemplo los conatos de incendios en Despañeparros que no son nuevos en Andalucia. Madrid quiere mandar en la periferia y a Juanma Moreno se le empieza a poner cara de Escuredo y Borbolla, dos expresidentes liquidados del cargo por su propio partido desde Madrid cuando, ambos, plantaron cara. Lo mismo que ha hecho Juanma a cuenta del PP de Sevilla.

Hay que reconocer que el Moreno Bonilla hoy presidente nada tiene que ver con aquel otro de diciembre de 2018, a pesar de haber obtenido entonces dos escaños menos que Coalición Popular y Hernández Mancha en 1986 con 28 diputados que obtuvieron y el 24,29% del voto.  Pero, gracias entre otras cosas a la utilización del espantajo de Vox por Susana Díaz en aquella campaña para desgastar al PP, logró ser el primer presidente que la derecha sitúa en la Junta.

El presidente ha aprendido a hablar en público aunque abuse demasiado de un tic, típico de Juegos Florales, piropeando continuamente la belleza de Andalucía y lo magníficos y estupendos que somos los andaluces. Una Arcadia feliz…y verde a la que nos quiere conducir el mandatario en cada discurso que pronuncia.

Quienes conocen de cerca a Juanma Moreno, lo primero que te dicen que es una buena persona. En la distancia también tengo esa percepción. Para mí es uno de los mejores elogios que se le puede hacer a alguien que ocupa un puesto como el suyo en la política. Las buenas personas en ese gremio ( y en otros, claro) están en peligro de extinción y son especies a proteger. También te dicen que Bonilla no es un hombre de partido, entendiendo que lo suyo no son las estrategias y las tácticas a seguir en el día a día para mantener engrasada la máquina de poder que es hoy o debiera ser el PP andaluz. Su problema es que los pesos pesados del partido están en el gobierno, fundamentalmente Bendodo, hombre orquesta que empieza a padecer quemaduras.

 

Loles López, sin autoridad y sin astucia para ser S.G.

Al frente de la locomotora del partido tiene a Loles López, que fue mejor alcaldesa de Valverde del Camino que Secretaria general del PP-A a la vista de cómo evolucionan las cosas. A Loles López le ha faltado autoridad, agilidad, capacidad  y astucia suficiente como para proteger las espaldas del presidente del partido y de la Junta. Loles no se entera de la misa la media y parece claro que en la crisis de Sevilla no ha tocado balón. La idea de desmontar lentamente, sin prisas, los reinos de taifas que Javier Arenas había permitido en los ocho territorios de la comunidad se ha revelado como un serio traspié ya que Teodoro Garcia Egea, en nombre de Pablo Casado, tenían prisa, pisó el acelerador y entró en acción provincia a provincia.

Moreno Bonilla y Loles López, su Secretaria General, debieron tomar nota cuando comprobaron lo que sucedió en Granada, donde el PP tuvo que ceder la alcaldía a Ciudadanos a cambio de cromos murcianos en los que el SG del PP tenía sus intereses políticos muy directos y personales.  La crisis en el PP Granada que vino después, con un sacrificado y despechado presidente Sebastian Pérez, siguió estando tutelada por Genova 13 hasta el final, colocando a personas de la confianza de Madrid. Mientras, Juanma Moreno, dice que concentraba sus esfuerzos en coordinar a los expertos contra la pandemia. Y con las espaldas al descubierto.

Desde entonces el intervencionismo de la dirección nacional del PP en los asuntos orgánicos del PP andaluz, ha sido una constante, siendo la traca final lo que está sucediendo en el PP de Sevilla.

 

El cambalache de Granada por Murcia del que nadie habla en el PP-A

 

¿Se repetirá con Moreno la historia de Escuredo y Borbolla?

Un dejá vú el que estamos viviendo los periodistas más veteranos al comprobar, por enésima vez en la moderna historia de Andalucia, como Despeñaperros se amuralla frente al poder invasor del centralismo pandémico con renovadas cepas.

Lo vivimos con Rafael Escuredo, al que Felipe González y Alfonso Guerra dejaron caer cuando el estepeño empiezó a creerse algunas de las cosas que dejó escritas Blas Infante y que le llevaron los andalucistas exPSA que fichó. Más tarde sucedió exactamente lo mismo pero con su sucesor Pepe Rodríguez de la Borbolla, cuyo principal pecado fue dar a luz el “borbollismo” frente al “guerrismo” tras un oportunista “nacionalismo de clase”.

