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Partido Socialista Obrero Español y Catalán (PSOEC)

Vistas las posiciones que mantiene el líder del PSC y el apoyo del secretario general del PSOE, quizás procedería cambiar el nombre del partido y añadirle la palabra Catalán.

 

El Partido Socialista de Cataluña define ya en sus siglas lo que es; la C de Cataluña es de mayor grosor, más importante que las dos que le preceden. Es más nacionalista que partido y socialista. Eso dice en sus siglas y no precisa más declaración de intenciones.

 

Por si no fuera suficiente, Las declaraciones de Iceta en los últimos días me han recordado al Arzallus de los tiempos de “unos sacuden el árbol y otros recogen los frutos”, en referencia al beneficio que podía obtener el nacionalismo vasco de los crímenes de ETA. Iceta dice que ellos no son independentistas y que la mejor manera de que sigan sin serlo es que se les dé más capacidad de autogobierno, blindar el uso de la lengua catalana, competencia exclusiva en cultura, más dinero para Cataluña y una agencia tributaria propia, entre otras “distinciones” sobre el resto de los mortales del Estado-nación. Así, dentro de una década cuando los independentistas nazicatalanes intenten romper España de nuevo lo tendrán más fácil. Porque lo volverán a intentar, ¿o alguien cree que no?

 

El nacionalismo catalán lleva 30 años incubando el odio a España, a lo español, a sus instituciones, bandera, lengua… en un proceso de adoctrinamiento que han permitido cuando no alentado el PSOE y el PP a cambio de unos votos para gobernar el Estado. Han lanzado un órdago fallido pero cuando consideren que pueden independizarse lo volverán a intentar; déjenles instrumentos y la próxima vez será más complicado de impedir y veremos con qué consecuencias.

 

Él cree que la gente que vive en Cataluña, cuya riqueza está muy por encima de la mayoría de ciudadanos del resto de España, merece mantener esa diferencia e incrementarla.

 

Lo que plantea Iceta es discriminatorio para el resto de territorios, o mejor dicho, para el resto de ciudadanos españoles, es propio de partido clasista, racista, que defiende la mejor condición de unos seres humanos sobre otros en razón de su nacimiento o lugar de residencia. Él cree que la gente que vive en Cataluña, cuya riqueza está muy por encima de la mayoría de ciudadanos del resto de España, merece mantener esa diferencia e incrementarla. Porque de lo contrario estarán a disgusto y no se opondrán con firmeza al monstruo del nacionalismo independentista.

 

Lo que pide Iceta es un chantaje al Estado español, que Pedro Sánchez acepta y apoya incomprensiblemente, y que algunos líderes regionales, entre ellos Susana Díaz desde Andalucía, se han apresurado a rechazar. Lleva razón Susana Díaz en esto, con ideas más socialistas que Pedro Sánchez. Quizás sea en lo único en lo que el planteamiento de la lideresa andaluza sea más socialista, menos acomplejado, que el modernismo de Pedro Sánchez, con la inmadurez de creer que un Estado plurinacional es más moderno y progresista que un Estado más centralista.

 

Como lo es llevar 40 años dirigiendo políticamente Andalucía y que sigamos siendo de las regiones con más pobreza, paro, y desigualdad de España y Europa.

 

Que un Estado sea más o menos centralizado no lo hace más o menos socialista. Eso se define por el nivel de justicia social, de recorte de diferencias entre ricos y pobres, entre otros parámetros, y en ninguno de estos entra apoyar la agencia tributaria propia para Cataluña, ni una mejor financiación o reforma constitucional para que se sientan cómodos los más ricos recibiendo más dinero en un Estado con más pobres; esto es lo contrario al socialismo democrático. Como lo es llevar 40 años dirigiendo políticamente Andalucía y que sigamos siendo de las regiones con más pobreza, paro, y desigualdad de España y Europa. O las políticas socialistas no sirven en esta sociedad o en Andalucía no se han aplicado nunca. Yo creo más bien lo segundo. Susana debería aplicarse el cuento y hacer que Andalucía salga del tren de cola del Estado o irse a su casa, llevándose con ella a los enchufados en las diputaciones, los de la administración paralela y a la gente que pasó del fracaso escolar al coche oficial hace 20 años y ahí sigue, acumulando varios cargos imposibles de desempeñar con una mínima dedicación (alcaldesa de Alcalá de Guadaíra, por ejemplo, con cuatro cargos).

 

Lo que pide Iceta es capacidad suficiente para poder mantener en Cataluña el adoctrinamiento en las escuelas, institutos y universidades, mantener el castellano en las catacumbas (hemos visto ayer como el líder de ERC en el congreso de los diputados, Joan Tarda, no sabía usar una palabra en castellano, prueba del exterminio de la lengua común en dicho territorio desde hace 30 años), y un nivel de autogobierno como no existe en ninguna región de Europa y el mundo. Y eso en un territorio donde una doctrina política, el nazismo catalán, propugna la superioridad de su raza y ha provocado  conflictos de convivencia en los últimos siete siglos.

 

Si la solución que planea el PSOE para el conjunto de España es apoyar las demandas nacionalistas catalanas enmascaradas por el partido asociado (es el único territorio de España donde no existe el PSOE, que no puede decidir respecto a las políticas que decida el PSC como partido distinto), y un cambio constitucional para que estén más cómodos en la nación, España, política y socialmente, reventará por los cuatro costados y antes reventará el PSOE.

 

Las encuestas ya están avisando, Cs  es el único de los cuatro partidos nacionales que crece aupado a la ola del despertar de la ciudadanía, cansada de tanto maltrato a todo lo español.

 

Tenemos graves problemas de corrupción, de evasión fiscal, de desigualdad entre la gente más rica y la más pobre (con independencia del territorio donde residen), de una sanidad y educación troceada y manifiestamente mejorable, de sequía, de pensiones, de paro, pobreza y carencias que dificultan la vida de millones de personas; de vulneración de derechos civiles en la vía pública por una dirección de las política de seguridad errónea, que lleva a que lo que se hace en otros países con declaración de estado de excepción -poder identificar a cualquier persona en la calle sin razón- aquí sea la práctica habitual; tenemos más de cien mil muertos en las cunetas, el partido del Gobierno en el banquillo por corrupción, una Iglesia que tiene miles de millones de patrimonio sustraído al Estado por la “norma Aznar” de permitir las inmatriculaciones… y otros muchos problemas que resolver para que ningún partido sea tan miope de pretender conceder más privilegios a una región del Estado (y de las más ricas) sobre otras (más pobres), y a la vez aspirar a gobernar el país llamándose Partido Socialista Obrero Español.

Las encuestas ya están avisando; Cs, que mantiene una posición de firmeza en Cataluña y que se ha opuesto al cupo vasco (otro privilegio constitucional mantenido durante cuarenta años por PSOE y PP, la Casta política construida durante este periodo de tiempo), es el único de los cuatro partidos nacionales que crece aupado a la ola del despertar de la ciudadanía, cansada de tanto maltrato a todo lo español. El objetivo debe ser la mejora de las condiciones de vida de la ciudadanía, no conseguir el poder en Cataluña o seguir manteniéndolo compartido en el País Vasco. El Gobierno de España o se consigue con una visión de conjunto o no se consigue. Y los líderes del PSOE sin enterarse.