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Okupas del Estado

Viven como potentados con nuestro dinero, nadando en el lujo, la pompa y el boato sin sonrojarse de vergüenza.

 

Si el presidente de gobierno en Portugal, Francia, Italia, Alemania, Países Bajos, Suecia y otras democracias occidentales hicieran lo que hace Pedro Sánchez, sus ciudadanos los despedían del cargo. Todos ellos veranean sin privilegios como ciudadanos de clase media con su coche y su dinero. El presidente español va a palacios públicos en avión oficial, tiene servicio doméstico, cocineros, médicos, helicópteros, cientos de policías y coches que pagamos todos. Las prácticas españolas, por inmorales, son inaceptables en democracias europeas.

 

Esto no ha comenzado con Pedro Sánchez. Es así desde la llegada de esta democracia de baja calidad que casi no merece el nombre. Si su mujer viaja a Madrid a la universidad puede ir y volver en el avión del Estado, “okupado” por políticos y corruptos en la dictadura y en esta partidocracia, porque en esas prácticas nada ha cambiado. La mujer del presidente imparte másteres exigiendo a sus alumnos titulación que ella nunca alcanzó, lo que no es ilegal. Que los patrocinen varios ministerios sí es inmoral. El terrorismo fue la excusa perfecta, por seguridad, para aislarse de la gente y vivir en palacios como maharajás entre millones de pobres. Viven como potentados con nuestro dinero, nadando en el lujo, la pompa y el boato sin sonrojarse de vergüenza. Al revés, postureando.

 

Todos los presidentes del gobierno y partidos políticos son responsables. No la Monarquía, que no gobierna. Lo que cuesta al país la casta política y pagamos la ciudadanía es un latrocinio permanente durante 40 años. El primero que consideró que al ser elegido podía comportarse como en la dictadura fue Felipe González, que veraneó en el yate “Azor” de Franco. A partir de ahí todo fue dispendio, derroche, prácticas corruptas que por habituales y falta de crítica se convirtieron en normales. Es inmoral y puede ser prevaricación, malversación, cohecho y corrupción. El presidente del Gobierno no debe veranear con todos los gastos pagados en dependencias del Estado, ni tener decenas de personas y cientos de miembros de seguridad a su servicio mientras la gente en peligro llama al 091, 092, o 062 y no acude nadie por falta de efectivos.

 

Esto no es culpa de Franco. No existía este derroche de coches oficiales, escoltas, mastodóntica estructura que roba una parte importante de la riqueza del país. Esto fue una transición de la dictadura a la democracia que degeneró en corrupción. La mayoría de asesores, funcionarios, letrados y trabajadores del Congreso, Senado, Tribunal de Cuentas, Defensor del Pueblo… son familiares de los titulares del cargo o amigos de alguien que los coloca. Es lo mismo en las comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones… cada cambio de gobierno, más trabajadores, funcionarios, enchufados contratados en lo que un informe de AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) señala que supone derrochar 32.000 millones de euros cada año. No incluye chiringuitos mamandurrias, asociaciones, fundaciones, etc. con miles de personas ordeñando el presupuesto.

 

Las familias de los políticos se hicieron PCR que los sanitarios que se contagiaron y murieron no pudieron hacerse. A dos semanas de la vuelta a clase nadie sabe si podrán empezar o no, nadie tiene un plan y el presidente del gobierno sigue de vacaciones en su palacio, con su avión, coches, escoltas y mamandurrias. Vacaciones de terrateniente. España necesita un rearme moral. Puede empezar por cerrar los palacios y que el presidente viva y veranee como la ciudadanía, con su dinero, no con el nuestro en un comportamiento indecente. Se comportan como dictadores y multimillonarios con su dinero, no como servidores públicos con el nuestro. La ciudadanía, sin conciencia de ética democrática, los aplaude.