Y finalmente con Manolo Chaves con el que Zapatero usó guante de seda elevándole a Vicepresidente, cerrando así una larga etapa en el PSOE-A que dio pie a la llegada de Pepe Griñan y éste al precipitado cambio generacional con Susana Díaz, forzado a dimitir por los Eres, sustituta que acabó a tiro limpio en Ferraz y en concreto contra Pedro Sánchez.

Con la crisis abierta en el PP de Sevilla hemos vuelto a ver a un presidente de la Junta con la pistola en el cinto frente a Madrid.

Juanma Moreno, mal aconsejado seguramente, decidió meterse en la pelea sevillana de su partido y apostar por Juan Avila, un candidato fresco, dicen que buen tipo y honrado gestor, al que solo han podido acusar de no estar al corriente de su cuota de militante en el partido. Una chuminada que lo único que demuestra es la pésima gestión de cobros de cuota que lleva el partido. Enfrente Virginia Pérez, una mujer que no brilla pero muy hormiguita, apoyada por sus antiguos adversarios sevillanos y por Genova 13, o sea Pablo y Teo.  Supuestamente rodeada de ‘golfos’ y ‘sinvergüenzas’  a los que ‘el partido les importa una mierda’ en palabras de Juan Avila a través  de un audio que se puede escuchar aquí. 

 

Obediencia debida del PP-Sevilla a lo que diga Genova 13

A nadie se le escapa que el apoyo a Virginia Pérez de Madrid frente a San Telmo tiene su precio que no es otro que la obediencia debida de ahora en adelante, especialmente en los congresos por llegar. En esa misma línea trabaja García Egea en otras plazas andaluzas con congresos pendientes. Moreno Bonilla acabará rodeado. Se da por descontado que el veterano Javier Arenas seguirá flotando, como siempre, a pesar de la espada de Barcenas que dicen que pesa sobre el senador popular.

Los actuales dirigentes nacionales del PP, con este tipo de operaciones intervencionistas, se pasan por el forro las decenas de discursos en blanco y verde que Juanma  Moreno ha pronunciado en estos dos años largos de presidencia, legitimado tras la bendición de Manuel Clavero en su simbólica primera visita como presidente de la Junta, minutos después de haber jurado el cargo. 

A los cuarteles generales de los grandes partidos las autonomías solo les sirven para aumentar su poder interno y la consiguiente red clientelar, no para dar buen servicio a los ciudadanos administrados. Se equivoca Pablo Casado al poner en solfa a Juanma Moreno, presidente de gobierno más importante que tiene hoy el PP en España. Con Alberto Nuñez Feijó en Galicia no se atreven. ¿Por qué con Juanma sí?

Habría que remontarse a los recelos que se perpetúan en el tiempo por haberse implicado en su día en la batalla de primarias del PP con Soraya frente a Casado y Cospedal, en vez de haber mantenido una posición institucionalmente neutral. No se fiaron entonces de Moreno Bonilla y en estos años no ha sucedido nada excepcional que permita pensar que se restableció la confianza. Nunca se ha recuperado y a lo sucedido hay que remitirse.

Sorprende que alguien que lleva el diálogo como estandarte de su acción política, no haya sido capaz de sentarse a hablar con Pablo Casado y evitar este espectáculo en forma de choque de trenes que ha saltado a los telediarios nacionales. Por mucho que lo haya intentado ocultar la tele pública. La sustituta de Zancajo lo está superando, especialmente en el uso de la manipulación sutil.

Es difícil creerse que Bonilla no ha tenido tiempo para analizar la fuerza del tsunami que se le venía encima dentro de su partido. Porque no sé si se han percatado que lo de Sevilla ha derivado en una cuestión de dignidad personal para muchos militantes del PP que ya han anunciado  que acudirán a la Justicia contra lo que califican como «pucherazo», tras haber escuchado que se han falsificado firmas y documentos internos para ganar el congreso. Algo muy poco ético y ejemplar porque a renglón seguido hay que preguntarse que no harán estando en el poder si para ganar un congreso del partido presuntamente falsifican firmas y documentos.

Ah, y lo más importante. No se sabe muy bien en qué hoja de ruta se basará el continuismo vencedor de la Sra. Pérez para superar el marasmo electoral en el que vive sumido el PP de Sevilla desde que Zoido perdió la más importante mayoría absoluta  que jamás haya tenido un partido en el ayuntamiento de Sevilla.

Mientras, en el PSOE, Juan Espadas calienta la banda, esperando a que pase el 4 de mayo en Madrid para desvelar sus intenciones de futuro.